El secuestro del vuelo N467US, el único sin resolver en Norteamérica

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A pesar de que el próximo 24 de noviembre se cumplirán 40 años, el secuestro del Boing 727 que realizaba la ruta entre Portland y Seattle continúa siendo el único caso sin resolver de la historia de los secuestros aéreos en Norteamérica.

La víspera del día de Acción de Gracias de 1971, el vuelo N467US con dirección a Seattle llevaba sentado en la parte trasera del avión a Dan Cooper, un hombre de unos 45 años y elegantemente vestido con un traje oscuro, corbata y unas gafas de sol.

A los pocos minutos del despegue llamó a la azafata que tenía más cerca de él y le entregó una nota. Esta creyó que el hombre intentaba ligar con ella y que le había dado su número de teléfono, por lo que guardo el papel en su bolsillo sin leerlo.

Cooper se le acercó por detrás y le dijo: «Señorita, mejor lea lo que pone en esa nota. Tengo una bomba».

En la nota explicaba que tenía un explosivo en el maletín que portaba con él y exigía un pago de doscientos mil dólares y dos paracaídas. Todo esto debería estar listo para cuando aterrizasen en el aeropuerto de Seattle un par de horas más tarde.

La azafata comunicó el secuestro del avión y las exigencias al comandante, y éste así lo hizo saber al control aéreo de Seattle, donde dispusieron todo lo que había reclamado el secuestrador. Después volvió a la parte trasera del avión y se sentó junto a Cooper, no sin antes servirle una copa de bourbon que le había pedido.

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El botín de 200 mil dólares exigido se preparó en billetes de $20 y antes de ser entregado se fotocopiaron cada uno de los diez mil billetes, para así poder seguir la pista tras la entrega.

Cuando el Boing 727 aterrizó en el aeropuerto de Seattle, Dan Cooper efectuó el intercambio de pasajeros por el botín solicitado por él. Tras la entrega del dinero y los dos paracaídas, dejó libre a los 36 pasajeros y a 2 azafatas, a las que ofreció una propina que 2.000 dólares que rechazaron.

Tan solo dejó en el avión a los pilotos y una azafata, que haría de enlace de comunicación con la cabina.

Tras ser repostado de gasolina, el aparato volvió a despegar, esta vez rumbo a México.

Cooper envió a la azafata junto a sus compañeros y les mandó decir que la cabina de pasajeros fuese despresurizada. También ordenó que realizaran el vuelo a una altura y velocidad baja (3.000 pies y 320 km/h) y.

Antes de marcharse a la cabina de pilotos, la azafata vio a Cooper ponerse una gabardina negra y atar algo alrededor de su cuerpo. Media hora después, cuando el avión sobrevolaba el estado de Washington, una luz del panel de control se encendió: una de las puertas traseras del aparato había sido abierta.

Dan Cooper había saltado del avión en marcha y nunca más se supo de él.

Hasta 1973 no se hicieron públicos los números de serie de los billetes y hasta la fecha no se había puesto en circulación ni uno solo de los 10.000 billetes. Varios periódicos ofrecieron recompensas que iban de los mil a los cinco mil dólares para aquella persona que les hiciera llegar algún billete de $20 con esa numeración.

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El 10 de febrero de 1980, un niño que se encontraba de picnic con su familia junto a un rio de Vancouver (Washington) encontró 5.880 dólares en billetes de $20.

El dinero tenía un aspecto totalmente estropeado y la hipótesis que surgieron fueron múltiples.

Expertos del FBI apostaban por el fallecimiento del secuestrador tras el salto y que ese era el motivo por el que jamás se supo de él y del dinero.

Pero, en la Oficina de Investigación Federal, tienen una espinita clavada desde hace 40 años. El no haber sido capaz de averiguar la verdadera identidad de la que, de momento, es la única persona en toda la historia que ha cometido un secuestro aéreo y no han podido resolver.

Post publicado originalmente para Yahoo! Noticias España el 4/7/2011:
https://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-ciencias/el-secuestro-del-vuelo-n467us-el-nico-sin-122358020.html

Info e imágenes extraídas de la web del FBI