El curioso caso del jinete que murió a lomos de su yegua y ganó la carrera

De sobras conocido es el Libro Guinness de los Récords
en el que desde 1955 se recoge y publican todos aquellos hechos asombrosos e
insólitos que pueda haber sido realizado por una o varias personas, animales o
la propia naturaleza. El libro que hoy día se edita dista mucho del que en su
origen se publicó para dar a conocer esas cosas sorprendentes, debido a que
actualmente ya es todo un negocio el que se ha organizado alrededor de los
Guinness y la mayoría de personas que en él aparecen lo hacen con intención de
alcanzar la fama y reconocimiento.

Pero seis décadas atrás el libro recogía curiosos hechos que
se habían producido, en mayoría de las ocasiones, de una manera casual.

Uno de esos hechos es el que os traigo hoy y que tuvo lugar
el 4 de junio de 1923 en el hipódromo de
Belmont Park
(Estado de Nueva York) y que figura en el Libro Guinness como ‘el primer y único jinete que ganó una carrera de
caballos después de su muerte’
.

El nombre del protagonista era Frank Hayes, un tipo que a lo largo de sus 35 años de edad llevó
una vida bastante anónima y de la que apenas se sabe nada sobre la misma que
sea anterior al día en el que falleció.

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De lo poco que se sabe de él es que no fue un jockey
profesional y que en toda su vida tan solo había montado una vez un caballo
durante una carrera (parece ser que varios años antes). Se había ganado la vida
como entrenador de caballos, pero desde hacía un tiempo el trabajo que
realmente ejercía era el de mozo de cuadra.

Pero el verdadero sueño de Frank Hayes era volver a disputar
una carrera y sentir la adrenalina y emoción que recorre todo el cuerpo cuando
se galopa a toda velocidad montado en un caballo.

Sabía que apenas le queda tiempo para hacerlo realidad,
debido que su edad se estaba convirtiendo en un impedimento.

Entre los caballos que cuidaba se encontraba ‘Sweet Kiss’ (Dulce Beso) una preciosa
yegua que era propiedad de la jovencísima y adinerada señorita Frayling.

Hayes consiguió convencer a la propietaria de tan magnífico
ejemplar que le permitiera montarla durante una carrera, petición a la que Frayling
accedió.

A lo largo de varias semanas Frank Hayes estuvo entrenando
duro e incluso realizó una estricta dieta alimenticia con la que, según aparece
en varias crónicas, llegó a perder alrededor de 50 kilos de peso.

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Nada más iniciarse la carrera, cuyo recorrido era de 2
millas (3.218 metros) y en el que había una docena de obstáculos (competición
conocida como ‘steeplechase’) la yegua montada por Hayes, se
puso en primera posición, algo que sorprendió a todos los presentes que no
creyeron en ningún momento que Sweet Kiss tuviera ni una sola posibilidad de
ganar (de hecho las apuestas se estaban pagando a 20-1).

Durante todo el recorrido se mantuvo en cabeza, aunque en
algunos tramos parecía que iba a ser atrapado por el jinete que iba
inmediatamente detrás.

En la recta final de la carrera hubo un momento en el que la
yegua hizo un extraño movimiento, como si Frank Hayes no estuviera fustigando
para que corriera. A pesar de ello fue el primero en cruzar la meta.

Pero algo extraño ocurría. Hayes seguía doblado sobre la
yegua en lugar de ponerse erguido y celebrar su increíble triunfo. Cuando se
acercaron hasta el lugar de la pista donde se encontraban pudieron comprobar
que el jinete estaba sin vida.

Allí mismo, el doctor John
A. Voorhees
certificó que el jinete había sufrido un infarto durante la
carrera y que ese fue el motivo de la muerte.

Muchas son las fuentes que indican que Frank Hayes tuvo el
ataque al corazón durante la recta final y que cuando cruzó la meta ya había
fallecido. Sin embargo la mayoría de expertos (tanto en equitación como en
ciencia) opinan que hubiese sido prácticamente imposible que la yegua hubiera
ganado de no ser fustigada por el jinete hasta el último momento y el caballo
que le precedía (que entró un cuerpo
medio por detrás) lo hubiera podido alcanzar.

Todo apunta que el ataque sobrevino a Frank en el momento de
encarar el último tramo (motivo por el que la yegua hizo el extraño movimiento
que unos párrafos más arriba he comentado) y que el jinete, haciendo un
esfuerzo sobrehumano fustigó a Sweet Kiss hasta el último momento para que
atravesase el primer lugar la meta, una vez alcanzado el objetivo Hayes falleció.

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Tal y como recogía el diario The
New York Times
en un artículo al día siguiente, Frank Hayes falleció
posiblemente a casusa del gran esfuerzo que tuvo que realizar durante la
carrera (cabe recordar que tenía 35 años y esa es una edad en la que, a ese
nivel, un jinete ya es considerado viejo para el trabajo) además de la gran
pérdida de peso que había tenido en las últimas semanas y que podían haberle perjudicado
seriamente su salud.

A modo de curiosidad, cabe destacar que la yegua ‘Sweet Kiss’
no volvió a competir nunca más y que en los círculos ecuestres se le apodó como
‘Sweet Kiss of Death’: Dulce beso de la
muerte
.

Fuentes de consulta: nytimes
/ hipodromosycaballos
/ neatorama
/ historybyzim