Los periodos de crisis económica son muy propicios para la aparición de organizaciones ultraderechistas
que saben captar la atención del ciudadano medio y descontento con sus líderes políticos,
razón por el que en momentos muy puntuales de la historia han obtenido tanto
apoyo; algunas veces a través de las urnas y otras respaldando golpes de estado
o guerras civiles. Numerosos son los casos en nuestra historia reciente del
último siglo con países en los que han llegado al poder o han obtenido una excelente
posición en sus respectivas naciones.
Si repasamos las estadísticas de los últimos cien años, tres
han sido las ocasiones clave en las que la extrema
derecha ha conseguido congregar un mayor número de votos en unas elecciones presidenciales en los Estados
Unidos: en 1936 (en pleno auge
del nazismo en Alemania, antes de estallar la IIGM), en 1968 (en el que obtuvieron cerca de diez millones de votos) y en
las elecciones de 2016 (en el que el
candidato Donald Trump aglutinó el voto populista y más conservador, además de
conseguir que los ultraderechistas lo votasen y apoyaran masivamente).
En el post de hoy del ‘Cuaderno de Historias’
(y siguiendo la serie de entradas relacionadas con las elecciones
presidenciales estadounidenses) voy a centrarme en ese país y en dos de las
veces en las que mayor apoyo electoral obtuvieron.
El ‘Union Party’
fue un partido fundado en 1935 a raíz de la enorme popularidad que había
obtenido a través de su programa radiofónico Charles
Coughlin, un polémico sacerdote de extrema derecha que a través de la radio se
convirtió en un peligroso e influyente líder populista, congregando a
millones de oyentes y lanzando mensajes criticando la gestión del presidente Franklin D. Roosevelt y alabando al
líder del nazismo alemán, Adolf Hitler,
además de hacer duras críticas antisemitas, culpabilizando de la profunda crisis
económica que vivía el país (años de la
Gran Depresión) a los judíos.
En las elecciones del 3
de noviembre 1936 presentaron una candidatura a presidir el gobierno estadounidense
con William Lemke al frente, un
reputado miembro de la Cámara de Representantes (por Dakota del Norte) que
pertenecía al Partido Republicano y que incluso en algunas ocasiones había defendido
posiciones políticas muy populistas, más acorde con el ‘New Deal’ del presidente Roosevelt que con los conservadores.
Lemke obtuvo 892.378 votos (1,95%) muy lejos de sus
competidores electorales que consiguieron respectivamente 27 millones de votos
Roosevelt (demócrata) y 16 millones de votos Alfred Mossman (republicano). Tras
las elecciones el ‘Union Party’ se disolvió, sobre todo porque en los
siguientes años y con el estallido de la IIGM hubo un descenso del apoyo a la
extrema derecha quedando sin representatividad alguna en el espectro político
del país. Por su parte, William Lemke volvió a presentarse como candidato del
Partido Republicano a la Cámara de Representantes, siendo reelegido en varias
ocasiones hasta 1950, cuando sufrió un infarto y muriendo en su octava
legislatura como representante en el Congreso.
En las elecciones presidenciales de las siguientes tres
décadas, el voto ultraderechista en Estados Unidos estuvo prácticamente ausente,
apenas alcanzando el 0,2% de los votos (en el mejor de los casos). Ningún
partido de esta ideología presentó candidato propio, centrándose el apoyo
electoral en algunos de los candidatos republicanos que se iban presentando e
incluso gran parte de la abstención provenía de ese espectro político.
La extrema derecha no volvió a presentar ninguna candidatura
a unas presidenciales en EEUU hasta 1968, año en el que el exgobernador de Alabama, George
Corley Wallace, se presentó en las elecciones
del 5 de noviembre de 1968, enfrentándose al candidato republicano Richard Nixon que obtuvo 31.783.783 votos
y al demócrata Hubert Humphrey quien
consiguió 31.271.839 votos.
Unos comicios que estuvieron muy reñidos para los dos
principales candidatos (ganó Nixon por un estrecho margen de medio millón de
votos de diferencia) y en el que George
Corley Wallace les arañó la nada despreciable cifra de 9.901.118 votos de
los electores, unos resultados nunca
vistos para una formación de extrema derecha en los Estados Unidos.
Una de las peculiaridades de aquellas elecciones de 1968
está en que el candidato, del recién fundado ‘American Independent Party’, era un político que toda su carrera
la había hecho militando en el Partido Demócrata (fue escogido Gobernador del
Estado de Alabama en 1963 hasta 1967 y posteriormente en tres periodos no
consecutivos entre 1971 y 1987, siempre con los demócratas).
