Cuando el gobierno irlandés dejó a los soldados británicos sin cerveza Guinness durante la IIGM

Tras la invasión alemana de Polonia, 1 de septiembre de
1939, y el posterior inicio de la Segunda
Guerra Mundial
, muchas fueron las naciones que decidieron mantenerse
neutrales en dicho conflicto bélico, entre ellas Estados Unidos (que entraría
en la guerra a partir del bombardeo japonés de Pearl Harbor), España (recién
terminada la Guerra Civil) o Irlanda.

Los gobernantes de éste último país vieron con preocupación
cómo su decisión de declararse como un ‘Estado
Libre neutral’
dividió a parte de la población e incluso recibieron
presiones exteriores (entre ellos del Reino Unido o Alemania) para que tomase partido
por alguno de los dos bandos.

Desde el Tercer Reich alemán se le ofrecía al Primer
Ministro irlandés, Éamon de Valera,
la posibilidad de poder recuperar
Irlanda del Norte de los británicos
, mientras que estos creían conveniente
su incorporación para reforzar a los aliados (en aquellos momentos Reino Unido
y Francia), además de ser un punto estratégico en el Atlántico.

Incluso, dentro de la propia Irlanda había quienes pedían al
Primer Ministro apoyar a uno u otro bando. Destacado fue el respaldo que se le
daba desde el republicanismo más radical del país, en el que se solicitaba apoyar al nazismo de Hitler con la
creencia de que de ese modo se podría recuperar la soberanía norirlandesa.

Varias fueron las jugadas estratégicas que Éamon de Valera
realizó y que mantuvo a Irlanda como un Estado
Libre neutral durante toda la IIGM
. Una fue la declaración del ‘estado de emergencia’ en el país el 2
de septiembre de 1939, el día siguiente de la invasión alemana de Polonia.

Con dicha declaración, denominada comúnmente como ‘The Emergency’ (‘La Emergencia’ en
castellano o ‘Ré na Práinne’ en irlandés), blindaba el país frente a posibles injerencias
externas, pero también internas, ya que facultaba al gobierno para controlar la
economía, los medios de comunicación y el poder judicial (este último facultaba
al internamiento carcelario sin juicio previo).

El Primer Ministro Británico, Neville Chamberlain, intentó convencer por todos los medios a Éamon
de Valera para que Irlanda entrase en la guerra del lado Aliado, siendo
totalmente inútiles todos los esfuerzos y optando por encargarle tal faena a Winston Churchill, quien acababa de ser
nombrado ‘Primer Lord del Almirantazgo’.

Pero los esfuerzos de los británicos de nada sirvieron e
Irlanda continuó en su firme posición de Estado Libre neutral.

En mayo de 1940 Neville Chamberlain presentó la dimisión,
siendo Winston Churchill nombrado nuevo Primer Ministro Británico, algo que le
otorgaba mucho más poder de decisión, por lo que volvió a insistir a los
irlandeses para que se unieran a la
guerra junto a los Aliados
, pero Éamon de Valera seguía firme en su
neutralidad.

Esto obligó a
Churchill a tomar medidas drásticas que afectarían de lleno a la economía
irlandesa
, por lo que se ordenó cortar el suministro de materias de primera
necesidad destinados a Irlanda (como los cereales, el carbón, fertilizantes o el
petróleo). El premier británico estaba convencido que la falta de poseer los
irlandeses una marina mercante propia y ante la escasez de esos productos
vitales, acabarían cediendo a su deseo de incorporarlos a la IIGM.

Y ahí llegó otra de las jugadas estratégicas y maestras de Éamon
de Valera, que fue primordial para que los británicos renunciasen en el empeño
de incorporarlos a la guerra, al estrangulamiento económico del país y
levantaran definitivamente aquel veto de materias primas.

Para ello, y acogiéndose a la mencionada acta de emergencia
(The Emergency), el Primer Ministro irlandés decretó que, con el fin de garantizar
que los pocos cereales que se disponían en el país fuesen destinados principal
y mayoritariamente a la elaboración de pan para la población irlandesa, se
debería rebajar significativamente la
elaboración de cerveza Guinness
y, por tanto, esta bebida dejaba de ser exportada fuera del país,
incluyendo al Reino Unido
y a cualquiera de sus colonias.

En aquellos momentos desde
Irlanda se estaba exportando al Reino Unido más de un millón de barriles de
cerveza Guinness al año
, siendo esta marca la más consumida y demandada por
los británicos y, como no, también por los soldados de esta nacionalidad.

El dejarlos sin esa cerveza desmoralizaría a la ciudadanía
británica, pero sobre todo a las tropas militares, quienes pasaban sus pocos
ratos de ocio consumiéndola. El no poder beber cerveza Guinness se convertiría
en un drama nacional para los británicos.

Se vivieron varios disturbios
en Belfast
(Irlanda del Norte) cuando soldados británicos acudían a un pub
y veían como no les podían servir su
cerveza preferida
 por culpa del
estrangulamiento económico que las autoridades de su país habían impuesto a los
irlandeses.

Con el fin de garantizar
el suministro de Guinness en el Reino Unido
, los británicos empezaron a
exportar trigo a los irlandeses, pero este gesto no era suficiente para estos,
ya que también necesitaban carbón y otras materias primas (debido a la escasez
de recursos naturales en este país).

Finalmente aquel estrangulamiento económico de los
británicos fue desapareciendo. Irlanda continuó siendo neutral (a pesar de las
presiones de los Aliados e incluso del bombardeo que sufrió Dublín en 1941 por
parte de la Luftwaffe alemana.

Fuentes de
consulta: The
Churchill Project
/ blog.acton.org
/ drbryceevans
/ irishcentral
/ historyireland
/ pxfuel

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