Posiblemente más de una persona esté echando cuentas y pensando que lo que indica el titular de este post era totalmente imposible y que está errado, debido a que las fechas no cuadran, pues cuando se inauguró el túnel del Canal de la Mancha, que une el Reino Unido con Francia, la Unión Soviética ya estaba disuelta. Pero no, el título no está equivocado ya que el mencionado plan se diseñó varias décadas antes incluso de empezar a construirse el Eurotúnel.
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debería llamarse en realidad ‘Canal de La Manga’?]
Unir la isla británica con
el continente fue un viejo propósito en la mente de muchísimos ingenieros y
estadistas de uno y otro lado del Canal de la Mancha. Los primeros proyectos (podríamos
decir serios y en firme) datan de principios de 1800, un siglo en el que muchos
fueron los planes trazados para construir algún tipo de puente o túnel bajo el
mar que los uniese.
Según iba avanzando los años
cada vez se veía más viable hacerlo subterráneamente y a mediados del siglo XX
se creó lo que tres décadas después sería el embrión y diseño de lo que
finalmente iba a ser el Eurotúnel
que unía la población británica de Folkestone (en el sureste de Inglaterra) con la francesa de Calais (al norte de Francia).
En 1959, en plena Guerra Fría
que mantenía enfrentados al bloque
capitalista, encabezado por Estados Unidos,
Reino Unido y Francia con el comunista, con la URSS a la cabeza, se
tenía muy claro que era cuestión de unos pocos años para que el mencionado túnel
se hiciera realidad, debido a que las dos partes implicadas (el gobierno
francés y el británico) estaban cada vez más convencidos de la conveniencia de
su construcción, pero se abría una importante duda que en aquellos momentos
tenía en vilo a todos los políticos
en el lado occidental del telón de acero: ¿qué pasaría en
el caso hipotético de que los soviéticos decidieran iniciar una invasión del
continente europeo y se plantaran en el país galo frente a una puerta
subterránea
(el túnel) que les daría acceso directo a Gran Bretaña?
[Relacionado: El discurso
en el que Churchill pronunció y popularizó el término ‘telón de acero’]
El temor de facilitar una vía
de acceso fácil y directo a suelo inglés atemorizaba a los británicos de tal
manera que provocó que el proyecto siguiera ralentizándose y no acabara de
ponerse en marcha. Tal y como en su día se pronunció: no se podía permitir tener a los bárbaros
a las puertas de Calais.
Quince años después, en 1974 el
funcionario del Ministerio de Defensa británico
(Michael Legge)
presentó a sus superiores un detallado informe en el que se tenía en cuenta
todas las posibles probabilidades de un hipotético intento de ataque e invasión
soviético del Reino Unido a través del tan ansiado túnel con las
correspondientes medidas que se podían tomar para frenar el mencionado ataque.
Entre las diversas medidas que se contemplaban estaba el hacer
explotar el túnel, pero no podría realizarse mediante explosivos convencionales
debido a que, tal y como estaría diseñada esa vía de tránsito entre Folkestone y Calais, una explosión
no provocaría la rotura de aquel corredor subterráneo, sino que se expandiría hacia
ambos lados.
Por tanto lo más efectivo sería detonar una bomba nuclear, lo cual provocaría un derrumbe total e irreversible
del túnel. Una solución extrema y devastadora que podría suponer la pérdida de
un gran número de vidas, debido a que la mencionada explosión dentro del túnel provocaría
que éste hiciera de cañón alcanzando la detonación ambos extremos (Folkestone y
Calais).
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tercera potencia nuclear del planeta]
Eso sí, en el informe de Michael Legge en ningún momento se
hacía referencia alguna a las posibles víctimas mortales (población civil) ni a los daños colaterales que una explosión
nuclear podría provocar, pero sí se preocupaba por los cuantiosos costos
económicos que generaría a las arcas del gobierno británico.
Otro de los puntos a destacar del mencionado plan era que
éste se mantendría totalmente en secreto y que ni tan siquiera sus homólogos
franceses serían conocedor del mismo.
Finalmente a inicios de la década de 1980 se retomó el
proyecto de construcción, el cual volvió a encontrarse con numerosas trabas por
parte de los políticos británicos (esta vez por cuestiones económicas, ya que
el gobierno de Margaret Thatcher
no quería que fuera financiado con dinero público). Finalmente se llegó a un
acuerdo y las obras de construcción del Eurotúnel se iniciaron en 1986 y cuando
finalizó, en 1994, el bloque soviético llevaba tres años desmantelado y la
Guerra Fría se había dado por terminada.
Este es el motivo por el que se descartó el plan diseñado por
Michael Legge y durante todo este tiempo se han mantenido secretamente guardado en los Archivos Nacionales británicos, haciéndose público a raíz del conocido
como ‘Brexit’
(salida del Reino Unido de la Unión Europea) puesto que tal decisión ha
provocado la aparición de una gran cantidad de informaciones respecto a la idiosincrasia
británica, la antipatía que genera los aires de superioridad que muestran hacia
personas de otras nacionalidades y los conflictos (habidos y supuestos) que
esta nación tiene o podría tener con otros países.
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Fuentes de consulta e imágenes: businessinsider / independent / wikiwand
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