El esclavo con un gran talento que inventó el barco a vapor y con el dinero pudo comprar su libertad

Cuando alguien inventa alguna cosa de utilidad, con la que
ganar un dinero, suele invertir dichas ganancias en montar algún tipo de
negocio o empresa con el que seguir desarrollando su creación y que le genere
más beneficios.

Pero el propósito de Benjamin
Bradley
, tras haber inventado un
pequeño artilugio
que dio origen al
primer buque de guerra a vapor
, no era hacerse rico para vivir cómodamente
sino ganar el suficiente dinero para comprar su libertad.

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Y es que Benjamin Bradley fue un esclavo afroamericano que, a pesar de no tener estudios, tenía una
gran inteligencia que le ayudó a aprender a leer y escribir tan solo fijándose
cómo lo hacían otras personas (sobre todo los hijos de su amo cuando eran
enseñados por un maestro).

Siendo un muchacho ya dio claros síntomas de estar dotado
para las ciencias y matemáticas, a pesar de no haberlas estudiado y gracias a
ese talento natural para aprender su amo lo envió a trabajar como aprendiz en
una oficina (en aquella época –mediados del siglo XIX- el salario que ganaba un
esclavo que trabajaba para un tercero era reintegrado a los propietarios de
éste).

Benjamin recogía todo tipo de chatarra y piezas que encontraba tirada en la basura y con ello
creaba complejos artefactos a los que le daba algún tipo de utilidad. Era tan
solo un adolescente, pero había inventado un pequeño artilugio que funcionaba a vapor que dejó boquiabiertos a
todos sus compañeros de oficina y a su amo, por lo que se le envió a trabajar a
la Academia Naval de Annapolis (capital
del Estado de Maryland) donde le ofrecieron un puesto de asistente en el
departamento de ciencias.

Allí trabajó codo con codo con los ingenieros aportando sus conocimientos
innatos y de su prodigiosa mente surgió la idea para crear un motor a vapor con
una potencia lo suficientemente grande como para lograr mover un buque de guerra
sin única la ayuda de las venas ni el viento.

El departamento de la Academia Naval recibió una cuantiosa
suma de dinero por la invención del mencionado motor a vapor; pero al tratarse Benjamin
Bradley de un esclavo no se le permitió patentar a su nombre dicho invento ni
percibir todo lo que se pagó por el artilugio sino que fue a parar al
responsable del departamento y al joven, a modo de gratificación, se le asignó
una paga de 5 dólares mensuales (que no era poco dinero para la época, pero ínfimo
en comparación con lo que se pagó por el invento).

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Pero Benjamin Bradley todavía guardaba todos los apuntes que
realizó del primer artilugio inventado unos años atrás (siendo un adolescente),
lo mejoró y consiguió una versión mucho más potente del motor a vapor (de 16 nudos) consiguiéndolo vender por su cuenta y con
el dinero obtenido por dicha venta y lo ahorrado durante algunos años gracias a
la mensualidad de $5 pudo comprar su
libertad y vivir el resto de sus días como un hombre libre
.

Cabe destacar que son numerosas las webs y fuentes que dan
fe de la historia de Benjamin Bradley y de cómo consiguió convertirse en un
hombre libre gracias a la invención del motor a vapor para un buque de guerra.
Pero se obvia y desconoce por completo qué fue de su vida y destino a partir
del momento en que dejó de ser un esclavo, algo sorprendente y sospechoso de
que no existan registros sobre ello.

Fuentes de
consulta e imagen: blackinventor / blackfacts / ‘Black
Americans 17th Century to 21st Century’ por John H. Jordan
/ famous-black-inventors
/ Wikimedia
commons

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