El trágico episodio conocido como «Las Trece Rosas» hace referencia a un grupo de trece jóvenes, la mitad de ellas miembros de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), que fueron fusiladas por la dictadura de Francisco Franco en Madrid el 5 de agosto de 1939, poco después de la conclusión de la Guerra Civil Española. Estas mujeres, cuyas edades oscilaban entre los dieciocho y los veintinueve años, fueron acusadas de «adhesión a la rebelión» en la sentencia del Consejo Permanente de Guerra.
La represión que siguió a la ocupación de Madrid por el ejército franquista llevó a la caída de la organización clandestina de las JSU, con la detención de muchos de sus miembros, incluidas las Trece Rosas. Estas jóvenes fueron sometidas a torturas y posteriormente recluidas en la cárcel de mujeres de Ventas, donde se hacinaban miles de personas en instalaciones destinadas a un número mucho menor.
El impacto de los fusilamientos trascendió las fronteras, ya que la noticia de la ejecución de trece mujeres jóvenes llegó a la prensa internacional. Incluso una hija de madame Curie lideró una campaña de protesta en París en memoria de las Trece Rosas, lo que generó un gran impacto en Francia.
Este episodio es una triste muestra de la dura represión que sufrieron aquellos que lucharon por la democracia y la justicia durante la dictadura franquista. La memoria de las Trece Rosas y su valentía perdura en la historia, recordándonos la importancia de preservar la memoria histórica y luchar por la justicia y la igualdad en todas las épocas.