Charlotta Bass, la primera mujer afroamericana que se presentó a la vicepresidencia de los EEUU

El 11 de agosto de 2020, Joe Bilden, candidato por el
Partido Demócrata a la Casa Blanca en las elecciones presidenciales de Estados
Unidos del 3 de noviembre
, anunció que su compañera de candidatura, para
ocupar la vicepresidencia, sería Kamala Harris,
una reputada abogada, ex—fiscal y senadora por California y que también se
había postulado como presidenciable.  

El anuncio de que Kamala Harris formaría tándem con el
candidato demócrata fue muy bien acogido por los sectores más progresistas,
feministas y en defensa de los derechos humanos y los colectivos y las minorías
raciales (es de ascendencia negra y
surasiática, al ser su padre jamaicano y su madre originaria de
la India).

Pero, a lo largo de la Historia, Harris no ha sido la primera mujer que se ha postulado para el cargo de vicepresidenta
de los Estados Unidos
. Otras, aunque pocas, los han intentado antes que
ella, siendo quizá las más famosas la republicana Sarah Palin (en la candidatura de John McCain en 2008) o Geraldine Ferraro, por el Partido
Demócrata (en 1984) junto al presidenciable Walter Mondale; aunque otras muchas
lo han intentado como representantes de otros partidos minoritarios.

Uno de los aspectos que más se destaca de la candidatura de Kamala
Harris, aparte de ser mujer, es la de su color de piel, debido a que son
numerosas las publicaciones que la definen como ‘la primera candidata negra para
la vicepresidencia de los EEUU’, siendo esto un lamentable error, debido a que Charlotta Bass, de origen
afroamericano, lo intentó en las elecciones de 1952 con el Partido Progresista; una formación política de izquierdas fundada
en 1948 y que contaba entre sus filas con varios antiguos miembros del Partido
Demócrata y el disuelto Partido Laboral Estadounidense.

Charlotta Bass no solo fue la primera candidata a la
vicepresidencia de origen afroamericano, tras de si también tenía una larga
carrera como activista de los derechos sociales y raciales y, además, fue la
primera mujer que dirigió un periódico editado por y para personas negras (The California Eagle).

Muchos fueron los problemas a los que tuvo que enfrentarse
Charlotta a lo largo de su vida por ser mujer, negra y de ideas izquierdistas,
siendo investigada continuamente por el
Departamento de Justicia, el FBI, la CIA o el ‘Comité de Actividades
Antiestadounidenses’
, siendo acusada en numerosas ocasiones de colaborar
con el comunismo e incluso de haber recibido financiación por parte de Alemania
y Japón (los dos principales enemigos de EEUU durante la IIGM), hasta tal punto
que, en 1943, se le prohibió enviar a los suscriptores del ‘The California
Eagle’ sus ejemplares a través del servicio nacional de correos ante la
acusación de contener información subversiva (prohibición que recurrió ante la
justicia, la cual tuvo que darle la razón).

Su vida tanto profesional como de activismo social se
encontró con un gran número de inconvenientes y a pesar de ello, se involucró
continuamente en nuevos proyectos sociales con el fin de ayudar a los más
desprotegidos, siendo una de las fundadoras en 1951 de ‘Sojourners for Truth and Justice’, una organización de lucha por
los derechos civiles de las mujeres afroamericanas.

Aquel mismo año (1951) Charlotta Bass decidió poner a la
venta el periódico ‘The California Eagle’ (por aquel entonces ya tenía 77 años
de edad) y trasladarse a vivir a Nueva York, donde siguió con el activismo y
meterse de lleno en política, convirtiéndose en la compañera de candidatura del presidenciable, por el Partido Progresista,
Vincent Hallinan
bajo el lema electoral ‘Peace and prosperity’ (Paz y prosperidad). Un tándem que obtuvo,
en las elecciones del 4 de noviembre de 1952, un apoyo de 140.000 votantes, quedando
en un honroso tercer lugar en aquellos comicios, aunque muy lejos de los
principales candidatos (el tándem triunfador Eisenhower-Nixon del Partido
Republicano, con 34 millones de votos y los demócratas Stevenson-Sparkman que
obtuvieron 27 millones).

Tras aquellas elecciones las cosas no se le pusieron
demasiado bien a Charlotta Bass, sufriendo a lo largo de toda aquella década
continuos ataques, difamaciones por parte de grupos supremacistas e investigaciones
policiales ante las acusaciones de comunismo.

Con más de ochenta años de edad decidió retirarse de la
primera línea del activismo político y social y se trasladó a vivir a la
población de Lake Elsinore (en el Estado de California) donde residió hasta
1969, falleciendo el 12 de abril a los 95 años a causa de un derrame cerebral.

Muy pocos son los libros de Historia que han hablado de Charlotta
Bass en todo este tiempo, siendo un personaje semidesconocido para la inmensa
mayoría de estadounidenses (y ciudadanos del planeta en general).

Un dato significativo es que en la
lápida del lugar donde Charlotta Bass está enterrada junto a su marido Joseph
Blackburn Bass
(en el cementerio Evergreen de Los Ángeles) tan solo figura
el nombre de su esposo.

Fuentes de consulta
e imagen: democracynow / myblackhistory / nytimes / nps.gov / findagrave
/University of Michigan Library

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