Las mujeres que ganaron una revuelta ciudadana torturando con cosquillas a los políticos rivales
Desde la antigüedad se ha sabido que una de las torturas más efectivas, para dominar, hacer hablar a alguien o conseguir que cediera en alguna cuestión, era haciéndole cosquillas. Estas activan una respuesta en el sistema nervioso del individuo que le provoca inicialmente risa e incluso algo de placer, pero, cuando se rebasa cierto tiempo continuado haciéndoselo, se convierte en algo totalmente desagradable, doloroso e incluso angustiante.
El torturar a una persona a base de cosquillas, para conseguir un fin determinado, tenía un par de importantes ventajas: no dejaba rastros ni heridas físicas y, además, el individuo torturado podía recuperarse con rapidez. Existe mucha literatura sobre su empleo, citándose a torturadores chinos de hace más de dos mil años como unos auténticos expertos en practicar dicho castigo y también alguna referencia hay a su uso durante los siglos en los que la Inquisición funcionó, aunque muchos son los historiadores que aseguran que pocas son las evidencias reales que demuestren el uso de ese tipo de torturas.
De lo que sí hay constancia del uso de las cosquillas como un método disuasorio para torturar y atormentar a varias personas en un hecho acontecido hace poco más de medio siglo en Mayotte (Mahoré en la lengua local), un archipiélago ubicado entre el Canal de Mozambique y el océano Índico, en el sureste del continente africano.
Mayotte pasó a formar parte de Francia, como una de sus tantas colonias en África, en la primera mitad del siglo XIX (concretamente en 1841, cuando fue vendida a los franceses por el sultanato que regía el archipiélago desde el siglo XVI).
Desde entonces, muchas fueron las iniciativas políticas y ciudadanas por conseguir la independencia de Francia para formar parte de las Comoras, un Estado insular muy cercano geográficamente y al que habían pertenecido antes de pasar a manos francesas.
Pero también había un gran número de mayotenses que deseaban seguir formando parte de Francia, ya que esto les proporcionaba prosperidad económica, al estar bajo el amparo de una importante potencia mundial.
A inicios de la década de 1960 las autoridades políticas de las Comoras empezaron a dar pasos con el fin de conseguir convencer a la población de Mayotte de la conveniencia de independizarse de Francia, teniendo numerosos encontronazos con los miembros de los grupos anti-independentistas que quería seguir siendo franceses.
Los partidarios de unirse a los comoranos se enfrentaron frecuentemente a los pro-franceses (en más de una ocasión llegando a las manos) e incluso, algunos políticos territoriales a favor de la independencia, llegaron a humillarlos.
Por tal motivo, desde el Mouvement populaire mahorais (Movimiento Popular Mahorais), creado en 1963, se decidió cambiar de estrategia y pasar a la acción. En lugar de dialogar se dedicarían a importunar y torturar a los políticos y partidarios pro-Comoras.
Al frente del movimiento se encontraban varias mujeres mayotenses, siendo las lideresas más importantes Zena M’Déré y Zaina Meresse, quienes encabezaron una serie de acciones y que pasarían a ser conocidas como las ‘Chatouilleuses’ (Cosquillosas), debido a que la acción más destacada que realizaron era la de ir al encuentro de los políticos territoriales pro-Comoras (e incluso a los comorenses que viajaban hasta Mayotte para hacer campaña a favor de la independencia) los rodeaban entre unas cuantas activistas y empezaban a hacerles cosquillas hasta que estos no lo resistían más.
Más de un político de Comoras, tras ser atacado y torturado con cosquillas, huyó despavorido de Mayotte, subiendo rápidamente a un avión y no queriendo volver más por allí.
También se le aplicó esta tortura de las cosquillas a algunos destacados defensores de independizarse de Francia y unir el archipiélago a las Comoras, pero en esos casos también se les importunó de otro modo, haciéndoles insoportable el descanso nocturno, ya que se dedicaban a tirar durante toda la noche piedras sobre los tejados de sus casas (teniendo en cuenta que estos estaban hechos de hojalata, una construcción muy común en la isla en aquella época).
Estas prácticas de persuasión se estuvo realizando a lo largo de toda la década de 1960 y las denominadas ‘Chatouilleuses’, así como el resto de miembros del Movimiento Popular Mahorais, llegaron a ser señaladas de pertenecer a un grupo terrorista y algunas de ellas fueron detenidas, juzgadas y enviadas a prisión.
Hay constancia que muchos de los partidarios de la independencia, tras ser sometidos a las torturas de las cosquillas, acabaron alineándose con las posiciones anti-independentistas.
A día de hoy, Mayotte (Mahoré) continúa perteneciendo a Francia como región administrativa de ultramar. Varias han sido las ocasiones en las que se ha celebrado algún referéndum de autodeterminación, ganando siempre la opción de seguir formando parte de la República Francesa.
Fuentes de consulta e imagen: mayottehebdo/ muse / lejournaldemayotte/ lexpress
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