Cuando hace un siglo un ‘dron’ era una paloma con una cámara fotográfica acoplada

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Conocemos como ‘dron’
a un pequeño vehículo aéreo no tripulado
que es manejado remotamente
y que desde hace unos años se ha convertido en
una de las aeronaves sin tripulación que más se está utilizando ya sea por los departamentos de defensa, el espionaje
militar, en los rodajes de cine y televisión e incluso como medio de trasporte
de pequeñas mercancías
.

Hoy en día es muy común ver la utilización de un dron en
cualquier película o serie de televisión, pero a pesar de que los ingenieros de
múltiples compañías ya llevan bastantes décadas trabajando

en el desarrollo y perfeccionamiento de estas pequeñas aeronaves, su popularización es relativamente nueva.

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Hasta no hace demasiado tiempo para tomar fotografías aéreas o filmar desde el aire los directores se las tenían que ingeniar cómo podían, siendo el método más común, durante varias décadas, usar un helicóptero para ello.

Pero hace poco más de un siglo (inicios de 1900), cuando no existían los helicópteros, hubo un hombre que se las ingenió para unir y  hacer realidad dos de sus grandes pasiones: la colombofilia y la fotografía. Algo que con los años sirvió para que durante la Primera Guerra Mundial fuera utilizado como un eficaz método de espionaje militar.

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Esta es su curiosa historia…

Julius Neubronner
nació en la localidad alemana de Kronberg im Taunus en 1852 y desde jovencito fue
un gran apasionado de la colombofilia
(adiestramiento de palomas para convertirlas en mensajeras), hobby que compartía con su padre Wilhelm y
que además aprovecharon para expandir y hacer más efectivo el negocio familiar.

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Wilhelm Neubronner
era boticario (hoy en día llamado farmacéutico) y debía dispensar medicamentos,
que el mismo realizaba, al hospital de la población vecina (además de recibir
por este método las recetas y pedidos).

Julius estudió la carrera de química y se incorporó a la
empresa familiar, aportando nuevas ideas que modernizaron el negocio.

Durante el último cuarto del siglo XIX la fotografía ya era
una realidad y aunque solo estaba al alcance de unos cuantos privilegiados (y
adinerados) que podían hacerse con las primeras cámaras fotográficas, Julius no
dudo en adquirir una y descubrir el fascinante mundo fotográfico.

Cada vez que tenía algo de tiempo libre salía de excursión
con su cámara y tomaba imágenes de todo aquello que le llamaba la atención y
desde todos los puntos que le eran posible, pero había uno que se le resistía:
tomar fotografías aéreas.

Años después, tras darle muchas vueltas a cómo conseguirlo
dio con la solución perfecta: acoplar una pequeña cámara de apenas 75 gramos de
peso, que él mismo había diseñado, en el pecho de las palomas mensajeras y que
irían sujetas con un pequeño arnés.

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De este modo, en 1903, comenzó a soltar sus palomas que tomaron
fotos desde el aire; todo un prodigio para la época.

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En los siguientes años fue desarrollando mejores modelos
(menos tamaño, peso y mejor calidad fotográfica) e incluso algunas cámaras que
disponían de un par de objetivos (dispuestos en ángulos diferentes) y realizaba
las fotografías de dos en dos con las que tenía perspectivas distintas de cada imagen
aérea.

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Una década después, tras el estallido de la IGM, su invento
de las palomas fotográficas (que había sido previamente patentado) fue
ampliamente utilizado durante el conflicto bélico para realizar reconocimientos
aéreos del campo de batalla, de zonas estratégicas a las que lanzar un ataque o
para el espionaje militar.

Fuente de consulta e imágenes: irreductible.naukas.com / Wikimedia
commons
 / agenciasinc