Cuando las damas de la aristocracia española se manifestaron contra el rey escogido democráticamente

Tras la abdicación de
la reina Isabel II
, el 30 de septiembre de 1868, a consecuencia de la ‘Revolución de la Gloriosa’ (también llamada
‘Septembrina’), se abrió un nuevo
panorama político en España en el que se intentó buscar el mejor modelo de
Estado para la nación, surgiendo ahí un periodo conocido como ‘Sexenio Democrático’ y en el que, tras
aprobar una nueva Constitución, se
escogía democráticamente a través de las Cortes a un nuevo Jefe de Estado
;
cargo que recayó en noviembre de 1870 en Amadeo
de Saboya
, un joven (de 25 años de edad) y preparado miembro de la familia
Real italiana, que se caracterizaba por su talante progresista y
demócrata
, algo que necesitaba la
nación tras siglos de reyes intolerantes, ineptos y totalitarios.

No lo tuvo nada fácil en nuevo rey de España en los poco más
de dos años (27 meses) en los que se mantuvo en el cargo, decidiendo abdicar el
11 de febrero de 1873 tras las continuas crisis que el país vivió por culpa de
sus detractores.

Entre las numerosísimas acciones en su contra, que Amadeo I de España se encontró, quiero
destacar en el post de hoy en el ‘Cuaderno de Historias’
la que protagonizó un grupo de
influyentes e importantes damas de la aristocracia
, quienes se manifestaron
pública y pacíficamente contra el nuevo rey durante tres días de marzo de 1870
por las calles más céntricas de Madrid.

Aquel episodio pasó a ser conocido como ‘la Rebelión de las Mantillas’, una denominación recibida por el
atuendo de las manifestantes, quienes iban todas ellas tocadas con una
tradicional ‘mantilla española’,
prenda utilizada en actos de gran solemnidad que se llevaba cubriendo parte de
la cabeza y hombros y que era colocada sobre una peineta.

Una de sus mayores impulsoras y organizadoras fue Sofía Troubetzkoy, una princesa rusa
que llevaba poco más de un año residiendo en España tras contraer matrimonio, en
segundas nupcias, con el noble y cuatro veces Grande de España José Osorio y Silva, marqués de
Alcañices y duque de Sesto, entre otros muchos títulos nobiliarios.

Ambos se habían conocido en Francia el verano anterior y
llevaba viuda cinco años, tras el repentino fallecimiento de su primer esposo, el
aristócrata francés Carlos Augusto de Morny,
hermano por parte de madre del emperador Napoleón
III
.

Fue en su estancia en Francia cuando Sofía Troubetzkoy pudo
también conocer a los miembros de la
familia real española
, que en ese momento se encontraban en el mencionado
exilio. Su futuro esposo, resultó ser uno de los grandes valedores de los Borbones,
haciéndose cargo de todos los gastos de éstos.

La fascinación que empezó a sentir la princesa Troubetzkoy
por la familia Real exiliada fue tal que se convirtió en una acérrima enemiga del proclamado nuevo rey Amadeo
I de Saboya
, motivo por el que decidió organizar
una serie de manifestaciones públicas
(pero pacíficas) con las que mostrar el total apoyo a la Casa de Borbón.

Para ello convenció a un nutrido grupo de mujeres
pertenecientes a la aristocracia para que la acompañaran vestidas de sus
mejores galas y tocadas con una mantilla española en el paseo que se darían
montadas en coches de caballo descapotados por las céntricas calles y avenidas
de Madrid. Con ello demostrarían su total desacuerdo con el nuevo rey y
apoyarían a los exiliados Borbones.

El primer día de manifestación (20 de marzo de 1870) pocas
fueron las aristocráticas damas que la acompañaron, pero al día siguiente la convocatoria
fue todo un éxito, reuniendo a un gran número de mujeres engalanadas para tal
ocasión.

Fue tal el éxito que llegó a oídos de la nueva reina
consorte (la italiana María Victoria dal
Pozzo
), quien no entendió de qué trataba dicha caravana de carruajes con
damas bien ataviadas y, según las crónicas, comentó que al día siguiente ella
también se pondría una mantilla y se uniría a aquel curioso paseo
(evidentemente, cuando le dijeron el motivo de la marcha decidió no acudir).

El tercer día (22 de marzo) se produjo cierto caos que
provocó que todas las damas de la aristocracia (incluida Sofía Troubetzkoy)
decidieran no volver a participar en aquella curiosa y original manifestación.
El motivo fue que se les unió en el desfile de carruajes varios coches en los
que las ocupantes eran famosas
prostitutas
que habían sido vestidas con mantillas para mezclarse con las
damas de la aristocracia.

Esas meretrices habían sido contratadas por miembros de la
llamada ‘Partida de la porra’, un
grupo de agitadores que habían protagonizado varios actos terroristas y que en aquellos momentos apoyaban la monarquía democrática de Amadeo I de Saboya (a quien
preferían ante los Borbones).

El hecho de que las prostitutas acudieran también
engalanadas y con mantilla y se mezclaran con las aristócratas hizo que estas
últimas decidieran no acudir más a
aquella ‘Rebelión de las Mantillas’
, convirtiéndose durante los siguientes
días en el chascarrillo que se explicaba en cualquier tertulia de café o chisme
de mercado.

Evidentemente, en los dos siguientes años, el reinado de Amadeo
I de Saboya siguió siendo objeto de todo tipo de acción en su contra (sobre
todo política), provocando su abdicación el 11 de febrero de 1873 y dando
inicio la breve Primera República en España.

Fuente de la imagen: Wikimedia
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