El día en el que Cataluña se convirtió en un Estado independiente durante diez horas

Conocido como los ‘hechos
del seis de octubre’
(en catalán ‘Fets
del sis d’octubre’
) esta efeméride, de 1934, está muy presente en la
memoria de muchos catalanes que aspiran a ser independientes algún día. Quizás
porque esa vez fue la última en la que estuvieron a punto de conseguir hacer
realidad sus aspiraciones soberanistas.

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Desde que se había declarado la Segunda República en España tres años y medio antes (el 14 de abril
de 1931), la decena de gobiernos que se formaron (de diferentes ideologías
políticas) habían creado ciertas tensiones, pero la entrada de la coalición de
partidos derechistas CEDA (Confederación Española de Derechas
Autónomas
) en el Gobierno del Partido
Radical
presidido por el controvertido Alejandro
Lerroux
provocó un descontento general en todo el país, dando lugar al
inicio de diferentes actos de protesta en multitud de poblaciones y auténticas
revoluciones obreras (como es el caso de Asturias).

Ese descontento generalizado y tan presente en la ciudadanía
fue lo que impulsó a que Lluís Companys,
Presidente de la Generalitat
desde el 31 de diciembre de 1933, tomara la decisión
de hacer posible la vieja aspiración soberanista de gran parte del pueblo al
que presidía y emulando a su antecesor, Francesc
Macià
(quien ya lo había hecho en 1931 tras la proclamación de la II
República), salió al balcón del Palacio
de la Generalitat
y proclamó la República
Catalana
.

Pasaban diez minutos de las ocho de la tarde del 6 de
octubre (de 1934) cuando Companys, acompañado de sus ‘Consellers’, se asomó al balcón
de la Plaza Sant Jaume y ante la multitud que allí se agolpaba dio un discurso
en el que declaraba el ‘Estat Català’
de la República Federal Española
(libre y magnífica), algo que aseguraba (y estaba convencido) ayudaría a
establecer el orden desaparecido en los últimos días.

Evidentemente la proclamación del nuevo Estado Catalán no surgía
de la nada ni era una decisión tomada precipitadamente. Durante los últimos
meses se había estado germinando todo este proceso, el cual debía llegar en un
principio de una forma pactada con el gobierno central y no unilateralmente,
pero la entrada en el gobierno de los derechistas de la CEDA (que tenía entre
sus filas a conocidos miembros fascistas y anti-republicanos) aceleró todo el
proceso y ante el clima de crispación y de ambiente pre-revolucionario que se
estaba viviendo (ya no solo en Cataluña, sino en el resto del Estado Español)
se optó por declarar el nuevo Estat Català.

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A lo largo de las últimas horas Cataluña había sido un
hervidero. Las idas y venidas de representantes políticos y militares habían
sido continuos a lo largo de toda la mañana y buena parte de la tarde de aquel
6 de octubre. Los más optimistas estaban seguros que era solo cuestión de horas
la proclamación soberanista, pero por otro lado también había un importante grueso
de personalidades que lo percibían con pesimismo: unos porque lo veían precipitado
y otros (quizás más realistas) inviable, temiendo duras represiones por parte
del Gobierno de Lerroux.

Y así fue. La respuesta del Gobierno Central no se hizo
esperar, declarando
el Estado de Guerra en virtud a la ‘Ley de Orden Público’
, del 28 de
julio de 1933, y ordenando al general Domingo
Batet
, Jefe de la IV Región Militar (Cataluña), que pusiera fin al delirio
secesionista.

Cabe puntualizar que el general Batet, a lo largo de aquel 6
de octubre, había estado en permanente contacto con miembros de la Generalitat
e incluso el propio Lluís Companys le había informado previamente de su
intención de proclamar el Estat Català, pidiéndole que se sumara a la causa. El
militar, de convicciones catalanistas, prefirió ser fiel al gobierno de la
República Española, a quien había prometido guardar lealtad y velar por ésta,
motivo por el cual llevó a cabo las órdenes recibidas desde Madrid por Alejandro
Lerroux.

Ante el temor de represalias militares, numerosos ciudadanos
afines al nuevo gobierno independiente de Cataluña había levantado barricadas
alrededor del Palacio de la Generalitat e iban armados.

Batet, acompañado de sus hombres intentó acceder a la
Generalitat y a lo largo de las siguientes horas hubo un intercambio de
disparos y escaramuzas, pero poco a poco fueron tomando control de las calles colindantes
y, finalmente, poco antes de las siete de la mañana del 7 de octubre (diez
horas después de la proclamación del Estat Català) accedían al palacio donde
daban la orden de arresto de Companys y todo su gobierno, así como tomar el
control de la autonomía catalana (la cual sería suspendida dos meses después,
el 14 de diciembre, por el Gobierno Central.

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Aquella fatídica jornada del 6 de octubre no solo acabó –nuevamente-
con las aspiraciones soberanistas de una parte del pueblo catalán sino que
también tuvo el trágico saldo de 46 fallecidos (8 militares y 38 civiles),
además de los centenares de detenciones que se produjeron en los siguientes
días (superaron las 3.000).

No sería hasta inicios de 1936, tras celebrarse las
elecciones generales del 16 de febrero en la que ganó el Frente Popular (un conglomerado de partidos de izquierda que
arrebató democráticamente el poder a la derecha) cuando se le devolvió a
Cataluña la Generalitat y su Estatuto de Autonomía.

Fuentes de consulta e imágenes: nuevatribuna
/ Hemeroteca
ABC
/ Hemeroteca
La Vanguardia
/ bibliotecavirtualdefensa
/ La nit del 6 d’octubre a Barcelona de Joan
Costa (Google Books)
/ elpuntavui
/ globalpoliticsandlaw
/ elespanol