La limpiadora que resultó ser la mujer más condecorada de la Historia militar

Días atrás os traía al blog el curioso relato del soldado
británico Sidney Godley,
quien tras haber protagonizado una importante y heroica gesta durante la
Primera Guerra Mundial pasó el resto de su vida en el más absoluto de los
anonimatos y trabajando como conserje de un colegio público.

Una historia muy
similar, sobre héroes militares que acaban en el olvido, es el que protagonizó
la militar serbia Milunka Savić
quien está considerada como ‘la mujer más condecorada de la Historia bélica’ y
que también participó en la conocida como Gran Guerra.

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Fue en 1941, durante la ocupación nazi de Serbia en la
Segunda Guerra Mundial, cuando un gran número de personas del entorno más
cercano de Milunka Savić se enteraron del glorioso y
desconocido pasado de la que llevaba más de una década dedicándose a las
labores de limpieza del Banco Hipotecario del Estado.

Pero no tuvieron
conocimiento de ello porque se le había rendido algún homenaje sino tras ser
testigos de cómo, aquella mujer de la limpieza de 51 años de edad, era
arrestada por la policía política del nuevo gobierno títere (manejado por
los nazis) que presidía el general Milan Nedić.

El nuevo mandatario
serbio había organizado una cena, en honor a los oficiales nazis a la cabeza de
la invasión del país, y cursó una invitación para que asistieran todos los
grandes héroes de la IGM.

Milunka Savić, llevaba
muchos años alejada de la vida militar y a pesar de haber sido múltiplemente condecorada
en el pasado por su destacadísimo papel en dicho conflicto bélico, decidió
rehusar la invitación, algo que no sentó nada bien al nuevo gobierno ni a los
invasores alemanes.

Tras arrestarla fue
enviada al recién estrenado campo de
concentración de Banjica
(en Belgrado), donde a lo largo de diez meses
estuvo encerrada.

Nadie podía sospechar que
tras el apacible y cordial carácter de Milunka se encontraba en realidad una
mujer de armas tomar y que participó de forma heroica en la Gran Guerra.

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La primera de las
condecoraciones fue la ‘Estrella de
Karađorđe’
, la más alta distinción civil y militar de Serbia, la cual
recibió apenas cinco meses después de iniciarse la IGM gracias a su valiosa
participación durante la invasión del Ejército del Imperio Austrohúngaro en la
conocida como ‘Batalla de Kolubara’.

Dos años después (en
1916) recibiría su segunda ‘Estrella de Karađorđe’, durante otra batalla en la
que había caído herida fue capaz de, con una sola mano, conseguir encañonar y capturar
a 26 soldados enemigos del Ejército Búlgaro.

Posteriormente fue
condecorada por los países Aliados (como Rusia y Francia) con sus distinciones
más importantes, entre ellas la prestigiosa ‘Croix de Guerre’ concedida por el ejército francés.

El hecho de que Milunka Savić
se hubiera convertido en militar fue totalmente casual, ya que en el verano de 1913
su hermano menor había sido convocado a alistarse en el ejército, tras haber
estallado la Segunda Guerra de los
Balcanes
, y ella (que contaba en aquellos momentos con 23 años de edad)
decidió presentarse en su lugar (tras cortarse el pelo y vestir sus ropas).

Llevó una vida ejemplar
en el ejército y tras ser herida, estando en el hospital, fue cuando se
descubrió que no era un hombre. Aunque se le aconsejó que siguiera vinculara al
mundo militar pero como enfermera de campaña ella se negó y quiso seguir en el
frente. Sus mandos finalmente accedieron debido a que en el Ejército Serbio se permitía
la incorporación a filas de las mujeres.

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Tras finalizar el
conflicto militar de los Balcanes se reenganchó al ejército, coincidiendo con
el inicio de la IGM, donde demostró arrojo y valentía durante toda la
contienda. En 1919, un año después de finalizar la guerra decidió incorporarse
a la vida civil con el fin de casarse y crear una familia.

A pesar de que el
gobierno francés le ofrecía un prometedor futuro (el cual incluía una
importante pensión vitalicia) prefirió seguir viviendo en Serbia y llevar una
vida modesta y una década después (ya divorciada de su esposo y madre de una
hija) entró a trabajar como limpiadora en el Banco Hipotecario del Estado, donde pasó los
siguientes 14 años de su vida, hasta que en 1941 fue arrestada tal y como he
explicado al inicio del post.

Una vez terminada la IIGM
volvió a su vida anterior y aunque el Estado le dio una pequeña paga, fue
insuficiente para llevar una vida cómoda y holgada. Tres décadas después, en
1972, su caso llegó a la prensa y gracias a la presión mediática se consiguió
que a Milunka Savić se le concediera un pequeño
apartamento donde vivir dignamente. Por aquel entonces ya contaba con 83 años
de edad. Falleció un año después y tras su muerte múltiples fueron los
homenajes que se le rindieron, pero para entonces todo ello llegaba demasiado tarde.

Fuente de las imágenes: Wikimedia
commons

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