El taxista que accidentalmente ayudó a destapar una red de espías nazis en EEUU

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Sam Lichtman iba circulando
tranquilamente con su taxi por la neoyorquina Séptima Avenida, la noche del 18 de marzo de 1941, cuando al llegar
a la altura de la calle 45 (en las inmediaciones
de Times
Square
) un hombre cruzó sin mirar y accidentalmente fue atropellado. En
realidad el taxi tan solo lo golpeó y al caer al suelo fue otro automovilista quien
acabó de arrollarlo.

En pocos segundos una multitud de personas que por allí
transitaban rodearon el cuerpo del peatón accidentado, un hombre de mediana
edad y bien trajeado. Entre la muchedumbre el brazo de otro hombre asomó, agarró un maletín de piel que estaba en el suelo junto al accidentado y se marchó
sigilosamente. Un detalle del que pocos de los presentes se dieron cuenta en ese instante pero
que posteriormente, y tras las declaraciones de los testigos a la hora de
reconstruir los hechos, sería fundamental para destapar una red de espías nazis
que operaba en suelo estadounidense.

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Entre las pertenencias del atropellado, que falleció poco
después, la policía pudo encontrar documentación a nombre de Julio López Lido, un español que,
supuestamente, se encontraba en Nueva York por asuntos de trabajo.

Durante la reconstrucción del accidente varios fueron los
testimonios que aseguraron que antes del fatal atropello, López Lido se encontraba en la acera discutiendo
con otro hombre y en un momento dado echó a andar sin percatarse que el
semáforo todavía no había cambiado de color. Tras ser arrollado se produjo el
casi imperceptible detalle de que el otro hombre cogió el maletín y acabó
escabulléndose del lugar, detalle que hizo que la policía comenzase a indagar
sobre el caso.

A pesar de que toda la documentación del fallecido parecía
correcta se pudo averiguar que realmente era falsa y cuyo nombre verdadero era Ulrich von der Osten, capitán de la
organización de inteligencia alemana Abwehr.

A nombre de Julio López Lido había sido alquilada una
habitación en un hotel de Manhattan, lugar al que había acudido un hombre
solicitando que le dejaran entrar para recoger unas pertenencias del supuesto
español, algo a lo que no accedió el gerente del hotel que alertó a las
autoridades.

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Ese hombre en realidad era Kurt Frederick Ludwig, mano derecha de von der Osten y el mismo que
se había marchado del lugar del atropello con el maletín.

En la habitación del hotel se encontró numerosa documentación
que ponía al descubierto una red de espionaje nazi en el país y dio la pista
definitiva que enlazaba toda aquella información con una investigación empezada
meses atrás por el FBI y que había quedado
en un punto muerto.

Gracias a aquel atropello accidental del taxista se había
puesto al descubierto la pista definitiva para dar con el grupo de espías que
operaban para el Tercer Reich. En enero de
1943 se desarticulaba la red siendo detenidas nueve personas (entre las que se
encontraba Kurt Frederick Ludwig).

Como dato curioso, cabe destacar que entre la documentación
encontrada en la habitación del supuesto Julio López Lido había unos mensajes
dirigidos a través de España a un tal ‘Manuel
Alonso
’, identidad falsa que era usada por el mismísimo Heinrich Himmler.

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