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Como bien es sabido, está legislado desde hace muchísimo
tiempo que el curso lectivo o año escolar (ya sea de primaria,
secundaria y universitario) comienza entre septiembre y octubre y acaba en
junio (evidentemente en el hemisferio norte, en el sur es de marzo a
diciembre).
Centrándonos en España, hay un hecho insólito que tuvo lugar
durante los últimos años del franquismo y que de haber surgido efecto habría
cambiado por completo el calendario educacional en el país.
El 11 de junio de 1973 tomaba posesión de su cargo, como Ministro de Educación y Ciencia, Julio Rodríguez Martínez, político afín
al entonces Presidente del Gobierno Luis
Carrero Blanco y que entre sus encomendados estaba (además de perseguir y
expulsar de sus respectivas cátedras a todo aquel docente sospechoso de ser
‘rojo’) el hacer una profunda reforma educativa.
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No se le ocurrió otra cosa que ordenar que el curso
universitario que debía empezar a principios de octubre de aquel mismo año
trasladase su inicio a enero de 1974 para que, a partir de entonces, el año
lectivo coincidiese con el año natural (de enero a diciembre haciendo los
respectivos parones vacacionales de Semana Santa y verano).
Pero la rocambolesca idea de Julio Rodríguez no se quedó en
un simple proyecto, sino que la puso en marcha a través de una Orden
Ministerial del 27 de septiembre de 1973 (publicada en
el BOE dos días después) y aunque fue ampliamente criticada incluso por
otros miembros del gobierno, ordenó que el que debía ser el primer curso del
primer ciclo universitario del periodo académico de 1973/74 empezase el 8 de
enero de 1974 y finalizase en diciembre tras 220 días lectivos.
Pero Julio Rodríguez Martínez no llegaría a ver como
ministro el inicio de ese nuevo curso. Cinco días antes, el 3 de enero, fue
destituido de su cargo por el recién nombrado Presidente del Gobierno Carlos
Arias Navarro que acababa de tomar posesión tras el asesinato
en atentado de ETA de su predecesor Carrero Blanco.
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A pesar de que ese curso universitario comenzó el 8 de enero
de 1974 su finalización no fue en diciembre, sino en junio como cualquier otro
año lectivo, con el fin de que el siguiente curso (1974-75 empezase con total normalidad en octubre de ese año). Así se ordenó que fuera a través de un Decreto ministerial publicado el
26 de enero en el BOE y firmado por Cruz
Martínez Esteruelas, el ministro que lo había sustituido.
Como dato anecdótico, cabe destacar que aquel calendario del
curso universitario ideado por Julio Rodríguez Martínez fue conocido de forma
jocosa como ‘calendario juliano’.
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