Las históricas razones por las que en los últimos 134 años se han suspendido las Fallas de Valencia en cinco ocasiones

Días atrás el Presidente
de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig
, anunciaba una sorprendente noticia
que sumió en la tristeza a todos los residentes de la Comunidad Valenciana (y amantes de sus fiestas y folclore) al tomar
la difícil decisión de posponer (no
anular) las fiestas de la Magdalena
(en Castellón de la Plana) y las Fallas
de Valencia
(estas últimas conocidas mundialmente y que cada año congrega a
cientos de miles de personas).

La primera constancia escrita sobre el origen de las Fallas data de 1784, pero algunos historiadores apuntan
que esa celebración podría haberse originado hacia finales de la Edad Media en
la que el gremio de artesanos carpinteros
valencianos
, al llegar la festividad de su Santo Patrón (San José, el 19 de marzo), aprovechaban
para realizar unas hogueras en las que quemaban maderas y virutas sobrantes
junto al ‘parot’, nombre que recibía
el mástil en el que colgaban los candiles con los que se iluminaban durante el
invierno.

Según fue transcurriendo el tiempo apareció la figura del ‘Ninot’, un muñeco hecho con la
estructura del parot y que acabó siendo una representación escultórica. Los
artesanos año tras año, a través de esas esculturas, trataban de recrear a figuras relevantes de la alta
sociedad, burguesía o el credo y se hacía de manera burlesca
.

A mediados del siglo XIX las fallas ya están totalmente
institucionalizadas como una celebración popular y que congregaba a un gran
número de personas que llegaban a la capital valenciana desde otras
localidades.

Los maestros falleros debían pagar una tasa a los gobernantes por plantar los armazones en plena
calle. Este canon empezó a cobrarse a partir de 1851 y la cantidad a pagar era de 5 pesetas, pero en cuestión de tres
décadas (en 1886) el impuesto fue subido
al precio desorbitante de 60 pesetas
.

El motivo de ese exagerado incremento de la tasa fue un
intento de las clases más poderosas para poner freno a la celebración de las
Fallas y que así los maestros falleros dejaran de burlarse (a través de los
ninots) del clero, burgueses y aristocracia.

Y fue ese año (1886)
cuando los maestros falleros decidieron no
pagar el injusto impuesto y no plantar ninguna falla
en las calles de
Valencia (se tiene constancia de dos privadas en sendos patios de casas
particulares).

La segunda ocasión en la que Valencia no disfrutó de sus
tradicionales Fallas fue una década después cuando, a causa de las Guerra hispano-norteamericana de 1898, con
la que España perdió las colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas (entre otras),
se decretó el Estado de Guerra y, por tanto ninguna celebración lúdico-festiva pudo
celebrarse en todo el territorio nacional.

Otro conflicto militar, esta vez la Guerra Civil, fue la causa por la que entre 1937 y 1939 tampoco
se llevaran a cabo las Fallas valencianas.

Las de 2020 no han quedado anuladas, tan solo aplazadas
hasta nueva fecha (aún por determinar) a la espera de que se levante la
categoría de pandemia declarada a nivel mundial por la Organización Mundial de
la Salud (OMS) y todo vuelva a la normalidad.

Fuentes de consulta e imagen: Agencia
EFE
/ Ya está el listo que todo lo sabe
/ Wikipedia / Wikimedia
commons

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