Vasili Blokhin, el más prolífico verdugo de la Historia

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En la primavera
de 1940 tuvo lugar la masacre de Katyń
en la que alrededor de 22.000 ciudadanos polacos fueron asesinados impunemente
por parte de miembros de la NKVD,
la policía secreta soviética (antecesora de la KGB) cumpliendo órdenes directas
de Iósif Stalin, máximo responsable
político de dicho genocidio.

Vasili Blokhin, mayor general del ejército soviético, tuvo un papel decisivo  en la mencionada masacre, cumpliendo con un
exceso de celo las órdenes dadas por
Stalin para acabar con la vida de toda aquella persona sospechosa de no estar
en la órbita soviética: miles de militares, políticos, sacerdotes, policías y civiles
polacos (entre los que se encontraban un gran número de intelectuales) que
habían sido detenidos tras la invasión
de Polonia por parte de la URSS
en septiembre de 1939.

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Pero el papel de Vasili
Blokhin en ese exterminio no se limitaría a supervisar las ejecuciones, sino
que disfrutó ejecutando el mismo a alrededor de 7.000 personas, convirtiéndose
así en uno de los más prolíficos y sanguinarios verdugos que han existido.

Según consta, a
lo largo de 28 días Blokhin estuvo matando una media 250 presos diarios (hubo
días que no llegó a esa cifra pero otros que alcanzó los 300).

La forma de
ejecutarlos era de un disparo en la cabeza con una pistola Walther PPK alemana. Se había puesto mucho empeño en que las armas utilizadas para la masacre fueran de
fabricación germana para que, en caso de descubrirse los cuerpos de la matanza, se pudiese echar la culpa de ese genocidio a miembros de la Wehrmacht.
Con lo que no contaban era que el descubrimiento de las fosas fue hecho por soldados del
ejército del Tercer Reich, quienes no
tardaron en acusar a los soviéticos.

Para llevar a
cabo la masacre, la mayoría de miembros de la NKVD ejecutaban directamente a los presos en el
bosque de Katyn (de ahí que se conozca como masacre de Katyń) junto a una fosas abiertas donde posteriormente fueron apelotonados y enterrados los cuerpos.

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Pero Vasili
Blokhin prefería hacerlo personalmente y de uno en uno. En una sala acondicionada
era llevado cada preso y ordenaba que
un par de sus hombres le dieran varios puñetazos en el estómago, cuando caía
arrodillado semiinconsciente Blokhin acercaba la pistola hasta la nuca y apretaba el gatillo.
Era un ritual que repetía una y otra vez y sin hacer pausa alguna. No quería
bajar de la marca que se había marcado y el día que no lograba alcanzar ese
número se encolerizaba.

El haber matado,
noche tras noche, a alrededor de 7.000 prisioneros otorgó a Vasili Blokhin el
deshonroso título de ser el verdugo más prolífico de la Historia.

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El régimen
soviético lo recompensó económicamente además de otorgarle un par de las más
preciadas condecoraciones. Durante la siguiente década Blokhin vivió bajo el amparo del
propio Stalin, pero el fallecimiento del dictador en 1952 hizo que ya
no se le tuviese tanta estima dentro del organigrama del comité central del PCUS.

Con la llegada
de Nikita Jrushchov y la ‘desestalinización política‘ que se llevó a cabo en la URSS, Vasili
Blokhin fue uno de los señalados y degradados.

Entró en una
depresión que lo avocó en el alcoholismo y el 3 de febrero de 1955 se quitó la
vida, aunque son muchos los historiadores que apuestan a que más que suicidarse
a Vasili Blokhin lo ‘suicidaron’.

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