‘Taburete de sumersión’, el método de castigo utilizado siglos atrás contra mujeres ‘molestas’

A lo largo de la Historia, prácticamente todos los países
han utilizado el escarnio público
como método de castigo hacia
aquellas personas acusadas de cometer (aunque fuera falsamente) alguna falta o
delito de cualquier índole.

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La Santa Inquisición fue una de las instituciones que mayor
número de veces utilizó el torturar públicamente
y frente a sus vecinos
a  aquellas
personas a las que consideraban que habían cometido alguna herejía, blasfemia e incluso acusado de brujería.

Pero el escarnio público y ejemplarizante no fue algo exclusivo de la Iglesia.
Muchos gobernantes y culturas lo estuvieron utilizando a lo largo de los siglos
ante el convencimiento de que si se castigaba en un lugar en el que acudiesen
otras personas a verlo, estas acabarían tomando nota y no cometerían ningún
delito ante el temor de que también les ocurriera.

Muchos son las naciones que hoy en día siguen usando métodos públicos de castigo (países de Asia
y África) pero algunos lugares de Europa y América encontramos que se ha estado
llevando a cabo (o al menos ha estado en vigor) hasta la segunda mitad del
siglo XX.

Uno de esos castigos fue el conocido como ‘Taburete de sumersión’, un método
bastante utilizado a partir del siglo XIII sobre todo en el Reino Unido y
Norteamérica (especialmente durante el tiempo de las colonias británicas) y
llamado por los anglosajones ‘Cucking stool’.

Consistía en una butaca que estaba sujeta a un brazo móvil,
o unas cuerdas y poleas, en el que se sentaba la persona acusada de cometer
alguna falta o delito y que se sumergía en un río o estanque (se metía y sacaba
del agua varias veces a lo largo de un periodo de tiempo estipulado por las
autoridades).

La finalidad de este castigo no era acabar con la vida de la
persona a la que se sometía a tal suplicio, sino para conseguir su
arrepentimiento público. Pero numerosas fueron las veces en las que se les fue
de las manos a los verdugos encargados de mantener sumergido el taburete,
provocando la muerte a quienes torturaban de esa forma.

El ‘Taburete de sumersión’ fue un castigo que sobre todo se
aplicó a aquellas personas que habían sido acusadas de herejía o de tener
simpatías hacia la brujería (sin haberla practicado), también se supone que se
utilizaba con quienes cometían algún delito contra la infancia (ya fuese de
sangre o índole sexual) o quienes ejercían la prostitución, pero, sobre todo,
se usó largo tiempo contra numerosas mujeres que eran acusadas por sus vecinos
como ‘regañonas’.

Eran conocidas bajo ese término aquellas personas
(principalmente mujeres) que discutían continuamente con todo el mundo y por
cualquier motivo. Se consideraban personas molestas para la sociedad y se las
acusaba de perturbar la paz vecinal.

Por tal motivo, cualquier persona podía presentarse ante las
autoridades y acusar a una de sus molestas vecinas de ‘regañona común’. Los funcionarios municipales procedían a estudiar
el caso e interrogaban a conocidos y vecinos de la acusada. Si encontraban
pruebas suficientes procedían a apresarla y a sumergirla en el agua sentada en
el taburete, larga y repetidamente. Durante los siglos XV y XVI fue muy
prolífico este castigo en Inglaterra y a partir del XVII en Norteamérica.

Pero no solo quienes eran acusadas de regañonas, herejía, blasfemia o brujería fueron las víctimas de
este castigo. También se usó, hacia finales del siglo XIX y principios del XX,
con algunas sufragistas que, en
aquella época, se convirtieron en una incómoda molestia para las autoridades.

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Cabe destacar que Anne
Royall
(considerada por muchos como la primera periodista profesional de
los EEUU) estuvo a punto de ser sometida al castigo del taburete de sumersión en 1829, debido a que se le acusó de ‘malévola y buscapleitos’ tras publicar en el periódico que editaba
varios artículos sobre la corrupción en algunas instituciones gubernamentales,
por lo que se la tacho de ‘mujer molesta e incómoda’ y varios congresistas decidieron
darle un escarmiento público sumergiéndola en las frías aguas del río Potomac a
su paso por Washington DC, aunque un juez encontró el castigo como obsoleto y decidió imponerle como castigo el pago de una multa de 10 dólares. Próximamente dedicaré un post completo a la
interesante historia de Anne Royall.

Según consta, en el Reino Unido fue abolido el castigo del ‘taburete
de sumersión’ en 1967 y el último Estado de EEUU en prohibirlo (por obsoleto)
fue Nueva Jersey en 1972, aunque en ambos países llevaban desde inicios del
siglo XX sin utilizarlo (parece ser que las últimas fueron las mencionadas
sufragistas).

Fuente de las imágenes: Wikimedia
commons

 

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