La actriz francesa que arruinó su prometedora carrera tras fingir su propio secuestro
En 1939, la novela ‘No Orchids for Miss Blandish’ (Sin orquídeas para la señorita Blandish), escrita por James Hadley Chase (uno de los muchos seudónimos del escritor londinense René Lodge Brabazon Raymond) se convirtió en un auténtico superventas, siendo señalado como uno de los libros de ficción policiaca mejor escritos y que conseguía envolver al lector en la sórdido ambiente de la trama, la cual estaba ambientada durante los difíciles años de la Gran Depresión en Kansas City y versaba alrededor del secuestro de una rica heredera (la señorita Blandish) por parte de unos gánsteres sin escrúpulos. El relato de aquella historia contenía una buena dosis de componente sexual, que fue una de las bazas que más atrajeron a los millones de lectores que compraron un ejemplar del libro.
Fue tal el éxito que una década después ya se había rodado una versión cinematográfica (con guion del propio autor) y una célebre adaptación teatral que se interpretó en los principales teatros de un buen puñado de capitales europeas y estadounidenses.
Una de aquellas adaptaciones teatrales fue la versión francesa que se estrenó el 2 de enero de 1950 en ‘Le Théâtre du Grand-Guignol’ de París, siendo la elegida para interpretar el papel principal de la señorita Blandish la joven actriz, de 22 años, Nicole Riche, quien tenía una prometedora carrera (por aquel entonces ya había intervenido en media docena de películas).
La puesta en escena de la versión teatral en Francia fue todo un éxito, recibiendo numerosos halagos y excelentes reseñas por parte de la crítica especializada (hubo quien la calificó de ‘obra maestra’), pero semanas después de su exitoso estreno se publicó en la revista Times una crítica que hacía más hincapié en el carácter sexual de la obra, calificando la interpretación de Nicole Riche como ‘dos horas en bragas y sostén sobre el escenario, perseguida con éxito por el babeante gangster Slim Grisson’ (papel interpretado por el actor Jean-Marc Tennberg).
El montaje teatral ya había recibido alguna quejas por el alto nivel sexual de algunas de sus escenas pero no habían dejado de ser simples comentarios, pero la reseña en Times provocó que algunos sectores más puritanos de la sociedad parisinas comenzaran a boicotear la obra, llegando a recibir la actriz y sus compañeros de reparto algunas amenazantes notas anónimas que calificaban la obra de ‘producción inmoral’.
Llevados por esas amenazas escritas, a alguien del elenco se le ocurrió una muy mala idea que consistió en simular el secuestro de la actriz, algo que conseguiría llamar la atención de la prensa, apareciendo en los principales periódicos y atrayendo a numerosos público en las siguientes representaciones.
La noche del miércoles 29 de marzo de 1950, en el corto descanso que se realizaba entre el segundo y tercer acto de la obra, el gerente de Le Théâtre du Grand-Guignol apareció en escena para anunciar al público que la obra debía ser suspendida en aquel mismo instante, pidiendo disculpas a los presentes e indicándoles que se le devolvería el importe de las entradas. Minutos después varios inspectores de la gendarmería se presentaban en el teatro tras haber recibido una llamada en la que se les comunicaba la misteriosa desaparición de Nicole Riche.
Según declararon los testigos, la actriz acudió a su camerino (como era costumbre) tras finalizar el segundo acto, siéndole entregada una nota por parte de un empleado del teatro y a éste se la había dado un hombre que se encontraba en la puerta trasera (por donde entraba y salía el elenco). Nicole Riche acudió a atender al mencionado caballero y nada más se supo de ella.
La policía inició la investigación con el fin de resolver aquella misteriosa desaparición y la única pista que encontraron fue la nota que indicaba a la actriz que alguien necesitaba hablar con ella por un asunto relacionado con la madre de Nicole.
La prensa del día siguiente publicó la desaparición y supuesto secuestro de la actriz, convirtiéndose en un mediático asunto que llamó la atención de numerosas personas, algo que se reflejó en la función de aquella misma noche en la que se vendieron todas las localidades y el papel de la señorita Blandish sería interpretado por una actriz suplente.
Dos días después de la desaparición (a primera hora del viernes 1 de abril) Nicole Riche se presentó en la comisaría de policía del distrito de Pigalle (muy cercano al teatro). Iba vestida con la ropa de la función teatral y llevaba un abrigo que se había puesto cuando salió a atender al hombre que le llevó la nota.
Nicole (que presentaba un estupendísimo aspecto) relató a los agentes de policía que fue introducida a la fuerza en un coche por dos hombres desconocidos que la llevaron hasta un lugar en el que la encerraron durante numerosas en una habitación. También relató cómo estos le estuvieron recriminando la inmoralidad de la obra de teatro, pudiendo deducir que se trataba de unos tipos puritanos. Posteriormente fue conducida hasta el bosque de Fontainebleau, siendo allí abandonada y tras una larga caminata la joven actriz llegó hasta un hotel de carretera, donde pidió ayuda y un huésped, que casualmente era periodista, se brindó a llevarla hasta aquella comisaría de París.
La historia explicada por Nicole Riche no tenía ni pies ni cabeza, además de que la actriz mostraba un aspecto descansado, ropas limpias (incluidos los zapatos que llevaba, ya que según había indicado caminó por el bosque varias horas y no había rastro de polvo alguno). La policía también se enteró que unas horas antes de presentarse en comisaría, la actriz había sido vista tomando champán en compañía de otras personas en un local nocturno de la capital francesa.
Evidentemente, se descartó el secuestro y tras ser cuestionada por la policía, la joven actriz acabó confesando que había sido todo un montaje con el fin de publicitar la obra que protagonizaba. La prensa se despachó a gusto con Nicole Riche, tachando aquella historia de una mala broma (cabe destacar que el día de las inocentadas y bromas en Francia se celebra el primero de abril). Para la mayoría de expertos, aquella farsa fue una ocurrencia del director de teatro, Alexandre Dundas, quien dirigía la obra.
La fulgurante y prometedora carrera de Nicole Riche quedó frenada en seco, siendo penalizada por el gremio de actores de Francia, que la suspendió durante un tiempo de la profesión y cuando la retomó ya no consiguió papeles principales (aunque sí intervino en algunas producciones cinematográficas, pero como secundaria). Cabe destacar que su voz sí que se hizo popular, ya que consiguió trabajar como actriz de doblaje, poniéndole voz en Francia (durante las siguientes dos décadas) a la actriz estadounidense Shirley MacLaine (entre otras artistas célebres de la época) e incluso en películas animadas de la factoría Disney como ‘Mary Poppins’ o ‘Los aristogatos’.
Fuentes de consulta e imágenes: grandguignol / Blood on the Stage (Googlebooks) / hoaxes/ newspapers/ willstraw
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