El conflicto con Gibraltar, tres siglos de rifirrafes hispano-británicos

Dice el diccionario de la RAE que un rifirrafe es una ‘contienda o bulla ligera y sin trascendencia’. A pesar de la transcendencia e importancia que tiene todo lo relacionado con Gibraltar y los diferentes conflictos que ha habido entre España y el Reino Unido por la colonia, estos no han dejado de ser pequeñas desavenencias que no han ido más allá de un ligero enfrentamiento diplomático, el cual ha vuelto a la normalidad tras unas cuantas reuniones.

Hay quien apuesta con seguridad a que cada vez que ha estallado uno de estos conflictos, en el que se reclamaba por parte de España la soberanía y control sobre el Peñón, éste ha servido y sido utilizado como cortina de humo para desviar la atención, con motivo de esconder detrás graves crisis políticas y/o económicas del propio gobierno español.

Desde que hace tres siglos el Peñón fuese cedido a Gran Bretaña a través del Tratado de Utrecht, muchas han sido las crisis diplomáticas y pocas las consecuencias graves, quedando solucionadas tras los oportunos encuentros en las sedes diplomáticas.

En el artículo X del mencionado tratado, la cesión por parte de la corona española a los británicos se hacía del siguiente modo:

“El Rey Católico, por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillo de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno” (el Rey Católico al que se refiere el artículo fue Felipe V).

Pero a pesar de estas instrucciones dadas por el monarca, conocido como ‘el Animoso’, muchos fueron quienes posteriormente no estuvieron de acuerdo con el hecho de que Gibraltar fuese colonia británica, por lo que se trató de trazar infinidad de planes para conseguir que volviese a la soberanía española.

Uno de los ilustres personajes que más empeño puso fue Pedro Pablo Abarca de Bolea, X conde de Aranda, hombre de drásticas decisiones que se ganó a lo largo de su vida un gran número de enemigos, tanto patrios como extranjeros, y que ya en su tiempo propuso provocar un conflicto diplomático con el Reino Unido, entorpeciendo el acceso de los buques británicos que se dirigieran hacia Gibraltar.

Su plan consistía en colocar en la parte española de la bahía y todos sus alrededores una serie de obstáculos subacuáticos (postes clavados en el fondo) que entorpecieran el fondeado y entrada de barcos de la Corona británica que se dirigiesen a la colonia.

La animadversión del conde hacia los británicos lo llevó a crear más de un momento de difícil solución, pero en el fondo su estilo y modelo de Estado se asemejaba mucho al que tenían en el Reino Unido, llegando a proponer la creación de una mancomunidad de naciones con todas las tierras y colonias que pertenecían a la Corona española (tal y como posteriormente crearon los británicos con la Commonwealth).

Varias fueron las ocasiones en las que España intentó ‘reconquistar’ Gibraltar y retornarla a su soberanía, siendo una de las de mayor importancia la que tuvo lugar entre 1779 y 1783 y que se conoció como ‘el Gran Asedio a Gibraltar’, el cual fue el tercero desde que pertenecía a los británicos.

A lo largo de los siguientes años hubo varios desencuentros entre ambas naciones a causa del tema del Peñón (el levantamiento de la verja o el cierre de la frontera por parte del gobierno de Franco, entre otros) pero no pasaron más allá de ser unos conflictos que duraron varias semanas, quedando en rifirrafes. Eso sí, desde entonces ninguno de los diferentes gobiernos que ha habido en España ha dejado de idear planes para recuperar la plaza gibraltareña.

Cabe destacar la ‘Operación Félix’, el nombre que le pusieron al plan con el que Franco, con la ayuda de Hitler, pretendía atacar y recuperar Gibraltar el 10 de enero de 1941.

[Relacionado: El plan secreto de Franco y Hitler para invadir Gibraltar]

Pero esta no fue la única ocasión en la que el dictador español pretendió recuperar la hegemonía. En la década de los años 60 se presentó una solicitud frente al Comité de descolonización de la ONU, siendo desestimada.

La españolidad de Gibraltar fue un tema recurrente y ampliamente utilizado a los largo de los 36 años en los que Francisco Franco estuvo al frente del país. Cada vez que surgía un problema (político, social, estudiantil…) la prensa del régimen recuperaba el asunto, siendo de lo único que se hablaba en los boletines informativos y periódicos de la época, y de éste modo tener distraída a la ciudadanía.

Durante los gobiernos democráticos también ha habido diferentes ocasiones en los que han saltado chispas entre británicos y españoles con Gibraltar como trasfondo.

Para el recuerdo quedaran también los momentos más críticos vividos dentro del siglo XXI, como la crisis por la llegada al Peñón del submarino nuclear Tireless, la visita del Príncipe Eduardo de Inglaterra y su esposa el pasado año 2012 o este mismo verano con el lanzamiento al agua , por parte del los gibraltareños, de bloques de hormigón.

Sea como fuere el trasfondo real de cada uno de los conflictos, los rifirrafes hispano-británicos acuden regular y fielmente a su cita, algo que mantiene entretenido al ciudadano que deja aparcados temas mucho más preocupantes.

Fuentes: Miguel Pérez López / mgar / wikipedia