La lista de Presidentes
de los Estados Unidos (o candidatos a serlo) que han sido víctimas de un
atentado es larga, algunos son los que han fallecido a causa del magnicidio, algunos quedaron heridos y
otros salieron ilesos.
Esto último fue el caso que tuvo lugar en Miami (Florida) el
15 de febrero de 1933, cuando Franklin
D. Roosevelt (tras haber ganado las elecciones
presidenciales en noviembre de 1932) estaba pasando unos días de vacaciones
junto a su familia antes de tomar posesión como presidente.
Por aquel entonces la toma de posesión no tenía lugar el 20 de
febrero como tiene lugar en la actualidad. El cambio de fechas fue propuesto
por Herbert C. Hoover (antecesor de
Roosevelt) y cambiado por éste, durante su primer mandato a través de la Vigésima Enmienda de la Constitución de los Estados
Unidos, haciéndose
efectivo en 1937.
Durante aquellos días de vacaciones
en Miami, Roosevelt aprovechó para realizar algunas reuniones políticas, previas a su toma de posesión, con las
que ir cerrando algunos acuerdos.
Por tal motivo, aquel 15 de
febrero, había recibido (entre otras) la visita de su amigo y compañero de
partido Anton Cermak, quien llevaba
un par de años ocupando el cargo de alcalde
de Chicago.
Esta ciudad, junto a la de Nueva
York (de la que Franklin D. Roosevelt había sido Gobernador hasta enero
de ese mismo año) eran dos de los
lugares con una mayor tasa de delincuencia del país (sobre todo por parte
de la mafia) debido a que en aquellos momentos todavía seguía en vigor la ‘Ley Seca’.
Pero Chicago no solo padecía la presencia del crimen
organizado, también estaba atravesando una grave crisis financiera (causada a
raíz del crack bursátil de 1929) que
tenía al consistorio en bancarrota y sin poder abonar los sueldos de muchos funcionarios
públicos (maestros, servicio de correos, administrativos…).
La reunión, entre
Cermak y Roosevelt, para hablar de todos los problemas de Chicago, tendría
lugar a puerta cerrada, pero el encuentro entre ambos políticos se escenificó
de un modo curioso al aire libre, en el Bayfront
Park.
Un parque público
frente a la bahía de Miami y donde el presidente electo había improvisado un
pequeño mitin frente a un grupo de entusiasmados ciudadanos que alrededor de él
se habían agolpado.
Franklin D. Roosevelt estaba de pie en la parte trasera de
su automóvil descapotable y mientras pronunciaba unas palabras a los presentes
llegó Anton Cermak, quien se dirigió con la mano
extendida para estrechársela.
Fue en ese preciso instante cuando
entre la muchedumbre allí congregada apareció un pequeño hombre llamado Giuseppe Zangara (medía 1,52 m de
altura) llevando un revolver que apuntaba directamente a Roosevelt.
Lillian
Cross, una mujer que allí se encontraba, al percatarse de las
intenciones de Zangara golpeó el brazo
de éste con el bolso, haciendo que la bala del primer disparo que efectuó
fuese a parar al pulmón de Anton Cermak.
Después realizó cuatro disparos más,
hiriendo a otras cuatro personas allí presentes pero ninguno de los proyectiles dio a Franklin D. Roosevelt, quien salió ileso y sin ningún rasguño.
A partir de aquí mucho
se ha especulado sobre el atentado y si realmente era un magnicidio hacia
el presidente electo o por el contrario, el principal objetivo era en realidad
el alcalde de Chicago, siendo este un crimen organizado por la mafia.
Anton Cermak fue ingresado de
urgencias en el Jackson Memorial
Hospital de Miami y allí permaneció ingresado de gravedad, hasta que
falleció 19 días después (el 6 de marzo). En un principio se dijo que la muerte
había sido consecuencia directa del disparo efectuado por Giuseppe Zangara,
pero tiempo después se supo que la causa principal del fallecimiento fue una
peritonitis.
Esto fue determinante para que el
juez que juzgó a Zangara le impusiera una condena de ‘pena de muerte’ por asesinato en primer grado en lugar de ‘cadena
perpetua’ por tentativa de asesinato.
El juicio a Giuseppe Zangara se
celebró rápidamente y sin esperas a principios de marzo de aquel mismo año,
siendo ejecutado en la silla eléctrica
diez días después (el 20 de marzo de 1933).
En todos los años que han
trascurrido desde entonces (casi 90), no se ha encontrado ni una sola conexión existente
entre Giuseppe Zangara y la mafia. Todo parece indicar que este inmigrante
italiano, que había llegado a EEUU una década antes, había tenido mala suerte
para labrarse un futuro en su nuevo país de acogida debido a algunos problemas
de salud (básicamente estomacales) que le impedían poder conservar un empleo
durante demasiado tiempo (era albañil de profesión).
Parece ser que dicha situación le
provocó un cuadro de ansiedad que derivó en una manía paranoica en el que
estaba convencido de que los poderosos eran quienes tenían la culpa de todo lo
que le estaba sucediendo, de ahí que al enterarse de la presencia de Roosevelt
en Miami (donde él residía) decidió comprar un revolver y atentar contra él.
Esta es la versión que se ha dado
desde fuentes oficiales y que más investigadores y expertos respaldan,
descartando mayoritariamente que Anton Cermak fuese uno de los objetivos del
atentado.
Como dato curioso, circula una anécdota
que indica que, tras haber recibido el impacto de bala y mientras era conducido
urgentemente al hospital, Anton Cermak dijo a Franklin D. Roosevelt la
frase: “Me alegro de que haya sido yo y
no tú", algo de lo que no hay prueba alguna de que pronunciara y que está
considerada como leyenda urbana, a pesar de que
algunas publicaciones y biografías sobre el malogrado alcalde de Chicago hacen
referencia a la misma.
Fuentes de consulta e imagen: miamiherald
/ newyorker
/ murderpedia
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