La tragedia del barco con inmigrantes italianos que se hundió frente a Cartagena y cuyo capitán huyó el primero

Durante las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del
XX la afluencia de inmigrantes
europeos hacia el Continente Americano
fue masivo. El único medio de transportes con el que por aquel entonces se
podía llegar era a través de barcos.

Enormes buques que iban cargados hasta los topes por
centenares de personas cuyo sueño era llegar a al país de acogida y empezar una
nueva vida. Muchos habían sido los ejemplos de aquellos Indianos que tras unos años en América habían regresado a su patria
con una importante suma de dinero.

Esto es lo que provocó que la inmigración hacia allí fuera
masiva y las compañías navieras necesitaran nuevos barcos para transportar a
todas aquellas personas a su nuevo destino.

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La ‘Navigazione
Generale Italiana’
fue una empresa naviera creada en 1881 a raíz de la
fusión de varias compañías y que, con sede en Génova, se encargó de trasladar a
miles de italianos hasta Sudamérica. El cono sur del continente (sobre todo
Uruguay y Argentina) era uno de los destinos más solicitados por los
inmigrantes, por lo que no tardó en adquirir un nuevo barco, construido por la
compañía Robert Napier & Hijos en
el astillero de Glasgow (Escocia) y botado el 26 de marzo de 1883.

A penas cuatro meses después, el 15 de julio,  este trasatlántico –que se trataba de un
vapor bautizado como Sirio que tenía
una capacidad para alrededor de 1400 pasajeros- efectuó su primer viaje hacia
América. Sus principales destinos fueron Montevideo,
Rio de Janeiro y Buenos Aires
.

En 1906, tras 135 viajes realizados y miles de pasajeros
llevados al otro lado del Océano Atlántico, una negligencia por parte del
capitán que comandaba el Sirio provocó, a las cuatro de la tarde, su
hundimiento frente a las costas del cabo
de Palos
, en Cartagena (Murcia), el sábado 4 de agosto.

Había zarpado un par de días antes de Génova y su destino era los puertos de Rio de Janeiro, Montevideo y
finalmente Buenos Aires. Al llegar frente a las Islas Hormigas (en el mencionado cabo de Palos) el capitán Giuseppe Piccone en lugar de bordearlas
(debido a la poca profundidad que por allí había) ordenó pasar entre medio del
cabo y las islas, provocando su torpe decisión que los bajos del barco chocasen
y explotaran las calderas.

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Tal y como ha ocurrido en otras muchas tragedias marítimas,
el caos y los nervios se apoderaron de todos los que iban a bordo, peleándose
(incluso a navajazos) por conseguir sitio en uno de los pocos botes salvavidas
disponibles. El capitán Giuseppe Piccone y varios miembros de su tripulación
fueron los que desembarcaron primero, abandonado a su suerte a quienes estaban
a bordo.

Dentro de la tragedia que suponía tal hundimiento, el
destino hizo que, al haberse producido a primera hora de la tarde, en aquel
momento navegaran por la zona varios barcos (sobre todo de pescadores que
venían de vuelta de faenar) pudiendo acudir rápidamente a socorrer a quienes estaban
a bordo del Sirio.

Se pudieron recuperar los cuerpos sin vida de alrededor de
240 personas y salvaron su vida otras 580 (algunas fuentes indica que las
victimas mortales fueron 223 y los supervivientes 892 por lo que el baile de
cifras entre unas fuentes y otras es grande). Todo apunta a que en realidad el
número de fallecidos podría haber doblado e incluso triplicado al que dan las diferentes
versiones, debido a que muy probablemente el barco viajara con un pasaje muy
superior al permitido (la mayoría personas indocumentadas) y motivo por el cual
el capitán y su tripulación huyera del buque apresuradamente, con el fin de no
tener que dar explicaciones de los sucedido y se descubriera esa sobrecarga de
pasajeros.

Giuseppe Piccone tenía en aquel momento 68 años de edad y cinco
décadas navegando. En ningún momento de su carrera sufrió un accidente o tuvo
altercado alguno. Lo más sorprendente era que aquella travesía iba a ser la
última y que de regreso a Génova se jubilaría. Pero algo pasó por su mente para
que, a sabiendas de que no debía pasar entre las islas Hormigas y el cabo de
Palos (por la cantidad de veces que había realizado el trayecto), hizo que
tomara la peor decisión de su vida.

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Tras huir del barco el capitán Piccone y algunos miembros de
su tripulación fueron a esconderse (tras llegar a tierra con el bote
salvavidas) a un hostal llamado La Piña de la población de Cartagena. Fueron
localizados rápidamente y se les ordenó ponerse rumbo a Barcelona, donde
cogerían un vapor rumbo a Italia.

Se abrió una investigación y según parece dos meses después
el capitán fallecía. No trascendió si fue por muerte natural o suicidio. Lo que
sí se sabe es que su negligencia dejó docenas de muertos. Hombres, mujeres y
niños que deseaban viajar hasta el continente americano en busca de una vida mejor
y se encontraron con una decisión errónea y una actitud cobarde por parte del
capitán Giuseppe Piccone.

Fuentes de consulta e imágenes: archivo.cartagena
(pdf)
/ antiwarsongs
/ nytimes
(pdf)
/ regmurcia.com
/ terzaclasse / Wikimedia
commons

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expresión ‘¡Las mujeres y los niños primero!’?
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