Cuando un periodista canadiense acusó a Franco de construir ‘platillos volantes’ con ayuda de los nazis

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Durante el verano de 1947 innumerables fueron los casos de avistamientos de objetos volantes no
identificados en los cielos de los Estados Unidos
por parte de todo tipo de
ciudadanos y en los puntos más distantes entre si del país, dando inicio a la afición por la ufología por parte de miles
de estadounidenses
que se dedicaban a hacer acampadas en los más diversos
lugares con el fin de fotografiar algún OVNI.

Tanto las autoridades como el propio gobierno no respondían
a las preguntas que se formulaban a través de la prensa y las pocas veces que
lo hacían era para comentar que no se
trataba de ningún objeto no identificado sino de globos sondas, aviones del
ejército realizando prácticas o vuelos de reconocimiento o alguna inclemencia atmosférica
.
Por aquel tiempo se descartaba totalmente la procedencia extraterrestre, aunque
cada vez era mayor el número de personas interesadas por el tema y que creían
que hasta la tierra llegaban visitantes de otros planetas. La proliferación de literatura y películas que en aquella década estaban
dedicadas al tema ayudó a captar numerosísimos aficionados a la ufología
.

[Relacionado: El mito de los ovnis construidos por los nazis]

Pero las autoridades estadounidenses andaban algo
desconcertadas sobre tal cantidad de información proveniente de cualquier punto
del país en el que algún ciudadano decía haber sido testigo de algún
avistamiento de un objeto que sobrevolaba y que no se parecía a ningún avión
hasta entonces conocido.

Tan solo hacía dos años que la IIGM había terminado y las
primeras tensiones con el bloque soviético empezaban a aflorar (en lo que
posteriormente desembocaría en la Guerra Fría). La inteligencia norteamericana
todavía no disponía de suficiente información sobre la tecnología que pudiesen
estar desarrollando los rusos y aunque no descartaban que el origen de esos
avistamientos fuese la Unión Soviética tampoco quisieron descartar otras informaciones que
apuntaban hacia científicos de la
Alemania nazi que estuvieran colaborando con alguna potencia enemiga
.

El 4 de noviembre de 1947, tras haberse producido alrededor
de un millar de avistamientos, el periodista de origen canadiense Lionel Shapiro publicó
un artículo el periódico ’The Montreal Gazette’
donde exponía su hipótesis sobre qué eran y de dónde habían salido aquellos ‘platillos’
que sobrevolaban los EEUU: eran cohetes ideados por científicos de la antigua
Alemania nazi que se encontraban escondidos en España bajo el amparo del ‘Generalísimo Franco’.

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El periodista aseguraba que había tenido acceso a unos
informes secretos sacados de España por un agente secreto y en los que se
detallaba cómo el gobierno de Franco había dado cobijo a una serie de científicos
nazis que trabajaban en un laboratorio secreto ubicado en las inmediaciones de
Marbella donde se desarrollaba un cohete bautizado con el nombre de KM-2.

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Cuando
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El tema de los supuestos platillos volantes del Tercer Reich no era nuevo y numerosa era la
información que había trascendido sobre ello en los últimos años. También era
de dominio público que España se hubiera convertido en uno de los lugares donde
más nazis fueran a esconderse (desde aquí se apoyó a ODESSA, la organización que ayudó a escapar de la
justicia a un buen número de criminales nazis
), así que el hecho de que
algunos científicos pudieran estar trabajando de incognito no era una idea tan
descabellada y más teniendo en cuenta que muchos eran los habían ido a parar a
laboratorios estadounidenses en la conocida como ‘Operación Paperclip’.

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Aunque en ningún momento dio a conocer la identidad de su fuente,
las informaciones facilitadas por Lionel Shapiro gozaban de bastante
credibilidad gracias a la reputación que obtuvo durante la IIGM en las que trabajó
como corresponsal de guerra y envió sus crónicas desde primera línea en la
invasión aliada de Sicilia, Salerno o la Playa de Juno el Día D (Desembarco de
Normandía
).

Entre las informaciones facilitadas por Shapiro en los
siguientes artículos, detallaba como el propio Francisco Franco había sido
testigo de las pruebas que se realizaban de los KM-2 mientras se encontraba
pescando por el Mediterráneo.

[Relacionado: La supuesta conexión nazi en la isla de Fuerteventura]

Durante algunos meses otros medios estuvieron dando
cobertura a las noticias publicadas por el periodista canadiense, pero poco a
poco toda esa información se fue diluyendo en el tiempo y la aparición de
nuevas publicaciones especializadas en el tema UFO
(como son conocidos en Estados Unidos los OVNI) desviaron la atención hacia la
posible procedencia extraterrestre de los misteriosos avistamientos.

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Nunca se pudo probar las hipótesis publicadas por Lionel
Shapiro, aunque actualmente con la proliferación de blogs y páginas en redes
sociales mucho se ha publicado sobre el respecto y centenares son las teorías
conspiranoicas que avalan las informaciones facilitadas por el periodista
canadiense.

Fuentes de consulta: magonia / trove.nla / tech-domain / Hitler’s
Flying Saucers (Google Books)
 / bibliotecapleyades