El ‘Día de Acción de
Gracias’ (Thanksgiving Day) es una de las fiestas más populares y
tradicionales de cuantas se celebran en Estados Unidos y esta sí que es
netamente de origen norteamericano.
Según coinciden la inmensa mayoría de historiadores se
originó en el año 1621 en la Colonia de Plymouth
(en el actual Estado de Massachusetts). Esta celebración anual con la que se
pretende dar gracias por todo lo recibido a lo largo del último año (salud,
trabajo, bienestar, amor…) se declaró como fiesta oficial en 1789 por el
presidente George Washington, realizándose
aquel año el jueves 26 de noviembre. Este día sería en un principio conocido
como ‘Day of Public Thanksgiving and
Prayer’ y se estaría realizando en fechas diferentes durante los siguientes
74 años hasta que Abraham Lincoln
fijase la fecha de Acción de Gracias en el último
jueves del mes de noviembre.
Pero en la década de los años 1930 el empresario Fred Lazarus Jr. (en aquel momento
presidente de los grandes almacenes ‘Federated
Department Stores Inc.’, actualmente conocidos como Macy’s e ideólogo de lo que hoy
conocemos como rebajas), en vista del
aumento de ventas que se producía a partir del día siguiente a Acción de
Gracias en la que los ciudadanos ya se lanzaban a adquirir algunos productos y
regalos de cara a la Navidad, pensó que una forma de tener más días de ventas
navideñas sería adelantando la fecha del Thanksgiving.
[Te puede interesar
leer el post: ¿Cuál es
el origen del ‘Black Friday’?]
Tras consultar con su equipo jurídico vieron que había un
pequeño vacío legal por el que no se incurría a incumplir ninguna ley si se
trasladaba la fiesta.
Noviembre de 1939 tenía cinco jueves y el último caía en el
día 30, por lo que ese año solo tendrían 24 días de venta navideña. Se le
ocurrió que sí en lugar de caer Acción de Gracias en el último jueves del mes
de noviembre se instauraba en el cuarto jueves podría beneficiar a los
comerciantes. De este modo la fiesta nunca caería más allá del día 28 y sin
embargo habría años en el que se celebraría el 22.
Fred
Lazarus Jr. Logró convencer al presidente Franklin Delano Roosevelt quien dio el visto bueno en 1939 y
declaró que la celebración de Acción de Gracias se trasladaba al cuarto jueves
de noviembre.
Para conseguir tal propósito Lazarus había contado con la
inestimable colaboración de George
Sheridan, director del Consejo
Estatal de Comerciantes Minoristas de Ohio, que fue quien hizo los primeros
contactos con la Casa Blanca y allanó el camino.
Otras de las piezas fundamentales para el traslado de la
fiesta fue William F. Wiley, editor
del periódico The
Cincinnati Enquirer, quien ofreció una gran cobertura a la noticia, con el
fin de que los ciudadanos estadounidenses vieran con buenos ojos ese traslado en
la fecha de la festividad.
Evidentemente se ocultó que la razón principal para cambiar
el día en que debía celebrarse Acción de Gracias se debía a motivos comerciales
y por el afán de los grandes almacenes de ganar más dinero en la campaña
navideña.
[Te puede interesar
leer: Sol Invictus, la fiesta pagana que
fue sustituida por la Navidad]
Los dos primeros años muchas fueron las empresas que se
negaron a cambiar la fecha (y por tanto dar fiesta esa semana a sus empleados,
sino que dieron la siguiente, como era costumbre) al igual que muchas familias
tampoco quisieron mover del calendario esa tradición que llevaban celebrando
toda la vida.
Para evitar que existiera esta división de fechas, Roosevelt
consiguió que fuera el Congreso de los
EEUU quien, en 1941, estableciera de manera oficial que el Día de Acción de
Gracias debía celebrarse únicamente en el cuarto jueves de noviembre, tal y
como ha venido haciéndose hasta hoy en día.
[Te puede interesar
leer: ¿Celebran los estadounidenses el 4
de Julio en un día equivocado?]