La Olimpiada Popular de 1936 que no pudo llegar a celebrarse en Barcelona

Bajo el nombre de ‘Semana
popular de deporte y folklore’
se organizó en la ciudad de Barcelona una Olimpiada Popular que debía llevarse a cabo entre el 19 y el 26 de
julio de 1936 y que serían ser unos juegos alternativos a los que se celebrarían
un mes más tarde en Berlín.

Muchas eran las naciones, comités olímpicos y asociaciones
deportivas que se oponían a enviar a sus
deportistas a competir en unos JJOO organizados por el Tercer Reich
y en los que sabían que los
derechos humanos (por cuestiones de creencia religiosa o color de piel) serían
pisoteados por el nazismo.

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Acogiéndose al espíritu con el que el barón Pierre de Coubertain había creado el Comité Olímpico Internacional cuatro décadas atrás, desde varias
federaciones atléticas repartidas por el planeta se quería recuperar el carácter
solidario de los deportistas en unos juegos. Del propio Coubertein era la afirmación
de que el ‘deporte obrero’ era lo que más
se aproximaba al ideal deportivo con el que él había creado el COI
.

Los Juegos Populares
que se estaban organizando en Barcelona acogerían a deportistas que no solo representarían
a un país, sino también a colectivos o aquellas regiones históricas con
aspiraciones a ser consideradas una nación (la República
Española
tendría sus representantes, pero también los tendría Euskadi,
Galicia y Catalunya, por citar unos ejemplos).

Seis mil eran los deportistas inscritos de más de una veintena
de delegaciones, entre las que se encontraban un gran número de representantes
de países que habían decidido no acudir a Berlín y otros como EEUU, Francia,
Dinamarca o Bélgica (entre otros) que lo harían en los dos eventos deportivos.

La villa olímpica para los Juegos Populares de Barcelona estaba
ubicada en Montjuic
y sus alrededores (aprovechando toda la infraestructura hotelera de la Exposición
universal de 1929
).

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La tarde antes de llevarse a cabo la inauguración, un gran
número de deportistas que iban a participar en las Olimpiadas Populares
decidieron realizar un desfile por las céntricas Ramblas de Barcelona, montando
un pasacalles que atrajo la atención de cientos de personas que por allí
paseaban y que se sumaron a la improvisada fiesta.

Pero muchas de esas personas ignoraban, e incluso los atletas
que debían participar en las competiciones deportivas a partir del día
siguiente, es que a esa misma hora los organizadores de aquellos juegos estaban
reunidos con la intención de tomar una drástica decisión: suspender la Olimpiada
Popular.

El motivo el golpe de Estado que se había producido en el
país pocas horas antes… era el 18 de julio de 1936.

Esa misma noche a los atletas y representantes de las diferentes
delegaciones se les pidió que, para su seguridad, se quedasen encerrados en sus
respectivos hoteles de concentración a la espera de ver cómo se presentaban los
acontecimientos.

La sublevación fascista se había producido a centenares de kilómetros
de allí y, posiblemente, acabaría en pocas horas en un absoluto fracaso (lo que
no se preveía es que daría pie al inicio de la Guerra civil).

A las cuatro de la madrugada del ya 19 de julio, algunas
unidades militares afines al golpe de Estado salieron a las calles de Barcelona

con la intención de tomar la Ciudad Condal encontrándose con la fuerte
resistencia de las fuerzas leales al gobierno de la República que levantaron
barricadas y les hicieron frente.

Esta situación provocó que, definitivamente, a primera hora
de ese día se decidiera que la Olimpiada Popular no pudiera llegar a
celebrarse.

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