Mabel Walker Willebrandt, la fiscal que se convirtió en la mujer con más poder de EEUU en la década de 1920

Entre el 16 de enero de 1920 y el 6 de diciembre de 1933
estuvo en vigor en los Estados Unidos la ‘Ley
Volstead’
, popularmente conocida como ‘Ley
Seca’
y por la cual se prohibió durante ese periodo en todo el país la
destilación, comercialización y consumo de  bebidas alcohólicas.

Innumerables han sido los artículos de prensa, novelas,
series de televisión y películas que se han aparecido desde entonces hablando  hasta la saciedad de aquellos años o de algún
hecho y/o personaje concreto.

Un periodo en el que el crimen organizado campó a sus anchas
por todo el país, creando un entramado de empresas y sociedades relacionadas
con la venta de licor ilegal. Algunos de los nombres propios de los
protagonistas de aquello años son inmensamente conocidos: Al Capone (uno de los mayores gánsteres de la Historia), Eliot Ness (el agente federal que le
dio caza y que comandaba un equipo conocido como ‘Los Intocables’) o George
Remus
(célebre abogado de criminales que acabó teniendo una de las
redes de distribución y venta de alcohol más grande del país), por citar a tan
solo tres.

Pero hay un nombre propio que tuvo una gran transcendencia
durante la década de 1920 y que, injustamente, no ha llegado a ser conocida por
la inmensa mayoría de personas tan solo por el hecho de ser mujer.

Se trata de Mabel
Walker Willebrandt
, quien el 27 de septiembre de 1921 (a los 32 años de
edad) fue nombrada ‘Fiscal General
Adjunta de los Estados Unidos’
, la primera de la Historia estadounidense en
ocupar tal cargo y que, durante los casi nueve años que lo ostentó se convirtió
en la mujer con más poder de todo el país.

Mabel Walker había nacido en el seno de una familia
trabajadora pero de grandes inquietudes intelectuales. Su padre era editor de
un periódico local de Kansas. Se casó a los 21 años, siendo en aquel momento
maestra de escuela, mientras compaginaba su trabajo con los estudios de derecho
en la Universidad del Sur de California, ejerciendo la abogacía a partir de
1916.

En tan solo cinco años consiguió hacer una carrera
fulgurante, siendo recomendada en 1921, para ocupar el mencionado cargo de adjunta al Fiscal General, por varios
jueces californianos, un senador y catedráticos de derecho de ese Estado.

A pesar de que ninguna otra mujer había ocupado dicha
oficina hasta la fecha y con alguna que otra crítica hacia el recién nombrado
Presidente de los EEUU, Warren G.
Harding
, éste optó por ponerla en uno de los más importantes cargos de su
administración, encomendándole el importantísimo trabajo de coordinar la
persecución, detención y posterior proceso judicial de los criminales que
burlasen la Ley Volstead y defraudaran impuestos federales. Cabe destacar que
la inmensa mayoría de los gánsteres que fueron apresados durante aquellos años
lo hicieron por asuntos fiscales, ya que era casi imposible imputarles los
centenares de asesinatos que cometieron sus hombres.

Tras el fallecimiento del presidente Harding en 1923, éste
fue sustituido en el cargo por Calvin Coolidge,
quien mantuvo a Mabel Walker como adjunta de la fiscalía general.

En los años que ocupó el cargo de Fiscal General Adjunta
varias decenas de miles fueron los casos que logró llevar ante los tribunales, consiguiendo
condenas de cárcel para cerca del 80 % de ellos.

Y el trabajo de Mabel
Walker también estuvo tras la investigación, arresto y condena de Al Capone
,
aunque la literatura, el cine y la televisión se han encargado de adjudicarle
todo el mérito a Eliot Ness y sus Intocables. Sin la labor, investigación e
informes de la adjunta a la fiscalía general, los agentes ferales no hubiesen
podido dar caza al mafioso más famoso de la Historia en 1931 (aunque la fiscal
adjunta había renunciado al cargo dos años antes, tras la toma de posesión del
nuevo presidente, Herbert Hoover, quien le había prometido nombrarla Fiscal
General y posteriormente se desdijo).

Cabe destacar que fue tal el poder que ejerció Mabel Walker
en la administración estadounidense, durante sus años al frente de la oficina
adjunta a la Fiscalía General, que, en 1924, fue quien recomendó el nombre de John Edgar Hoover para ser nombrado
director de la Oficina de Investigación
, predecesora del FBI y en donde se
mantuvo al frente a lo largo de 48 largos años.

Tras dejar el cargo de Fiscal General Adjunta, en 1929, se
dedicó a la práctica privada de la abogacía en Los Ángeles, teniendo como
algunos de sus clientes más célebres al actor Clark Gable o al todopoderoso productor Louis B. Mayer.

Muchos han sido los historiadores que han señalado que, de
haber nacido hombre o en otra época, Mabel
Walker Willebrandt con toda probabilidad hubiese llegado a alcanzar la
presidencia de los Estados Unidos
.  

Fuente de la imagen: Wikimedia
commons

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