El infame caso del masivo envenenamiento por licores adulterados con metanol en 1963

Se cumplen 55 años desde que a finales de febrero de 1963 se
dieron los primeros casos de envenenamiento y muerte por el consumo de bebidas
espirituosas adulteradas con metano y que fue conocido como ‘el caso del metílico’.

Todo se debió al inmoral acto de un grupo de industriales licoreros
gallegos que con el fin de abaratar gastos a la hora de elaborar sus bebidas de
graduación (como licor de café, aguardiente, ron o ginebra) adquirieron una
enorme partida (se calcula que alrededor de 75.000 litros) del tóxico alcohol metílico (destinado al uso
industrial) en lugar de adquirir alcohol
etílico
. Con esta compra de metano gastaron menos de la mitad de lo que les
suponía hacer lo correcto.

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Pero no les importó adulterar
sus licores con un alcohol altamente venenoso
con el fin de tener un mayor
margen de beneficio y tras haber elaborado las primeras partidas de sus bebidas espirituosas comenzaron a
distribuirla por todos los rincones de España.

Uno de los primeros lugares donde llegó el producto
adulterado fueron las Islas Canarias, donde el 18 de febrero de 1963 se dio la primera muerte por intoxicación en
Lanzarote
. En los siguientes días hubo más casos de muerte súbita y, sobre
todo, de una repentina ceguera que afectaba a un gran número de personas, tanto
en esta isla como en las vecinas Tenerife y La Gomera.

Fue una joven farmacéutica asturiana llamada María Elisa
Álvarez Obaya
, que
llevaba desempeñando el cargo de inspectora municipal de farmacia desde 1961,
quien comenzó a atar cabo sobre los casos de repentinas muertes y ceguera y lo
vínculo a la ingesta de una copa de licor por parte de los afectados.

La intervención de María Elisa
fue vital para averiguar cuál era el motivo del envenenamiento y de dónde
procedía la partida de alcohol adulterado,
por lo que a las pocas semanas ya se tenía controlados y arrestados a los
responsables, así como localizadas los envíos de licor por el resto del país.

Pero hasta que se pudo
localizar todas las botellas continuaron sucediéndose más muertes y casos de
ceguera. Desde el gobierno franquista
no se quiso hacer demasiado ruido sobre el tema, ya que según parece algunos de los encausados eran muy próximos
al régimen
.

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Una de las regiones donde
más afectó en las siguientes semanas fue en Galicia y hasta que no se pudo
localizar la última botella adulterada fueron apareciendo nuevos casos.

Según la versión oficial
hubo un total de 9 casos de personas que quedaron ciegas y 51 fallecidos. Unos
números que distaban mucho de lo que realmente tuvieron lugar, ya que se
calcula que afectó, por lo menos, a alrededor de un millar de personas entre
cegueras y muertes.

Pero no se pudo determinar
el número exacto de afectados debido a que desde el gobierno se obligó a dar
carpetazo al asunto lo más rápido posible, siendo muchos los casos en los que
no se realizó autopsia ni seguimiento alguno.

El juicio tuvo lugar a
finales de 1967, condenando el tribunal a los 11 acusados a penas que no
superaban los veinte años de prisión, cumpliendo todos ellos poco más de un
lustro encarcelados. También se les impuso una indemnización para los afectados
oficiales de cerca de 20 millones de pesetas (120.000 euros) que no pagaron
debido a que se declararon insolventes.

Fuentes de consulta e imágenes: losojosdehipatia
/ mujeresconciencia
/ casometilico.wordpress / laregion
/ hemeroteca.lavanguardia
/ hemeroteca.abc
/ Youtube

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