Cuando en la Italia fascista se aprobaron unas deleznables leyes raciales y antisemitas

Tenemos asociado al periodo en el que el nazismo estuvo en el poder en Alemania (durante el conocido como Tercer Reich) como el de la represión, persecución y genocidio llevado a cabo por dicho régimen hacia el pueblo judío (aunque también a los homosexuales, gitanos, negros, comunistas…). Pero esa política xenófoba no fue algo que realizaron en exclusividad los germanos, sino que otros gobernantes de la época trataron de imitar sus leyes raciales, aplicándolas en sus respectivos países.

Uno de ellos fue Benito Mussolini, líder del fascismo italiano y que había llegado al poder una década antes que el nazismo en Alemania, pero no llegó a tener el carisma de Adolf Hitler, siendo en muchas de las decisiones políticas que aplicó en su país un simple imitador del Führer.

Entre las numerosas leyes que copió de su socio y aliado alemán se encuentran las conocidas como ‘leggi per la difesa della razza’ (leyes para la defensa de la raza) que se aprobaron y aplicaron en Italia a partir del verano de 1938.

El 14 de julio de 1938, el periódico ‘Il Giornale d’Italia’ se publicaba un artículo que llevaba por título ‘Il Fascismo e i problemi della razza’ (El fascismo y los problemas de la raza) en el que hablaba de la superioridad de la ‘raza aria italiana’. Una de las cosas más llamativas de dicho artículo es que no aparecía autoría alguna en el mismo.

Tres semanas después (el 5 de agosto) aquel mismo artículo era vuelto a publicar, en aquella ocasión en el primer número de revista ‘La difesa della razza’ (La defensa de la raza), la cual fue una publicación quincenal que a lo largo de los cinco siguientes años se convirtió en uno de los principales referentes e instrumentos de propaganda antisemita de la Italia fascista de Benito Mussolini. La única diferencia con el artículo publicado el 14 de julio era que en aquella ocasión en el texto sí que se indicaba la autoría del mismo. No se trataba de ningún periodista, articulista o personaje próximo al gobierno del Duce sino de diez reputados científicos que habían decidido avalar la supuesta superioridad de la denominada raza aria de los italianos.

El mencionado documento ha pasado a la historia como el ‘Manifesto degli scienziati razzisti’ (Manifiesto de científicos racistas) y en algunas ocasiones también citado como ‘Manifesto della Razza’ (Manifiesto de la raza), en cual aparecía el siguiente decálogo (que iba con su correspondiente explicación, la cual se omite en este post debido a su extensión pero que se puede leer entero clicando aquí):

1. LAS RAZAS HUMANAS EXISTEN.

2. EXISTEN GRANDES RAZAS Y PEQUEÑAS RAZAS.

3. EL CONCEPTO DE RAZA ES UN CONCEPTO PURAMENTE BIOLÓGICO.

4. LA POBLACIÓN ACTUAL DE ITALIA ES EN SU MAYORÍA DE ORIGEN ARIA Y SU CIVILIZACIÓN ARIA.

5. ES UNA LEYENDA LA CONTRIBUCIÓN DE MASAS INGENTES DE HOMBRES EN TIEMPOS HISTÓRICOS.

6. EXISTE AHORA UNA PURA «RAZA ITALIANA».

7. ES HORA DE QUE LOS ITALIANOS SE PROCLAMEN FRANCAMENTE RACISTAS.

8. ES NECESARIO HACER UNA DISTINCIÓN NETA ENTRE LOS MEDITERRÁNEOS DE EUROPA (OCCIDENTALES) DE UNA PARTE Y DE LOS ORIENTALES Y LOS AFRICANOS DE OTRA.

9. LOS JUDIOS NO PERTENECEN A LA RAZA ITALIANA.

10. LAS CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y PSICOLÓGICAS PURAMENTE EUROPEAS DE LOS ITALIANOS NO DEBEN SER ALTERADAS DE NINGUNA MANERA.

Pero la publicación de aquel ‘Manifiesto de la raza’ no era algo que hubiese surgido espontáneamente del grupo de científicos, sino que detrás del mismo había un estudiado plan de concienciación y adoctrinamiento del pueblo italiano por parte del gobierno fascista de Mussolini, con la intención de emitir una serie de leyes y decretos que iban dirigidas principalmente contra el pueblo judío (posteriormente se persiguió a otros colectivos), a imitación de cómo ya se estaba realizando en la Alemania nazi de Hitler.

La primera de las leyes para la defensa de la raza fue lanzada el 5 de septiembre de aquel mismo año (1938) y llevaba por título ‘Provvedimenti per la difesa della razza nella scuola’ (Medidas para la defensa de la raza en la escuela) y en cuyo primer artículo se prohibía a los judíos ejercer como maestros en las escuelas estatales o paraestatales de cualquier orden y grado, así como en las escuelas no gubernamentales. El artículo 2 rezaba ‘Los alumnos de raza judía no pueden matricularse en escuelas de ningún orden y grado, cuyos estudios se reconozcan como de efecto legal’ y así a lo largo de cinco infames artículos más.

Dos días después se lanzaba un nuevo decreto: ‘Provvedimenti nei confronti degli ebrei stranieri’ (Medidas contra judíos extranjeros), donde se indicaba que […] los extranjeros judíos tienen prohibido establecer residencias permanentes en el Reino […] así como en otros territorios bajo influencia de Italia o que […] una persona nacida de padres ambos de raza judía es considerada judía, incluso si profesa una religión diferente a la judía […].

A lo largo de los siguientes años varias fueron las leyes o disposiciones para limitar o perseguir en Italia a las personas judías en las que dicha legislación antisemita incluía los siguientes puntos:

· Prohibición de matrimonio entre los italianos y los judíos,

· Prohibición de que judíos emplearan a nacionales de raza aria,

· Prohibición a todas las administraciones públicas y empresas privadas de carácter público –tales como bancos y compañías de seguros– de emplear a judíos,

· Prohibición de judíos de entrar en Italia,

· Retirada de la ciudadanía italiana concedida a judíos en el extranjero con fecha posterior a 1919,

· Prohibición de trabajar como abogado o periodista y fuertes limitaciones para ejercer las llamadas «profesiones intelectuales»,

· Prohibición de la inscripción de los niños judíos –con excepción de aquellos que no se hubiesen convertido al catolicismo y que no viviesen en áreas donde no hubiese escuelas judías por falta de alumnos– en escuelas públicas,

· Prohibición de usar textos escolares en cuya redacción hubiese participado de alguna manera un judío.

Cabe destacar que todas estas leyes, además de ser aprobadas por el gobierno fascista de Benito Mussolini recibieron la aprobación del rey Victor Manuel III (debemos tener en cuenta que por aquel entonces Italia era una monarquía), aunque muchos son los historiadores que señalan que el monarca se vio forzado a dar el visto bueno y por tal motivo, tras su marcha a Brindisi en septiembre de 1943 y formarse allí el conocido como ‘Reino del Sur’ (mientras que Mussolini gobernaba como títere de los intereses del Reich alemán en la llamada ‘República Social Italiana’) se derogasen las leyes racistas y antisemitas en unos reales decretos aprobados el 20 de enero de 1944 (aunque en la Italia controlada por los nazis siguió en vigencia hasta finalizar la Segunda Guerra Mundial el 8 de mayo de 1945).

Fuentes de las imágenes: Wikimedia common

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