Hoy en día, bajo el término ‘Fake News’, se conoce a la propagación deliberada que hacen
algunos medios, webs, blogs y páginas de redes sociales que intencionadamente
ponen en circulación algunas noticias
falsas con el objetivo de obtener beneficios económicos, sociales o
políticos.
Pero este concepto de viralizar noticias falsas, con el fin de obtener algún tipo de beneficio, no es algo nuevo o que haya surgido con la aparición de las redes sociales, sino que durante toda la Historia numerosos han sido los casos en los que una persona, grupo, país o dirigente ha filtrado bulos y calumnias sobre algo o alguien a la población con intención de desacreditarlo y sacar un buen rendimiento de ello.
[Relacionado: La periodista que fue contratada para propagar
bulos y rumores durante la IIGM]
En esta ocasión os traigo un caso que sucedió hace
exactamente un siglo, durante la Primera
Guerra Mundial, y en el que desde el
bando Aliado se aprovechó para difundir una leyenda urbana que llevaba
circulando de boca en boca desde hacía un par de años.
En 1915, un año después de iniciarse la Gran Guerra, debido
al bloqueo marítimo por parte del Reino Unido de mercancías y productos de
primera necesidad que llegaban a Alemania comenzó a rumorearse que para
abastecer al imperio del sebo para poder realizar la glicerina necesaria
para fabricar velas y jabones (y para engrasar las armas de combate) se estaba utilizando la grasa de los soldados
germanos caídos en batalla y que para ello se habían puesto en
funcionamiento unas instalaciones que eran conocidas como ‘Kadaververwertungsanstalt’ o traducido al castellano: fábricas de utilización de cadáveres.
Es cierto que se utilizaba sebo de cadáveres para realizar
esos productos, pero en realidad se trataba de animales muertos y no personas o
soldados.
Este rumor fue utilizado malintencionadamente por los
servicios de inteligencia británicos para filtrarlos a la prensa y con ello se
pretendía dos cosas fundamentales:
desacreditar
al enemigo alemán y convencer a China de la conveniencia de declarar la guerra
al Imperio Alemán (por aquella época los orientales tenían un acuerdo de no
agresión con los germanos).
Importantes diarios británicos, como The Daily Mail, The Times
o The New York Times se hicieron eco
de la falsa noticia sobre las fábricas de cadáveres, como si se tratará de un
hecho cierto y contrastado, algo que provocó que en muy poco tiempo se convirtiera
en viral (teniendo en cuenta que hace un siglo no existían las rápidas redes
de comunicación que hoy en día tenemos).
Por aquel entonces, cuando se quería viralizar una noticia, ésta
era soltada en la prensa escrita y posteriormente se difundía a través del boca
a boca, la cual (gracias al ‘efecto
bola de nieve’) cada vez se iba haciendo más grande y contenía más detalles
falsos y escabrosos.
Había quien comentaba que se podía percibir desde varios
cientos de metros de distancia el desagradable olor que salía de las Kadaververwertungsanstalt.
Otros aseguraban haber visto cómo entraban camiones con cadáveres apelotonados.
[Relacionado: La batalla de la IGM de la que surgió una leyenda
urbana sobre ángeles y fantasmas]
Pero, tal y como indico al inicio de este post, se trataba
de una leyenda urbana que llevaba circulando desde 1915 y el engranaje
propagandístico británico supo aprovechar. La primera constancia del asunto
apareció en una breve noticia publicada en el diario ‘Berliner Lokal-Anzeiger’ en el que se informaba (en menos de
cincuenta palabras) del proyecto que quería poner en marcha el Imperio Alemán
con el que aprovechar la grasa de los cadáveres de animales muertos y fabricar con ello la mencionada glicerina.
A raíz de este breve, quitando la parte que mencionaba a que
se pretendía hacer con animales, se filtró al diario ‘La Belgique’ para que hablase del tema y desde ahí fue a parar a los
grandes rotativos que hicieron el resto.
Así fue como una noticia, sacada de contexto y manipulada,
se convirtió en un bulo viral hace exactamente un siglo, tal y como ocurre hoy
en día con las Fake News.
Cabe destacar que esta no fue la única noticia falsa que se
filtró desde el bando Aliado sobre el Imperio Alemán, pudiendo encontrar otras
tan exageradas como que los soldados germanos, cada vez que entraban en una
población enemiga, empalaban a niños con sus bayonetas o cortaban los pechos a
las mujeres.
Fuente de consulta e imágenes: ihr / wikiwand / forumeerstewereldoorlog
/ Wikimedia
commons / ara
/ lagranguerra1914-1918
/