El fallido plan del alcalde y el gobernador de Nueva York para secuestrar y asesinar a George Washington

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A finales de junio de 1776, una semana antes de que los representantes de las Trece
Colonias  firmaran la Declaración de Independencia
de Estados Unidos
, con la que se proclamaba la separación definitiva del
Imperio británico, se destapó una trama organizada por un grupo de ‘lealistas’
(término con el que se conocía a los colonos americanos que decidieron ser
leales al Reino Unido) con la que pretendían secuestrar y asesinar a George Washington, quien había sido nombrado
unos días antes (el 15 de junio) Comandante en Jefe
del Ejército Continental
y trece años después alcanzaría la
presidencia de los EEUU.

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Dicho plan pudo ser descubierto gracias a la indiscreción de
dos soldados del ejército comandado por Washington y a los que se les había
asignado las labores de ser guardaespaldas del importante militar, pero cuya avaricia
por ganar dinero fácil les hizo traicionar a los rebeldes y ayudar en el
complot organizado por los ‘tories de
Nueva York’
(otro modo de llamar a los lealistas).

Uno de esos soldados era Thomas
Hickey
, tipo de pocos escrúpulos de origen irlandés y al que no le
importó ser desleal al ejército británico -al que se alistó en un principio-
para unirse a los revolucionarios a los que posteriormente traicionó por dinero
vendiendo información sobre los planes del ejército Continental y su comandante
a los lealistas.

Y es que a Thomas Hickey le gustaba demasiado el dinero…
tanto que llegó a estar envuelto en un sucio negocio de billetes falsos que fue
lo que realmente provocó que fuera encerrado en prisión junto a Michael Lynch, su compañero en el
ejército y socio en este fraudulento negocio.

Fue en la cárcel donde conocieron a otro preso, llamado Isaac Ketchum (encerrado allí también
por falsificar dinero), con quien entablaron una amistad y acabaron teniendo la
indiscreción de explicarle el plan que se había tramado para acabar con George
Washington.  

Pero resulta que el tal Isaac Ketchum (en algunos documentos
se le cita como Ketcham), además de estafador, era confidente de los ‘patriotas’
que luchaban por conseguir la independencia y sabía que si les filtraba la confesión
que había conseguido de Hickey podría conseguir una rebaja de su condena e
incluso salir en libertad.  

La última semana de junio se destapó toda la trama y Thomas
Hickey era juzgado el 26 de ese mismo mes acusado de alta traición, siendo
encontrado culpable y condenado a ser ejecutado en la horca (pena que se llevó
a cabo dos días después).

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En los interrogatorios que los patriotas realizaron a Hickey
consiguieron sacarle valiosísima información sobre cómo iba a desarrollarse el
complot contra la vida del comandante Washington; quien llevaba residiendo en
Nueva York  desde el 13 de abril de ese
mismo año, día que se había trasladado a una casa de Richmond
Hill
(hoy en día en pleno Manhattan, pero por entonces una villa
aislada).

Un plan que contemplaba cerrar todos los accesos a Nueva
York, posicionando un barco de guerra británico en el puerto, una cantidad
importante de soldados en las salidas por tierra y volar todos los puentes sobre
los ríos, provocando así que quedara atrapado George Washington junto al
Ejército Continental.

Hickey confesó que tras el plan se encontraban varias
importantes personalidades y entre los nombres que dio figuraban los de David Mathews (quien
ejercía como alcalde de Nueva York desde febrero de aquel mismo año) y el
Gobernador William Tryon (desde
hacía cinco años en el cargo).

Aunque David Mathews y William Tryon fueron apresados e
investigados por no se encontraron suficientes pruebas que los incriminase y
acabaron quedando en libertad y rehabilitados en sus respectivos cargos.

La indiscreción de Hickey y el chivatazo de Ketchum habían
ayudado a desbaratar un plan que de haberse llevado a cabo la Historia de los
Estados Unidos posiblemente hubiera sido otra.

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No fue hasta una década después en el que se pudo probar la
implicación en la trama del alcalde y el gobernador de Nueva York. Y es que fue
el propio David Mathews quien lo confesó estando en Nueva Escocia (Canadá), donde
fue a residir tras abandonar NY ante el triunfo de
George Washington y su Ejército Continental y la evacuación de las tropas
británicas de la ciudad, el 25 de noviembre de 1783
.

Cabe destacar que según a qué historiador se consulta, da
como respuesta un objetivo diferente en el complot contra George Washington.
Mientras unos apoyan la teoría de que el fin era asesinarlo otros apuestan por
simplemente el secuestro para ser llevado a Londres y allí ponerlo frente a las
autoridades británicas.

Fuentes de
consulta e imágenes: revolutionarywararchives / ephemeralnewyork / executedtoday / allthingsliberty
/ Wikimedia
commons

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