La mujer que, disfrazada de hombre, se alistó en la marina para ir a la guerra junto a su añorado esposo

Numerosos son los casos que se han dado a lo largo de la
Historia en los que alguna mujer ha participado como soldado en una guerra y lo
ha hecho travestida de hombre, debido a que las leyes no permitían la presencia
de personal femenino en el ejército. Los motivos por el cual lo hicieron son
variados y van desde la necesidad de servir a su patria, pasando por el deseo
de vivir como un hombre (debido a su condición sexual) e incluso con el fin de
reunirse con alguien que en aquel momento se encontraba alistado o luchando en
el frente.

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Esto último es lo que motivó a la sueca Brita Christina Nilsdotter decidir, en 1788, vestirse con ropas
masculinas y alistarse en la marina de su país con el fin de reencontrarse con
su marido, Anders Peter Hagberg,
quien era militar de profesión y había sido requerido en el en la guerra que enfrentó a Suecia y el Imperio
Ruso
, entre junio de 1788 y agosto de 1790.

Después de la partida de su esposo y tras no tener noticias
de éste durante unos meses (se habían casado en 1785 y en aquellos tres años no
habían estado separados más de un día), Brita tomó la decisión de que
necesitaba reunirse con él, debido a lo mucho que lo añoraba.

Sabía que no podía presentarse sin más en el frente de
batalla y reencontrarse con Anders, por lo que se le ocurrió la idea de hacerse
pasar por hombre (contándose el pelo y vistiendo las ropas de su marido) y
alistarse en el ejército, donde solicitaría como destino el mismo lugar en el
que se encontraba su esposo.

Lo hizo bajo el nombre de Petter Hagberg y, según consta en las crónicas, nadie pudo darse
cuenta de que realmente se trataba de una mujer travestida de hombre.

Una vez en el ejército, Brita (en aquellos momentos Petter
Hagberg) fue enviada a servir como marinero en la recién botada fragata de
guerra HMS Styrbjörn, desde la que
participó en varias batallas con gran valentía (a pesar de no tener experiencia
alguna).

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Algunas fuentes apuntan que se reencontró con su esposo en
el mencionado barco, aunque pocos detalles se dan de ello. Se pueden encontrar
algunos relatos (que la mayoría de historiadores tachan como de apócrifos) en
los que explican que en cierta ocasión, estando Brita y Anders sirviendo en el HMS
Styrbjörn, el almirante Kurt von Stedingk mandó llamar al soldado Hagberg, presentándose
frente al mando militar ambos y que fue en aquel instante cuando se
reencontraron, manteniendo en secreto la identidad y género de la esposa.

Lo que sí se sabe con certeza es que a principios de julio
de 1790, durante la batalla de Björkösund,
Brita recibió un impacto en el pecho, por lo que la trasladaron bajo la
cubierta para ser atendida. Ella se negó a ello, pero, teniendo que obedecer
las órdenes de su superior, finalmente tuvo que acceder y ahí fue cuando el médico de a bordo descubrió que Petter
Hagberg era realmente una mujer
.

La Guerra ruso-sueca finalizó y a los dos miembros del
matrimonio Hagberg se les licenció y pudieron regresar a su hogar para vivir
juntos y sin tener que separarse nunca más.

A pesar del engaño hacia las autoridades militares, Brita recibió una condecoración por la
valentía mostrada en todas aquellas batallas en las que participó
, además
de que se le concedió una pequeña pensión. También se le gestionó la concesión de
una licencia para el comercio de alimentos y una parada en el mercado de la
plaza Oxtorget de Estocolmo, que atendió hasta poco antes de su fallecimiento
en 1825 (a los 69 años de edad) llevando con orgullo, prendida en la pechera de
su abrigo, la medalla al valor de la marina sueca.

Fuente de la imagen: Wikimedia
commons

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