La lavandera que se convirtió en heroína tras enfrentarse a los invasores otomanos en Niza

Prácticamente todos los lugares del planeta tienen alguna
calle, monumento o edificio dedicado a una heroína
local
que en algún conflicto bélico fue de gran ayuda para ganar una batalla o encabezo una revuelta o combate
que fue crucial para la historia de aquel lugar
. España cuenta, entre otras
muchas con Agustina de Aragón o María Pita,  en México podemos encontrarnos con la ‘soldadera’
Petra Herrera o tampoco podemos
olvidarnos de la ecuatoriana Manuela
Sáenz Aizpuru
, quien participó activamente en la liberación de Sudamérica
del dominio colonialista español. Tan solo cuatro ejemplos (de los cientos de
miles que hay) de mujeres bravas y empoderadas
en una época en la que el protagonismo histórico solía serle otorgado a los
hombres.

La historia de la población francesa de Niza también cuenta
con una de esas mujeres valientes. Su nombre  Catarina Ségurana (también
aparece como Catherine Ségurane),
una humilde lavandera que, en el año 1543, ayudó
a repeler una invasión otomana de la ciudad
. O al menos así es explicado en
los libros de historia y aparece reflejado en las placas y monumentos que se le
han dedicado.

La figura y gesta de la nizarda Catarina
Ségurana está entre el
mito histórico y la leyenda urbana
, teniendo dividido a los historiadores
franceses, debido a que no existen suficientes pruebas y crónicas de la época
que demuestren la existencia real de esta singular mujer.

En el siglo XV, en el que se datan los acontecimientos, Niza no pertenecía a Francia, como actualmente,
sino que formaba parte del ducado saboyano, ostentado en aquel momento por Carlos
III de Saboya. Francisco I de Francia se alió con los otomanos, con el fin de
que los turcos le ayudasen a invadir la ciudad. Por su parte, el duque de
Saboya hizo lo propio con el rey Carlos I de España (enemistado con el monarca
francés).

En el conocido como periodo de la guerra italiana
(1542-1546), varias fueron las ocasiones en las que se intentó sitiar la
capital nizarda, teniendo lugar durante el verano de 1543 un hecho que, según
se explica, fue crucial para librarse del asedio otomano gracias a la
intervención de Catarina Ségurana.

Esta mujer, lavandera de
profesión, se encontraba en el interior de la ciudadela cuando las fuerzas
atacantes quisieron tomar el control. Según se relata, Catarina (que solía
portar una pala de lavar, que utilizaba para golpear la colada una vez
enjabonada en el rio) golpeó al estandarte turco que se coló en la
fortificación en el momento de ir a izar la bandera del Imperio Otomano, se la arrebató
y, tras subirse las faldas enseñó el trasero a los atacantes, refregándose la
enseña por su posaderas. Los invasores turcos, tras esta deshonrosa profanación
de su bandera decidieron huir de Niza.

Este es el relato (con
diferentes variantes y versiones) que suele aparecer en los libros dedicados al
asedio de Niza de 1543, pero con el detalle de que la crónica más antigua, sobre
estos hechos, en los que se menciona a Catarina Ségurana se datan en la
segunda mitad de 1800, tres siglos después de los sucesos, no existiendo ni una
sola mención a esta mujer ni a su gesta en todas los textos escritos por los
cronistas que vivieron en el siglo XVI.

A pesar de la cantidad de contradicciones
y la falta de pruebas fehacientes sobre la existencia o no de este singular
personaje, se ha querido mantener en el imaginario popular de la capital
nizarda como uno de sus símbolos locales, encontrando numerosas referencias a
esta mujer en toda la ciudad de Niza.

Fuente de la imagen: Wikimedia
commons

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