Uno de los primeros encargos que recibió Adolfo Suárez por parte del rey Juan Carlos I, tras ser nombrado nuevo presidente del Gobierno, el
5 de julio de 1976, fue tomar contacto con las fuerzas y organizaciones de todo
el espectro político, desde la derecha a la izquierda, con el fin de realizar
un tránsito hacia la democracia, legalizar algunos de los partidos, hasta
aquel entonces prohibidos y perseguidos, y convocar unas elecciones libres y
democráticas en el pazo máximo de un año.
Se comenzó a trabajar en la necesaria Ley para la Reforma Política, que fue aprobada en las Cortes el 18
de noviembre de 1976, posteriormente presentada a referendo popular el 15 de
diciembre de ese mismo año y votada a favor por la inmensa mayoría de los
votantes. Se publicó en el Boletín Oficial del Estado el 4 de enero de 1977.
Los primeros pasos de la transición política ya se habían dado y en los
siguientes meses Adolfo Suárez se
convirtió en uno de los personajes políticos más relevantes e importantes de la
época.
Pero ese tránsito hacia la democratización del país no fue un
camino de rosas. Se encontró con innumerables dificultades y algunas de ellas
acabaron trágicamente. Por un lado el los atentados de la banda terrorista Euskadi Ta Askatasuna, popularmente conocida por
su acrónimo ETA, que desde la
izquierda más radical y nacionalista exigía cambios para el País Vasco y que estaba
dividida en dos fracciones: la político-militar, dispuesta a participar desde
una formación política en las elecciones, y la militar, dispuesta a seguir con
la lucha armada y boicotear el proceso democrático y las elecciones.
En el otro lado del espectro político estaban los
ultraderechistas minando todo aquello que olía a aperturismo, libertad y democracia,
franquistas anclados en el pasado más reciente del país y que pretendían que
España continuase con el régimen de las últimas cuatro décadas. Recordados
fueron los asesinatos de cinco personas (tres letrados, un estudiante de Derecho
y un administrativo) en el despacho de abogados laboralistas de la calle Atocha
de Madrid, el 24 de enero de 1977, por parte del grupo terrorista de extrema derecha Triple A (Alianza Apostólica
Anticomunista).
Como dato anecdótico a esta tragedia, cabe destacar la suerte
que vivió una de las socias y cofundadoras del bufete, la abogada Manuela Carmena, quien decidió
trasladar una reunión, que tenía pendiente para ese mismo día y a la misma
hora, a otro despacho cercano, también en la misma calle Atocha, tras recibir
una llamada de última hora de uno de sus socios del despacho (Luis Javier
Benavides, asesinado en el atentado) para que hiciese ese cambio. Carmena se ha
hecho inmensamente popular en los últimos años, gracias a ser nombrada
alcaldesa de la ciudad de Madrid tras ganar las elecciones municipales de 2015,
pero cabe destacar que ha tenido una larga trayectoria de activismo político:
fue candidata a diputada, por esta circunscripción, en el puesto 23 en las
listas del Partido Comunista de España
en las primeras elecciones generales de la democracia española.
La entrada en vigor de la mencionada Ley para la Reforma
Política, a principios de 1977, abría la puerta a la formación y legalización
de formaciones políticas en España de cara a las elecciones generales que
debían celebrase en breve. Una amalgama de nuevos partidos empezaron a
aparecer, de diferente carácter ideológico, y muchos de ellos acabaron formando
parte de coaliciones, como fue el caso de la UCD, acrónimo de Unión de
Centro Democrático, la coalición política por la que se presentó como
candidato independiente Adolfo Suárez y que aglutinaba a formaciones de un
amplio espectro (desde la derecha moderada hasta el centroizquierda). El Partido Socialista Obrero Español,
liderado por Felipe González,
también obtuvo su legalización recién iniciado ese año. La gran sorpresa llegó
en plena Semana Santa, pillando de vacaciones a la mayoría de los ciudadanos
españoles: tras cuatro décadas en la clandestinidad, el sábado 9 de abril de
1977, era legalizado el Partido
Comunista de España. Pero esta, es una historia que merece ser explicada
con más detenimiento en otro post.
Fuente: Libro “Eso no estaba en mi libro de historia de la política” de Alfred López (Editorial Almuzara, 2019)
Fuente de la imagen: Captura de YouTube
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