El hecho de que alguien como Wallace se presentara con el AIP (acrónimo del American Independent
Party) despistó a gran parte del electorado, debido a que muchas fueron las
personas que lo votaron desconociendo que dichas siglas representaban a un
partido de ideología ultraderechista.
Pero George Corley Wallace, a pesar de haber militado en el Partido
Demócrata durante varias décadas (y posteriormente también), no tenía unos
ideales abiertamente progresistas sino totalmente conservadores, además de ser uno
de los más férreos opositores a la integración racial en los EEUU, siendo uno
de sus lemas políticos más repetidos: “segregation
now, segregation tomorrow, segregation forever” (segregación ahora,
segregación mañana, segregación siempre).
Tres años antes de las elecciones de 1968, el activista por
los derechos civiles, Martin Luther King dijo públicamente de Wallace que se
trataba del ‘racista
más peligroso de los Estados Unidos en aquellos momentos’.
Y fue precisamente el evidente y público racismo de George
Corley Wallace lo que llevó a los fundadores del American Independent Party (partido
creado un año antes) a proponerle ser el candidato de esta formación en las
presidenciales de 1968.
Wallace ya se había postulado como presidenciable dentro del
Partido Demócrata para las elecciones de 1964, obteniendo el respaldo mayoritario
de los compromisarios en las primarias demócratas de agosto de aquel mismo año
el otro candidato (y en aquel momento Presidente de los EEUU) Lyndon B. Johnson.
Para las presidenciales de 1968, y tras recibir la oferta de
la AIP que aceptó de buen grado, Wallace prefirió optar a ser un candidato alternativo
a los dos grandes partidos y no volver a sufrir una dolorosa derrota en unas
primarias, como le había ocurrido cuatro años antes.
Tanto Wallace como el American Independent Party eran
conscientes de que sería prácticamente imposible obtener el triunfo electoral,
pero estaban convencidos de que tendrían un gran respaldo de millones de ciudadanos insatisfechos con los
dos grandes partidos y que, además, conseguirían aglutinar el voto de los antisegregacionistas (que continuaban
siendo un importante número de personas). El plan no era ganar (que lo tenían asumido)
sino el de obtener tal números de votos que hiciera cambiar algunas cosas del sistema electoral bipartidista, abriendo
el camino a convertirse en lo que los estadounidenses llaman ‘power broker’ (o intermediario del
poder); una figura política que, sin tener una gran representación en un
estamento (por ejemplo el Congreso o el Senado) tiene gran influencia y poder
para negociar ciertas leyes que deben ser aprobadas y que pueden beneficiar o
perjudicar a ciertos sectores interesados.
George Corley Wallace sabía que si conseguía un respaldo
electoral lo suficientemente alto, podría influenciar en las futuras decisiones
que se tomasen en un futuro inmediato respecto a las políticas segregacionistas
(a las que tanto se oponía).
A pesar de obtener la nada despreciable cifra de 9.901.118
votos (13,53%), convirtiéndose en la primera ocasión en la que un tercer
candidato tenía un gran apoyo electoral de tal envergadura (dejando
aparte las elecciones de 1924 con el progresista Robert M. La Follette y sus 4.831.706 votos) los 46 votos electorales obtenidos por Wallace y la AIP no fueron
suficientes para conseguir una posición privilegiada e influyente dentro de la política
nacional.
George Corley Wallace dejó de pertenecer a la formación de
extrema derecha y volvió a presentarse
al cargo de Gobernador de Alabama por el Partido Demócrata en 1971, siendo
escogido para tal cargo y haciendo un paréntesis en el mismo para volver a postularse como presidenciable en
las primarias demócratas de 1972, pero el 15 de mayo de aquel mismo año,
durante un acto de campaña electoral, un
joven caucásico de 22 años llamado Arthur
Bremer intentó acabar con la vida de Wallace disparándole cinco tiros. No
falleció en el atentado, aunque quedó paralítico para el resto de su vida.
Wallace tuvo que abandonar su candidatura a aquellas
presidenciables, aunque continuó siendo Gobernador durante una década y media
más, hasta 1987 (a excepción del periodo comprendido entre 1979 y 1983). En
1976 volvió a intentar presentarse en las primarias del Partido Demócrata
quedando en tercera posición, debido a que los compromisarios no vieron
factible dar su respaldo a un candidato en sillas de ruedas, llevándose la
mayoría de apoyos Jimmy Carter.
Por su parte, la extrema derecha se ha ido presentando en
las siguientes elecciones presidenciales reconvertido en otras formaciones como
el American Party o Constitution Party, no obteniendo
relevancia alguna (el mayor apoyo fue en 1972 con el 1,4% de los votos) hasta
que en 2016 se organizaron para dar su apoyo a Donald Trump, que fue decisivo
para su triunfo en algunos Estados clave.
Fuente de la imagen: reddit
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