Grace de Mónaco y Lady Di: las verdaderas ‘princesas del pueblo’

Recientemente se han conmemorado un par de efemérides que
han hecho que en las últimas semanas se hablase en todos los medios y redes
sociales de dos de las princesas más famosas y queridas por su pueblo.

Dos efemérides que además coincidían con la trágica muerte
de sus protagonistas, ambas por sendos accidentes de tráfico: el vigésimo
aniversario del fallecimiento de Diana
de Gales
(popularmente conocida como Lady
Di
) el 31 de agosto de 1997 y los 35 años del fatal accidente que costó la
vida a Grace de Mónaco (conocida
anteriormente a ser princesa como Grace
Kelly
y su trabajo como actriz de Hollywood).

Estas dos mujeres se encuentran en el top de princesas que más
admiración despertaron (y siguen haciéndolo muchos años después de haber
muerto) y a las que con frecuencia se les acompaña el nombre con la coletilla de
‘Princesa de Pueblo’, por el gran cariño
que llegaron a despertar.

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Ambas provenían de mundos muy alejados a la realeza y sin
embargo, a pesar de sus orígenes de plebeyas, llegaron a conquistar el corazón
de los príncipes de dos de las más famosas e importantes Casas Reales europeas:
la monegasca y la británica.

La vidas de tenían cierto paralelismo, sobre todo en lo que
a su origen se refería y a la labor humanitaria que desarrollaron a lo largo de
sus años como princesas.

Pero había algo que las diferenciaba: Diana fue prácticamente
infeliz la mayor parte de los quince años que estuvo casada y ostentó el título
de Princesa de Gales. Su esposo, el príncipe Carlos de Inglaterra mantenía
una relación extramatrimonial desde hacía años (muchos antes de casarse) con Camilla Parker Bowles, un antiguo amor
de juventud con quien no pudo contraer matrimonio pero con quien siguió
manteniendo una relación paralela durante los siguientes años.

Diana y Carlos de Inglaterra se divorciaron en 1996 (un año
antes de que ella falleciera) y por su parte Camilla Parker lo hizo de su
esposo en 1995. En  2005, Carlos y Camila
contrajeron finalmente matrimonio.

Pero Lady Di también hizo públicas sus diferentes
infidelidades algo que verdaderamente provocó el enfado de la Casa Real pero no
del pueblo, quienes la respaldaron y la convirtieron todavía más en alguien a
quien idolatraban.

Su trágica muerte en París la encumbró todavía más en el
olimpo de los mitos.

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Por su parte, Grace Kelly, ya era considerado todo un mito (hollywoodiense)
gracias a su carrera de actriz (rodó once películas y ganó varios premios,
entre ellos un Oscar). Algo que hizo enamorar perdidamente al príncipe Rainiero en una visita que la
actriz realizó a Mónaco durante la promoción de una de sus películas en 1955.

Según explican las crónicas, Grace también quedó prendada del
encanto de Rainiero y en poco más de un año contrajeron matrimonio.

Se dedicó en cuerpo y alma a labores caritativas y, sobre
todo en ser la imagen pública del Principado de Mónaco, otorgándole el glamur
que hoy en día tanto representa a este pequeño Estado enclavado en plena Costa Azul francesa.

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En los 26 años de relación matrimonial con Rainiero no
trascendieron momentos de crisis de pareja o infidelidades (y si las hubo no se
hicieron públicas).

El trágico accidente de coche que sufrió la convirtió en más
mito de lo que ya era y cientos de miles de turistas son los que viajan cada
año hasta Mónaco para visitar el monumento de la princesa Grace en el parque
ajardinado de Fontvieille.

Fuente de las imágenes: Getty
Images
/ Wikimedia
commons

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