La leyenda urbana sobre la maldición del ‘Coronel Sanders’ de un KFC de Japón

El 4 de marzo de 1970, coincidiendo con la celebración en Japón de la Exposición Mundial de Osaka, se abrió, de forma experimental, la primera franquicia en un país asiático del célebre restaurante de pollo frito ‘Kentucky Fried Chicken’ (KFC), cuyo fundador había sido, cuatro décadas atrás, Harland David Sanders, mundialmente conocido como ‘Coronel Sanders’.

Desde que se había puesto el franquiciado de locales, a mediados de la década de 1950, el rostro del entrañable Coronel Sanders se había convertido en la imagen corporativa de la empresa. Pero en su desembarco en el continente asiático, la compañía pensó que para reforzar aquella presencia del entrañable personaje, podía ser una buena idea el colocar a la puerta del recién estrenado restaurante en Osaka una estatua, prácticamente de tamaño real (173 centímetros de alto), del fundador del KFC, realizada en plástico reforzado con fibra.

Tras el éxito inicial de aquel primer restaurante de pollo frito en Japón, a lo largo de los siguientes años se abrieron numerosos locales por todo el país y en todos ellos se colocó una réplica de la estatua del Coronel Sanders, convirtiéndose en todo un icono para los nipones.

El pollo frito del ‘Kentucky Fried Chicken’ llegó a gustar tanto que a partir de 1974 llegó a convertirse en toda una tradición para muchísimos japoneses el ir a cenar a un restaurante KFC el día de Nochebuena.

Docenas eran los locales KFC repartidos por todo Japón y en la puerta de todos y cada uno de ellos se podía encontrar la estatua del Coronel Sanders, convirtiéndose en los siguientes años en un elemento más de los establecimientos y que fue reconocido como ‘marca tridimensional’.

El 16 de octubre de 1985, tras la disputa de un partido de béisbol, numerosos hinchas del equipo Hanshin Tigers (de la población de Nishinomiya), celebraron un sonado triunfo del equipo en el campeonato dándose un baño en el río Dōtonbori de Osaka, lanzándose desde el célebre puente Ebisubashi. Era tal el desenfreno por parte de los aficionados (ya que no estaban acostumbrados a que su equipo ganase partidos importantes y aquel lo había sido) que todo se desmadró y hubo alguien a quien se le ocurrió que era una buena idea el coger la estatua del Coronel Sanders (de un cercano local KFC) y lanzarlo al agua.

Aquel parecía un hecho aislado que no tendría graves consecuencias, ya que se trataba de un simple muñeco de plástico, pero la cultura nipona es sumamente supersticiosa y no se sabe quién ni cuando, pero alguien empezó a difundir una supuesta maldiciónque decía que, mientras la estatua del Coronel Sanders no fuese recuperada del río Dōtonbori y colocada de nuevo en el restaurante, el equipo Hanshin Tigers no volvería a ganar ni un solo encuentro de béisbol.

Los Hanshin Tigers no era un equipo que destacase por ganar muy a menudo, pero de vez en cuando algún triunfo tenía (aunque ante equipos mediocres) y la casualidad hizo que, a partir de aquel momento, fuesen acumulando una derrota tras otra, hasta tal punto que se tiraron dieciocho años sin ganar ni un solo encuentro.

Según habían ido pasando los años, la creencia en la ‘Maldición del Coronel Sanders’, había cogido más fuerza y popularidad entre la población y numerosas fueron las ocasiones en las que se buscó la estatua en las profundidades del río, sin tener éxito (tanto en las búsquedas como en los campeonatos de béisbol).

Evidentemente, la historia de la supuesta ‘Maldición del Coronel Sanders’, no dejaba de ser una leyenda urbana más de las miles que los japoneses creen y comparten. Y aunque es verdad que la mencionada estatua del Coronel Sanders se lanzó al río Dōtonbori de Osaka y el equipo perdió un gran número de encuentros, también lo es que, según las estadísticas existentes sobre los encuentros disputados por los Hanshin Tigers a partir de aquella fecha (16 de octubre de 1985), sí hay constancia de algunos triunfos conseguidos por el equipo (aunque no torneos importantes), por lo que la mencionada maldición no lo era tanto en realidad.

Todo cambió en 2003, cuando los Hanshin Tigers sorprendentemente ganaron la liga aquel año. Como dato curioso, todos los establecimientos del KFC de la población de Nishinomiya retiraron las estatuas del Coronel Sanders de su puertas, ante el temor de que una descontrolada celebración volviese a coger alguno (tal y como ocurrió en 1985).

El 10 de marzo de 2009(24 años después de haber sido lanzada) parte de la estatua del Coronel Sanders fue recuperada de las aguas del río Dōtonbori. Al día siguiente se recuperó la parte que faltaba (aunque la mano izquierda nunca se encontró) y tras una pequeña restauración (aunque no demasiada, para que conservase el deterioro que le daba cierto encanto) se optó por devolverla al restaurante ‘Kentucky Fried Chicken’ del que se sustrajo, pero el local ya no existía y los propietarios de la franquicia decidieron colocarlo en la puerta de otro de sus restaurantes, siendo su nueva ubicación en la población de Nishinomiya, estando muy cercano al estadio de béisbol donde juegan los Hanshin Tigers, siendo un reclamo para los miles de aficionados que asisten a los encuentros.

A pesar de haberse recuperado la estatua del Coronel Sanders, la supuesta maldición parece no haber desaparecido, debido a que desde entonces han sido escasos los triunfos del equipo de los Hanshin Tigers.

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

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