El grupo de prisioneros alemanes que crearon una efímera nación nazi en una isla de Indonesia

El nombre de ‘Nias’
se hizo popular al ser una de las islas del sudeste asiático, ubicada en el archipiélago al norte de Sumatra (Indonesia), que se vio afectada por el tsunami del 26 de diciembre de 2004 y el terremoto que volvió a azotar aquella zona tres meses después (28 de marzo de 2005). Un lugar
paradisiaco que durante las últimas décadas se había convertido en un destino
vacacional, sobre todo para los turistas que desean practicar el surf.

Nias es una de las
más de diecisiete mil islas que forman parte de Indonesia
y antes de que
este país fuera reconocido como una república independiente (en 1949, tras la Revolución Nacional indonesia de 1945),
formaba parte (desde 1800) de las Indias
Orientales Neerlandesas
, siendo una importante colonia, en el océano
Índico, para los intereses de los Países Bajos.

Pero en marzo de 1942 (en plena Segunda Guerra Mundial) y
solo durante un corto periodo de 19 días, la isla de Nias se convirtió en una curiosa y efímera nación nazi bajo el
dominio de un pequeño grupo de 67 presos alemanes que dieron un golpe de
Estado, teniendo en cuenta que la población de varios cientos de miles de
ciudadanos nativos.

Este nuevo país (no reconocido por ningún otro) fue
bautizado como ‘República Libre de Nias’
(Freie Republik Nias) y llevado a cabo por unos prisioneros alemanes que habían
sido apresados un par de años antes por el gobierno colonial neerlandés como
represalia hacía los residentes germanos en Indonesia, tras la invasión del Tercer Reich de los Países Bajos el 10 de mayo
de 1940.

Debido a esta invasión, se ordenó la detención de todos
aquellas personas de origen alemán que estuviesen en territorios controlados
por los neerlandeses (misioneros, médicos, empresarios, trabajadores…), sin
importar que estos nada tenían que ver con las acciones bélicas que el Reich
alemán estaba ejerciendo en Europa.

Aproximadamente unas 2.400 personas de esa nacionalidad
fueron detenidas, pero las autoridades de los Países Bajos, en las Indias
Orientales Neerlandesas, supieron de los inminentes planes bélicos del Imperio
japonés, quienes pretendían invadir un gran número de islas del sudeste
asiático.

Por tal motivo, se acordó con el Reino Unido el trasladar
por vía marítima a los prisioneros alemanes hasta la colonia británica de la
India. Se dividió a los presos en tres grupos y se les envió en diferentes
embarcaciones. Dos llegaron sin ningún problema hasta la India pero un tercer
barco fue atacado por la marina japonesa, naufragando y quedando con vida 67 de
los 477 prisioneros que se trasladaban.

Los supervivientes llegaron hasta la próxima isla de Nias y
allí se dividieron en dos grupos. Pocos días después eran arrestados por las
autoridades neerlandesas de la isla y encerrados en una prisión local, siendo
custodiados por unos pocos soldados holandeses y un número mayor de veldpolities, nombre en neerlandés que
recibió el cuerpo de policía en Indonesia compuesto por guardias nativos.

Hábilmente, los prisioneros germanos supieron convencer a
los vedpolities de la conveniencia de estos a revelarse contra los
imperialistas neerlandeses, debido a que muy pronto Japón invadiría todo aquel
archipiélago y podrían recompensarlos por ello. Les explicaron que tanto
Alemania como el Imperio nipón pertenecían a las Potencias del Eje y que en
cuanto los japoneses aparecieran por la isla quienes mandarían serían ese grupo
de alemanes.

Fue tal el poder de convicción que, el 28 de marzo de 1942,
un grupo de 38 veldpolities iniciaron una revuelta contra las autoridades
neerlandesas y liberaron a los presos alemanes.

El líder del grupo de prisioneros alemanes liberados, Albert Vehring, al día siguiente proclamó la isla como la ‘República Libre
de Nias’ y lo hicieron en nombre del Führer y líder supremo del Tercer Reich
Adolf Hitler
, por lo que aquella nueva nación pretendía ser un Estado
satélite del nazismo en el sudeste asiático.

El plan era empezar por aquella isla y, con la colaboración
japonesa, poder ir controlando el resto del archipiélago para que formase parte
del gran imperio alemán.

Los habitantes nativos de Nias recibieron con alegría la
proclamación de la nueva República Libre, ya que de ese modo se libraban de
casi un siglo y medio de sometimiento a los imperialistas neerlandeses.

En los siguientes días, poco a poco el líder de aquella
nueva nación, Albert Vehring, fue aglutinando más apoyos de los nativos y con
la ayuda de un buen número de estos acabó haciendo prisioneros a neerlandeses y
británicos que residían en Nias.

Tras la invasión de Sumatra por parte de los japoneses,
trasladaron hasta allí los mencionados presos y se los entregaron a los
nipones, como acto de buena voluntad y cooperación.

El 17 de abril de 1942, tras 19 días en marcha la ‘República
Libre de Nias’, el ejército japonés se presentó en esta isla para hacerse
cargo, dando por finalizada esa efímera nación pro-nazi, realizando un banquete
y posterior fiesta, donde se aprovechó para celebrar el cumpleaños de Adolf
Hitler (que nació un 20 de abril).

El ejército imperial japonés se hizo cargo de Nias y los
alemanes decidieron marcharse a otras islas, tan solo se quedó un médico, quien
fallecería cinco meses después.

Un mes antes de finalizar la IIGM (tras el lanzamiento de
las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki y con las fuerzas japonesas
descompuestas), estalló una revolución popular en Indonesia, consiguiendo su
independencia a partir de 1949.

Fuente de la imagen: Wikimedia
commons

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