El triste y trágico destino de una joven y talentosa actriz judeo-croata

El 27 de febrero de 1935 tenía lugar la séptima ceremonia de los Premios Óscar en la que se le incorporó una nueva categoría conocida como ‘Premio Juvenil de la Academia’ (Academy Juvenile Award) en la que se quería galardonar de un modo simbólico a las emergentes estrellas infantiles que se estaban haciendo un importante hueco en la cinematografía. Se trataba de un premio de carácter honorífico y en aquella primera ocasión fue a parar a la pequeña actriz Shirley Temple, nacida en 1928 y quien, con tan solo cuatro años, había participado en 1934 en un total de diez películas y tres cortometrajes, convirtiéndose en una de las actrices más famosas y queridas por los espectadores de todo el planeta.

En aquella misma época, a más de seis mil kilómetros de Hollywood, una pequeña actriz (un año mayor que la pequeña estrella hollywoodiense) llamada Lea Dragica Deutsch (y conocida artísticamente como ‘Lea Deutsch’) actuaba y hacía las delicias sobre el escenario del Teatro Nacional de Croacia, en su Zagreb natal, bailando, cantando e interpretando algunos papeles que dejaban maravillados a los espectadores croatas.

Era una delicada época histórica conocida como ‘periodo de entreguerras’, en la que el país báltico sufrió en muy pocos años numerosos cambios de forma de nación y gobierno, formando parte desde la finalización de la Primera Guerra Mundial (1918) de diferente conglomerados y que en aquellos momentos (desde 1929) era denominado como Reino de Yugoslavia.

A pesar de los diferentes cambios y trasformaciones que iba sufriendo el país, los agramitas (gentilicio por el que se conoce a los habitantes de Zagreb) intentaban seguir llevando una vida normal, sin saber lo que les esperaba a partir de 1941 tras convertirse la ciudad en la capital de un gobierno títere del Tercer Reich (Estado Independiente de Croacia) en el que se aplicó las leyes nazis y de persecución, arresto y exterminio de la población judía.

A lo largo de la década de 1930 seguían acudiendo al teatro y espectáculos en los que cada vez era mayor la presencia de Lea Deutsch y a la que alguna crónica de prensa local había llegado a bautizar como ‘la Shirley Temple croata’, destacando el enorme e innato talento artístico que la pequeña Lea demostraba cada vez que se subía a un escenario, de quien se le esperaba un prometedor futuro, tanto teatral como cinematográfico.

Aquella ‘niña prodigio’ de la interpretación había nacido en 1927 en el seno de una familia de clase media acomodada, en la que el padre (Stjepan) ejercía como abogado y la madre (Ivka) era ama de casa aficionada al ajedrez, con gran formación e inquietud cultural e intelectual, algo que la pareja supo transmitir a sus dos hijos (Lea y su hermano Saša).

Desde pequeña, Lea había mostrado una gran inquietud hacía el baile y las artes escénicas y con tan solo cinco años empezó a participar en pequeños papeles en obras que se representaban en el HNK de Zagreb (forma en la que era conocido el Teatro Nacional de Croacia). Poco a poco fue adquiriendo más protagonismo en las funciones, llegando a participar en producciones profesionales con obras de  Shakespeare y Molière.

La Shirley Temple croata crecía y siendo ya una adolescente (a principios de la década de 1940) seguía demostrando ser una gran actriz, habiendo participado en un documental realizado por la prestigiosa compañía francesa Pathé, que la descubrió durante un periodo en el que Lea Deutsch estuvo en París formándose como bailarina.

En septiembre 1939, tras la invasión alemana de Polonia, había estallado la Segunda Guerra Mundial y un año y medio después, en abril de 1941, Zagreb pasaba a ser la capital del denominado Estado Independiente de Croacia, un gobierno fascista y títere bajo la supervisión del Tercer Reich de Alemania liderado por Hitler y  el fascismo italiano de Mussolini.

Se inició la persecución de los ciudadanos judíos y la familia Deutsch como tal la sufrió. En un intento desesperado por salvar sus vidas, Stjepan (padre de Lea) decidió convertir al catolicismo a los miembros de la familia, pero a pesar de ello, siguieron estando señalados y perseguidos.

Lea Deutsch vio como se le prohibía la entrada en el teatro, donde ya no podía ir a ensayar ni se le ofrecía ningún papel en las nuevas producciones teatrales, quedándose sentada en un banco frente al HNK de Zagreb viendo como sus compañeros (no judíos) sí se les permitía el acceso.

En aquel momento (1941) Lea acababa de cumplir los catorce años, encontrándose en plena adolescencia y sin llegar a entender qué era lo que estaba ocurriendo (teniendo en cuenta cómo se siente alguien a esa edad y más cuando se ve rechazado y señalado).

A pesar de ello, seguía yendo hacia el HNK todas las tardes para no faltar a los ensayos e intentaba acceder, pero día tras día no se le permitía pasar y su rutina se convirtió en pasar todas aquellas horas sentada frente al teatro, sola y frustrada.

Por su parte, sus padres hicieron todo lo posible para poder huir de Croacia con sus hijos en varias ocasiones, pero todos los intentos fracasaron. En mayo de 1943 acabarían siendo arrestados (a excepción del padre que logró esconderse y escapar) y Lea Deutsch, junto a su madre, Ivka, y su hermano, Saša, serían deportados por los nazis hacia el campo de concentración de Auschwitz.

Un largo viaje que duró seis días y que realizaron en un destartalado e insalubre tren de mercancías y ganado. No llevaban bebida ni alimento alguno (ni se les facilitó durante todo el trayecto), falleciendo 25 de las 75 personas trasladadas.

Una de las víctimas mortales durante el trayecto ferroviario entre Zagreb y Auschwitz fue Lea Deutsch. Su madre y hermano serían asesinados poco después de llegar al campo de concentración.

Desde entonces, muchas son las referencias hacia Lea Deutsch como ‘la Ana Frank croata’.

Fuentes de consulta e imágenes: kripkit / arhiva.nacional / zadovoljna / jutarnji / Wikimedia commons

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