El judío amigo de Hermann Göring que fue enviado a Palestina a espiar para los nazis

Paul Ernst Fackenheimfue un militar de ascendencia judía que participó en la Primera Guerra Mundial, en las filas del ejército del entonces Imperio alemán, siendo condecorado con la Cruz de Hierro (por los servicios prestados durante el conflicto bélico) y que llegaría a entablar una amistad, durante aquellos años, con Hermann Göring, quien tiempo después ocuparía puestos de gran responsabilidad en el Tercer Reich.

Este veterano de guerra, por el hecho de ser judío, fue apresado como otros cientos de miles, durante la persecución y holocausto antisemita por parte de los nazis, siendo enviado al campo de exterminio de Dachau y siéndole asignado el número de preso 26336. Y fue precisamente aquella vieja amistad con Göring, durante la IGM, la que salvó a Paul Ernst Fackenheim de morir en aquel lugar.

En 1941, dos años después de haber sido encerrado, recibió la desconcertante noticia de que podría ser liberado voluntariamente (uno de los poquísimos casos que se dieron en los que el nazismo dejase en libertad un preso judío). Eso sí, aquella liberación no era algo gratuito y Fackenheim debería corresponder al favor convirtiéndose en espía al servicio del Tercer Reich en Palestina.

Aquella operación de liberación de Fackenheim, como preso del campo de Dachau, había sido preparada por miembros de la Abwehr (servicio de inteligencia alemán), quienes necesitaban enviar con urgencia a un agente a Palestina y éste debía de ser judío, único modo que no despertaría sospecha alguna entre los británicos que administraban aquellos territorios.

Fackenheim debería crear una red de espías que ayudarían a descubrir los planes del Reino Unido con los que quería desbaratar la toma de control del Canal de Suez por parte de los militares alemanes a cargo del mariscal Erwin Rommel.

Estando en el campo de Dachau, Paul Ernst Fackenheim fue llevado por los guardianes hasta una de las oficinas del recinto y allí le esperaban dos agentes de la Abwehr, quienes se dirigieron a él con total cortesía y educación, algo que le extrañó muchísimo, en vista a como le habían estado tratando desde la llegada del nazismo al gobierno alemán e instauración del Tercer Reich.

Aquellos dos agentes del servicio de inteligencia le dijeron a Fackenheim que eran conocedores de su pasado militar, condecoraciones que recibió y de la defensa patriótica que había hecho del imperio durante su participación en la IGM, proponiéndole que, si quería seguir sirviendo lealmente a la nación en esa nueva guerra, podrían garantizarle que sus familiares más directos (mujer, hijo, madre…) podrían estar a salvo y fuera de la persecuciones que se estaba realizando hacia el pueblo judío.

A cambio, Fackenheim debería colaborar con el Reich trabajando como agente de la Abwehr y su destino sería Palestina. Allí debería recopilar información referente a los británicos que controlaban dichos territorios, además de captar a otros ciudadanos que estuviesen dispuestos a colaborar con Alemania.

Paul Ernst Fackenheim era el candidato ideal para llevar a cabo la operación de espionaje en suelo palestino debido a su conocimiento y perfecto uso de la lengua hebrea, por lo que no levantaría sospechas.

A lo largo de los siguientes meses recibió un entrenamiento exclusivo, en los que aprendió, entre otras cosas, a cifrar y descifrar mensajes en clave, utilizar comunicaciones radiofónicas seguras y todo aquello que necesitaba saber para no ser descubierto mientras ejercía las labores de espionaje.

El plan era que, una vez en Palestina tendría que hacerse pasar por un refugiado que había llegado hasta allí huyendo de la persecución judía por parte de los nazis en Alemania. Toda una operación calculada al milímetro y que tuvo lugar a partir del 10 de octubre de 1941, fecha en la que fue lanzado en paracaídas desde un bombardero Heinkel 111.

Si era interceptado explicaría que había llegado hasta Palestina por mar desde Grecia mediante un bote, tras haber escapado de Alemania unos meses antes.

Se le entregó documentación falsa, constando como ‘Paul Koch’, pero tras unos días en Palestina fue interceptado por las autoridades británicas, quienes ya eran conocedores del plan (gracias un chivatazo), siendo arrestado y llevado a El Cairo para ser juzgado por espionaje.

El problema radicaba en que, al ver el apellido de la documentación falsa, los británicos creyeron que se trataba del general de las SS, Erich Koch, a pesar de que Paul Ernst Fackenheim explicó a sus captores quién era realmente y la operación a la que había sido obligado a realizar por los nazis, ofreciéndose para colaborar como agente doble para el SIS (Servicio de Inteligencia del Reino Unido).

Finalmente pudo demostrar cuál era su verdadera identidad, gracias a una mujer que lo reconoció de cuando vivía en Alemania y pudo confirmar que no se trataba del nazi Erich Koch. A pesar de ello, pasó los años que duró la IIGM encerrado en un campo de prisioneros (acusado de espionaje al servicio del Tercer Reich).

Pero el haber sido interceptado y hecho prisionero por los británicos provocó que los alemanes no cumplieran con su palabra, arrestando a la familia de Paul Ernst Fackenheim y cuando éste salió en libertad (tras finalizar la guerra) al regresar a Alemania se encontró que habían sido asesinados por los nazis.

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

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