Cuando el ‘Movimiento de Resistencia Danesa’ logró salvar la vida de ocho mil judíos
Posiblemente la historia de los ‘Schindlerjuden’, mil doscientas personas judías que lograron salvar su vida gracias al empresario alemán, Oskar Schindler, es la más conocida en este tipo de hechos, sobre todo gracias a la célebre y premiada película ‘La lista de Schindler’ (Schindler’s List) dirigida, en 1993, por Steven Spielberg y protagonizada por Liam Neeson.
Pero docenas son los hechos similares a los protagonizados por Schindler y que también sirvieron para salvar la vida a numerosísimos judíos de morir en el holocausto nazi ordenado por Adolf Hitler, aunque la mayoría de ellos no son tan conocidos, al no haber sido llevados al cine o no han tenido tanta repercusión como el filme de Spielberg (en el Cuaderno de Historias he publicado un puñado de artículos relacionados y encontrarás sus enlaces al pie de este).
En esta ocasión traigo otra de esas emocionantes historias en las que el apoyo colectivo y desinteresado de un numeroso grupo de hombres y mujeres ayudó a librarse de una muerte segura a ocho mil personas judías que residían en Dinamarca durante la invasión nazi del país escandinavo.
A pesar de que el gobierno danés había declarado la nación como neutral, durante la IIGM, el Tercer Reich alemán decidió violar los protocolos internacionales de neutralidad e invadir el país, poniendo en marcha la ‘Operación Weserübung’, el 9 de abril de 1940.
Dicha operación tenía como objetivo la invasión y control de la mencionada Dinamarca y Noruega (también neutral). El Reich alemán se escudó en que dicha injerencia militar respondía en la necesidad de salvaguardar estos dos países de un posible ataque e invasión por parte del Reino Unido y Francia.
Mientras que las fuerzas noruegas intentaron plantar cara al invasor alemán, el gobierno danés decidió rendirse de inmediato y así evitar cualquier derramamiento inútil de sangre, prometiendo lealtad al régimen nazi y, por su parte, el Tercer Reich correspondería dejando cierta autonomía al país, además de ofrecer un trato de cordialidad y entendimiento.
Para llevar a cabo las relaciones diplomáticas entre Alemania y Dinamarca a partir de aquel momento, el Reich alemán escogió a Georg Ferdinand Duckwitz, quien llevaba varios años residiendo en la capital (Copenhague) como agregado marítimo.
Pero lo que no se esperaba el gobierno alemán es que su hombre de confianza en el país escandinavo acabaría ayudando a cerca de ocho mil daneses de origen judío a huir del allí rumbo a Suecia (que sí había logrado mantenerse neutral e intacta) y poder poner sus vidas a salvo.
Tres años después de la invasión, los miembros del ‘Movimiento de Resistencia Danesa’ decidieron pasar a la acción. Durante todo aquel tiempo habían realizado una oposición al invasor nazi de un modo pacifista y sin grandes operaciones, pero cada vez era más evidente que la IIGM acabaría decantando su triunfo por el Bando Aliado y más desde que en diciembre de 1941 los alemanes sufrieran un terrible varapalo tras irse al traste la ‘Operación Barbarroja’ (invasión alemana de la Unión Soviética).
Para el verano de 1943, los miembros de la resistencia danesa estaban bien organizados y con ganas de poner en marcha acciones que perjudicasen plenamente los intereses nazis. Se convocaron movilizaciones, huelgas y manifestaciones contra los invasores, pero sabían que una de las cosas que más daño les haría a los nazis sería el perder la oportunidad de apresar a los judíos daneses.
A través del agregado alemán, Georg Ferdinand Duckwitz, conocieron de primera mano los planes del Reich, quien filtró, el 28 de septiembre de 1943, la información que había llegado respecto a cuáles eran los propósitos nazis para deportar a campos de concentración a miles de ciudadanos judíos.
A partir de aquel momento se puso en marcha una operación de rescate para poner a salvo al mayor número posible de personas. Gracias a la intervención y contactos de Georg Ferdinand Duckwitz, se logró que el gobierno sueco diese su visto bueno para acogerlos.
Lo primero que se hizo fue intentar localizar a cerca de 8000 judíos que residían en Dinamarca y esconderlos, antes de que las tropas nazis iniciaran la busca, captura y deportación de estos a los campos de concentración.
Numerosos ciudadanos particulares, funcionarios y miembros de la resistencia danesa acogieron en sus casas, viviendas o cualquier lugar donde se podían esconder a los miles de judíos.
Centenares de viajes en barcos particulares se organizaron para llevar por mar a más de siete mil judíos daneses (además de cerca de setecientos cónyuges no judíos) hasta las costas suecas, donde serían acogidos por el gobierno de Suecia y puestos a salvo.
Entre los numerosísimos miembros de la resistencia danesa que arriesgaron sus vidas para salvar a los judíos, destaca la historia de Henny Sundig, una joven chica de 19 años de edad que dio infinidad de viajes entre la costa danesa y sueca para llevar en su barco, Gerda III, a numerosas personas y ponerlas a salvo, a pesar de que ella corrió innumerables peligros.
Fuentes de consulta e imagen: rescueofdanishje / democraticunderground / Wikimedia commons
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