El 4 de marzo de 1865 Abraham
Lincoln inició su segundo mandato presidencial pronunciando el tradicional
discurso de toma de posesión y en el que hacía hincapié en una medida que iba a
poner en marcha durante esa nueva legislatura (una de las pocas que le dio
tiempo a llevar a cabo, ya que fue asesinado tan solo un mes después).
Lincoln se comprometía a que el Estado se haría cargo de
pagar una pensión a las viudas y huérfanos de todos aquellos hombres que habían
luchado y perdido la vida en la Guerra
Civil Americana que ya estaba dando sus últimos coletazos y que llevaba en
marcha desde hacía cuatro años.
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Una guerra que había enfrentado a más de tres millones de
norteamericanos divididos entre Unionistas
y Confederados y en la que habían resultado muertos más de medio millón de ellos. Pero también había que contar
todos los miles de heridos que habían quedado con secuelas e incapacitados, por
lo que el presidente acabó transformando esa promesa de pensión en un subsidio que percibirían los incapacitados
de guerra y posteriormente las viudas y huérfanos de absolutamente todos los soldados que participaron en la
Guerra de Secesión, luchasen en cualquiera de los dos bandos.
Ha pasado un poco más de un siglo y medio y la promesa de Abraham
Lincoln se cumplió, además tomando el ejemplo en todos sus sucesores desde
entonces, quienes han ido concediendo pensiones de viudedad y orfandad por todas
las guerras que ha habido desde entonces hasta hoy en día.
Pero una de las curiosas anécdotas que dejó aquella promesa
de pensión de Lincoln para viudas y huérfanos de combatientes en la Guerra
Civil Americana es que a día de hoy, a pesar de haber trascurrido 150 años, hay
una persona en Estados Unidos que sigue cobrando un cheque mensual de 73,13
dólares en concepto de orfandad de la mencionada Guerra de Secesión.
Se trata de Irene
Triplett, una anciana de 89 años de edad (a día de hoy) y cuyo padre, Mose Triplett, nacido en 1846, luchó como
soldado en aquella guerra. Lo hizo siendo un adolescente y además en los dos
bandos. Primero en el Confederado y, posteriormente, desertó del ejército
sudista para pelear junto a la Unión.
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durante la Guerra Civil Americana)
Mose Triplett, cuando finalizó la guerra no había cumplido
todavía los 20 años de edad y poco después se casó con una mujer llamada Mary
con la que tuvo un largo matrimonio de cerca de medio siglo, con la que no tuvo
descendencia y quedando viudo de ésta en 1920.
Cuatro años después, cuando Mose Triplett contaba con 78
años de edad volvió a casarse y lo hizo con Elida Hall, una mujer cincuenta
años menor que él y con la que tuvo una hija en 1930 a la que llamaron Irene (Mose,
el padre, por aquel entonces ya tenía 84 años y falleció ocho después).
Esa niña, Irene Triplett, que hoy en día tiene 89 años, es la única
descendiente directa de un veterano de la Guerra Civil Americana con vida y que
sigue cobrando una pensión del Estado por un conflicto bélico en el que luchó
su progenitor hace más de un siglo y medio.
Fuentes de
consulta e imagen: nowiknow / theveteranssite / 981thehawk / time / Wall
Street Journal / stonemangazette
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