Marie Bonaparte,
una sobrina-nieta del famoso emperador francés Napoleón, se casó a los 25 años
de edad con el príncipe griego Jorge de
Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, trece años mayor que ella.
Pero durante sus primeros años de matrimonio Marie se dio
cuenta que no conseguía llegar al orgasmo durante el coito las pocas veces que
lo realizó con su esposo, quien en realidad era homosexual y, según las crónicas,
tenía una relación amorosa con su tío Valdemar,
Príncipe de Dinamarca.
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Marie no dudó en buscar varios amantes, pero seguía sin
alcanzar el clímax con ninguno de ellos y, aconsejada por su psicoanalista (se
convirtió en una fanática de esta doctrina de análisis psicológico desde que
conoció y entabló amistad con Sigmund
Freud) quedó convencida de que el problema de su insatisfacción sexual era
debido a la ubicación de su clítoris respecto a su vagina.
Para saber más sobre el tema, Marie Bonaparte entrevistó en
su estudio a 243 mujeres a quienes preguntó sobre sus vidas sexuales, placeres
y que incluso examinó para observar y medir la situación del clítoris de cada
una de ellas.
Llegó a la conclusión de que cuanto más cerca se encontraba
el clítoris del orificio vaginal más posibilidades había de alcanzar el clímax.
Años más tarde publicaría un extenso informe sobre ello en
la revista médica ‘Bruxelles-Médical’ bajo el seudónimo de A. E. Narjani
titulad ‘Consideraciones sobre las causas anatómicas de la frigidez en las mujeres’ (Considérations sur les causes
anatomiques de la frigidité chez la femme).
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Una vez convencida de qué era lo que realmente le ocurría
para no haber disfrutado jamás de un orgasmo visitó al ginecólogo austriaco Josef von Halban quien la persuadió
para realizarle una intervención quirúrgica a través de la cual reubicaría su
clítoris, colocándoselo unos centímetros más cerca del orificio vaginal. Una
operación con la que le garantizaba que la princesa alcanzaría el clímax
rápidamente.
La operación se realizó y los resultados fueron un fiasco,
así que, tras un tiempo de relaciones sexuales con varios amantes, vio que no
le llegaba el ansiado orgasmo y decidió volver a someterse a otra intervención
para que el doctor von Halban reubicara el clítoris de nuevo en su sitio y,
como imaginarás, volvió a ser un fracaso.
En vista de que no conseguiría alcanzar jamás un orgasmo,
Marie Bonaparte se refugió en el psicoanálisis, llegando a ejercer profesionalmente
como terapeuta.
Fuentes de consulta e imagen: Bonk: The Curious Coupling of Science and Sex de
Mary Roach / maryasexora / xatakaciencia / Ya está el listo que todo lo sabe de SEXO de
Alfred López / Les
200 clitoris de Marie Bonaparte de Alix Lemel / Wikimedia
commons
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