El educador que consiguió que los autobuses de transporte escolar de EEUU fuesen seguros y amarillos

Una de las imágenes icónicas del transporte escolar en Estados Unidos es el característico y llamativo color amarillo de los autobuses. Numerosas son las películas en las que, desde hace bastantes décadas, aparecen este tipo de vehículos, pudiendo comprobar que muy poco han variado su diseño, aunque sí han evolucionado a ser más modernos y seguros, pero siempre manteniendo una misma estética.

Pero ese diseño y color, en los autobuses escolares, no siempre se utilizó y fue a partir de 1939 cuando se unificaron criterios entre los funcionarios de transportes de todos los estados pertenecientes a los EEUU y fabricantes de vehículos, quienes se reunieron en abril de ese año en la Universidad de Columbia por iniciativa de Frank W. Cyr.

El organizador de la mencionada conferencia, entre representantes estatales y fabricantes, estaba doctorado en educación y gran parte de su experiencia laboral se había centrado en la educación rural. Seis años antes había publicado un trabajo titulado ‘Responsibility for rural-school administration: Allocation of responsibilities in the administration of schools in rural areas with special reference’ (Responsabilidad de la administración de escuelas rurales: Asignación de responsabilidades en la administración de escuelas en áreas rurales con especial referencia) que se convirtió en un manual de referencia para los educadores de todo el país durante varias décadas.

A través de su estudio e investigación de las escuelas rurales en Estados Unidos, Frank W. Cyr pudo comprobar la gran cantidad de estudiantes de todas las edades que residían en zonas alejadas de escuelas y cómo, la inmensa mayoría, diariamente debían hacer uso de algún tipo de transporte que los llevase al centro escolar y de regreso a sus hogares (en algunos trayectos incluso superiores a un par de horas), siendo en muchas ocasiones a través de caminos o carreteras secundarias que no estaban bien asfaltadas y, sobre todo, en vehículos que no estaban adecuadamente condicionados ni eran seguros.

El concepto de ‘transporte escolar’ había surgido tan solo un par de décadas antes, siendo aquellos primeros vehículos muy precarios e incluso, dependiendo de la zona, se realizaba en carruajes tirados por mulas o caballos.

Ese tipo de vehículos no iban adecuadamente señalizados, siendo muy común en aquella época que sufrieran todo tipo de percances y accidentes.

A través de la conferencia de transportes escolares, celebrada a lo largo de una semana, en abril de 1939, en el Teachers College de la Universidad de Columbia, Frank W. Cyr pretendía unificar criterios entre todos los responsables implicados, tanto desde la administración como de los fabricantes. Por tal motivo se propuso y votó una serie de normas y estándares (un total de 44) con los que se fijaban el diseño de los vehículos, tipo de carrocería, altura y anchura, número máximo de pasajeros (escolares), ubicación de las puertas (delantera y trasera), ancho del pasillo central de los autobuses y color identificativo de estos.

El amarillo anaranjado fue a partir de entonces el característico color con el que irían pintados todos los vehículos de transporte escolar, dándole la nomenclatura de ‘National School Bus Chrome’, que vendría a traducirse como ‘Autobús escolar nacional cromado’, y es que, en su origen, aquella tonalidad tan peculiar de amarillo se obtenía empleando el compuesto químico ‘cromato de plomo (II)’ (con los años, ese color se realizaba con otras mezclas, tras descubrirse la alta toxicidad del plomo y el cromo). Actualmente, con la nueva composición, ese color es llamado ‘National School Bus Glossy Yellow’.

Pero la elección de tal color no se hizo por capricho, detrás del mismo había todo un elaborado estudio e investigación que determinaba que era perfecto para ser visto desde lejos y, por tanto, se evitarían posibles accidentes. Además, las letras del rótulo de ‘School Bus’, al ser en negro sobre fondo amarillo, resaltarían mucho mejor.

Y es que, de hecho, el color amarillo en los vehículos era tan efectivo que en muchas poblaciones se utilizó para pintar de ese modo los taxis (por ejemplo, en la ciudad de Nueva York), porque así era distinguido por los clientes desde la lejanía e incluso con poca luz o visibilidad.

Las propuestas de Frank W. Cyr en la conferencia fueron consensuadas y votadas por los funcionarios estatales y los fabricantes, llegando a un acuerdo de estandarizar los autobuses escolares. Desde 1939 bastantes han sido las modificaciones que han sufrido algunos de los 44 puntos aprobados, pero el del característico color amarillo ha permanecido, convirtiéndose esos vehículos en todo un icono.

Fuentes de consulta e imagen: Columbia.edu/ colormatters/ smithsonianmag/ scienceabc/ Wikimedia commons

Más historias que te pueden interesar: