El fanático religioso que creó una harina integral para combatir el alcoholismo y la masturbación

Hoy en día podemos encontrarnos con una gran cantidad de
dietas y consejos nutricionales que
nos pueden ayudar a mejorar nuestra vida y salud y tras los que hay
innumerables horas de trabajo e investigación y una sólida base científica en
la mayoría de esas recomendaciones.

Lamentablemente, también existen aquellos tipos de consejos
sobre nutrición que no tienen fundamento ni rigor alguno, se inspiran en algún
tipo de moda o que se han realizado basándose
en creencias pseudocientíficas
, convirtiéndolas en más perjudiciales que beneficiosa.

Algo similar ocurrió hace un par de siglos, cuando desde los
sectores más puritanistas y
ultrareligiosos
surgió cierto interés hacia aquello que se comía y se
intentó buscar alguna causa-efecto respecto al comportamiento de las personas,
creando vínculos (sin base científica alguna) entre algunas conductas denominadas como ‘inapropiadas’
y el tipo de alimentos que esas personas ingerían.

En eso mismo es en lo que se fundamentó, durante la primera
mitad del siglo XIX, Sylvester Graham,
quien se dedicó a diseñar una serie de dietas, productos y alimentos que
deberían de ayudar a las personas a no
caer en el pecado y alejar a estas del alcoholismo, la masturbación
y de todo
tipo de vida corrompida e inmoral.

Sylvester Graham fue un reconocido fanático religioso que ejerció buena parte de su vida como ministro
presbiteriano y que desde muy temprana edad entró a formar parte del movimiento de la templanza (una
asociación que luchaba por la prohibición total del alcohol). Y es que siendo
tan solo un adolescente tuvo que entrar a trabajar en una taberna regentada por
un familiar suyo y en la que vivió de primera mano los estragos que hacía el
alcoholismo en las personas.

También se profesionalizó en ser un defensor a ultranza del vegetarianismo, en una época en la que el
consumo de carne era el pilar en la dieta de prácticamente toda la sociedad.

Graham tenía una habilidad innata para comunicar y divulgar sus mensajes apocalípticos
sobre el pecado de la carne (tanto
comestible como la sexual) o lo perjudicial que era el alcoholismo, por lo que
consiguió un legión de seguidores (conocidos como los ‘grahamitas’) que empezaron a difundir su doctrina y consejos.

A pesar de que pertenecía al movimiento de la templanza y
odiaba el alcohol, si los comparaba con quienes comían en exceso, Graham
prefería a los alcohólicos, apostillando el siguiente mensaje: ‘Un borracho a veces llega a la vejez; un
glotón nunca’
.

También inició una cruzada contra el azúcar, señalando todos
los daños que dicho edulcorante podían causar en el organismo.

Por tal motivo y llevado por el deseo de encontrar una dieta
ideal que convirtiera a las personas en seres saludables, creó un tipo de
harina integral con la que elaborar pan, pasteles y galletas y cuya ingesta
combatiría el alcoholismo e inhibiría las ganas de masturbarse.

Sylvester Graham empezó a relacionar una serie de alimentos
al poder afrodisiaco de estos, advirtiendo que la ingesta provocaba irrefrenables deseos onanistas, los cuales desencadenaban
en toda una serie de dolencias que se padecerían, además de conducir a una
peligrosa obesidad (glotonería y, por tanto, al pecado de la gula) y, además,
al alcoholismo.

Estaba convencido que la harina de trigo utilizada para
hornear pan blanco, pasteles o galletas llevaba algún tipo de elemento dañino
para la salud que desinhibía a quienes lo consumían, convirtiéndose en
peligrosos adictos al sexo que luego padecerían de ceguera, acné, debilidad
muscular…

Así fue como se le ocurrió elaborar una harina de trigo
integral que, según su creencia, sería más gruesa y nutritiva, saciando mucho
antes, por lo que ayudaba a evitar la glotonería, además de frenar los impulsos
sexuales.

Fue tal el éxito de su producto entre la legión de grahamitas
que seguían sus consejos a pies juntillas, haciéndose inmensamente popular la ‘harina de Graham’.

Sylvester Graham falleció en 1851 a la edad de 57 años, pero
su harina siguió comercializándose, creándose tres décadas después de su muerte
(a inicios de 1880) las internacionalmente famosas ‘galletas Graham’, un exquisito snack que siglo y medio después
siguen consumiéndose.

Inicialmente, aquellas ‘galletas Graham’ (hornadas con la
harina de trigo integral creada por Sylvester Graham) estaban destinadas a
inhibir el deseo onanista de los consumidores, pero a partir de la primera
década del siglo XX, los estudios científicos demostraron que aquel tipo de
harina no tenía ningún tipo de poder de inhibición sexual y que tan solo se trataba
de unas ricas y saludables galletitas saladas, desapareciendo desde entonces
cualquier tipo de vinculación entre ese producto y la sexualidad.

Cabe destacar que numerosas son las fuentes que aseguran que
fue el propio Sylvester Graham quien inventó las ‘galleta Graham’, pero en
realidad estas no aparecieron en el mercado hasta treinta años después de su
fallecimiento (tal y como indico unos párrafos más arriba).

También señalar que, varias décadas después del fallecimiento
de Graham, el médico y nutricionista John
Harvey Kellogg
(fanático de la Iglesia Adventista) creó un desayuno a base
de cereales (los que se convertirían en los famosos corn frakes Kellogg’s), basándose en algunas de sus afirmaciones y
escritos, con el fin de evitar la masturbación entre la juventud.

Fuentes de consulta e imagen: nypost
/  sexualhistorytour
/ snopes
/ Wikimedia
commons

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