La epidemia de fiebre amarilla en Madrid que obligó a trasladar las Cortes hasta Cádiz

En 1810, el brote de fiebre amarilla en Madrid causó la muerte de varios políticos importantes de la época (se calcula que un mínimo de cinco), dejando un vacío en la escena política española y contribuyendo a la inestabilidad política y económica del país en las décadas siguientes.

La fiebre amarilla se produjo en Madrid en 1810, durante la Guerra de la Independencia española, siendo especialmente devastadora, ya que la ciudad estaba llena de refugiados y soldados debido a la guerra, lo que contribuyó a las condiciones de hacinamiento y falta de saneamiento. La enfermedad se propagó rápidamente y provocó un gran número de muertes.

El gobierno español tomó medidas para controlar la propagación de la enfermedad, incluyendo la creación de hospitales especiales para los enfermos y la implementación de medidas de saneamiento, como la limpieza de las calles y la eliminación de charcos de agua estancada.

Por tal motivo, las Cortes españolas se trasladaron temporalmente hasta la provincia de Cádiz, celebrándose la asamblea constituyente en la población de San Fernando, el 24 de septiembre de 1810, y trasladada a la ciudad de Cádiz unos meses después (ya entrados en 1811).

Se trató de una medida tomada para proteger a los miembros del gobierno ya los ciudadanos de Madrid de la propagación de la enfermedad. Cádiz, un puerto importante en el sur de España, fue considerada una ciudad más segura debido a su clima cálido y su ubicación geográfica alejada de la capital.

El traslado de las Cortes a Cádiz tuvo un gran impacto en la política española de la época. La ciudad se convirtió en el centro del poder político y económico del país, y muchos reformistas y patriotas se mudaron allí para estar cerca de la Asamblea y participar en las discusiones políticas, además del impacto que tuvo en la economía de la ciudad, ya que se benefició de un aumento del comercio y de la industria debido a la presencia del Parlamento.

Y fue precisamente en las Cortes de Cádiz donde se aprobó la famosa Constitución de 1812 y que pasaría a la Historia bajo la denominación de ‘la Pepa’, al ser aprobada el 19 de marzo, festividad de San José.