Suffolk es un
condado situado al Este de Inglaterra y que entre los personajes más populares
que han nacido en sus tierras podemos encontrar nombres como el cantante Ed Sheeran, el actor Ralph Fiennes o la escritora Matilda Betham-Edwards. Una de sus
poblaciones más importantes es Bury St
Edmunds, célebre por albergar el ‘Moyse’s
Hall Museum’, un museo de visita obligatoria para todo aquel viajero que
pasa por esta localidad y que está dedicado a la Historia local del condado,
exhibiendo objetos realmente peculiares y dando a conocer relatos de
sorprendentes hechos acontecidos en el pasado.
En una de las salas del mencionado museo se encuentra en
exhibición la máscara mortuoria de William Corder, un joven que en 1827
asesinó a su prometida de un tiro y escondió el cadáver en un granero de la pequeña
aldea de Polstead y que, gracias a
las leyendas e historias que fueron surgiendo entre los habitantes del condado
llegó a hacerse el relato del crimen inmensamente popular, teniendo la historia
una mezcla de diferentes elementos –muchos de ellos añadiéndose a través del
tiempo- y que acabó convirtiéndose en uno de los relatos más famosos de Suffolk
y sus alrededores.
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Bajo el título de ‘el
asesinato del granero rojo’ (The Red Barn Murder) podemos encontrar numerosísimas
publicaciones sobre qué sucedió y cómo llegó a resolverse el caso. La mayoría
de esas historia llenas de detalles que nada tienen que ver con el relato
original y que se han ido añadiendo al mismo a lo largo del tiempo.
Lo más sorprendente es que de aquellos hechos lo que más ha
perdurado (y se explica como si fuera cierto) es la forma en cómo se resolvió
el caso, dándole un sentido esotérico, de misterio y espiritual a la resolución
del crimen. Esta es la historia…
María Marten era
una joven de 24 años de edad que en 1826 comenzó una relación sentimental con William Corder (un par de años menor
que ella). La muchacha no tenía demasiada buena fama, debido a que se le había
relacionado sexual y sentimentalmente con varios hombres del condado de Suffolk
(la mayoría casados) y con quienes había tenido un par de hijos no reconocidos
por sus respectivos padres.
De William también quedó embarazada (aunque la criatura
falleció poco después de nacer) y muchas fueron las habladurías de los vecinos
sobre el motivo de la muerte del bebé (teniendo en cuenta que a María ya se le
había muerto otro niño años atrás).
Para acallar rumores, ya que estaban siendo investigados por
las autoridades, la pareja decidió casarse e irse a vivir lejos de Polstead. William
propuso a María que se encontrarían a media noche en el granero rojo (llamado
así por tener parte de las tejas del tejado de ese color). El 18 de mayo de
1827 fue la fecha escogida para marcharse. La muchacha le comento a su joven madrastra Ann (solo un año
mayor que ella) que esa noche se fugaría con su amado y para ello lo haría
disfrazada con ropas de hombre, con el fin de no ser reconocida por los
aguaciles que tenían orden de llevarla frente a un juez para que declarara
sobre la misteriosa muerte de su bebé.
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Esas fueron las últimas noticias que Ann Marten tuvo sobre su hijastra y tras pasar varios meses sin
saber de ella empezó a preocuparse por su paradero. Lo curioso es que de William
Corder sí que había tenido noticias e incuso lo había visto en alguna ocasión
que había viajado éste hasta Polstead. Cuando le preguntaban por María siempre
contestaba con evasivas y esto hizo sospechar de que algo no iba bien.
Thomas Marten (el
padre de María) fue informado por su esposa de la preocupación que ésta tenía
respecto al paradero de la muchacha y pidió que investigara por si podía
averiguar algo. Les llegaron noticias de que William Corder habái sido detenido
en varias ocasiones durante los últimos meses por algunos robos y estafas que
había cometido y que vivía junto a su mujer en la población de Brentford (en el
condado de Middlesex). Personados allí pudieron comprobar que la esposa del
joven no se trataba de María Marten y no supo dar respuesta sobre el paradero
de ésta.
Fue entonces cuando, guiada por su intuición, Ann disuadió a
su esposo Thomas para que buscase a fondo en el granero rojo (último lugar en
el que se supo que había estado María casi un año atrás). Y, efectivamente, allí
encontraron el cadáver enterrado (en avanzado estado de descomposición), procediéndose
al arresto de William (quien negó ser el autor del crimen) y a su posterior
juicio, en el que sería condenado a
morir en la horca.
A partir de aquí surgieron diferentes versiones sobre la intuición
de Ann que fue clave para resolver el caso, siendo muchas las fábulas e
historias que explicaban que le llegó a través de soñar tres veces seguidas con
su hijastra María y cómo ésta le indicó en sueños en qué lugar del granero rojo
encontrarían su cuerpo sin vida.
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Durante las siguientes décadas, en la Inglaterra victoriana,
el país fue muy dado a creer en espíritus, muertos que regresaban del más allá
y prolífica fue la obra literaria que hablaba de estos temas, apareciendo un
buen número de relatos (a cual más inverosímil) sobre los sueños premonitorios
de Ann Marten.
Por su parte, William fue ejecutado mediante la horca.
Después su cuerpo sin vida fue abierto en canal exhibido públicamente y
finalmente llevado a la morgue donde lo diseccionaron (además de sacar una máscara
mortuoria de su rostro, algo muy frecuente en aquella época). La mencionada
máscara junto a una de sus orejas y el arma con el que asesinó a la joven María
Marten se encuentran exhibidos en una de las salas del Moyse’s Hall Museum de Bury
St Edmunds.
Fuentes de consulta
e imágenes: headstuff / escapetoexplore / mentalfloss / stedmundsburychronicle / moyseshall / Wikimedia
commons
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