El Ejército Ruso que luchó durante la IIGM junto a la Wehrmacht para derrocar el comunismo en la URSS

No solo de alemanes altos, rubios y arios se formó el Ejército Alemán del Tercer Reich en el
que el nazismo, durante la Segunda Guerra Mundial, pretendió hacerse
con el control de medio planeta, sino que la Wehrmacht tuvo en sus filas a un gran número de voluntarios de diversas
nacionalidades, culturas e incluso confesiones religiosas.

Todos ellos tenían un objetivo en común: luchar contra la expansión
del comunismo soviético; de ahí que un país supuestamente neutral como España
mandase a su conocida ‘División Azul’
e incluso numerosos africanos y asiáticos lucharan al lado de los nazis.

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nazi
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Uno de los grandes fracasos de Hitler durante la IIGM fue su
fallida Operación Barbarroja (entre
junio y diciembre de 1941) con la que pretendía invadir la Unión Soviética. Muchos fueron los rusos anticomunistas
que vieron con decepción la derrota alemana y no quisieron resignarse a tener
que vivir bajo un régimen bolchevique, por lo que se alistaron como voluntarios
a la Wehrmacht, creándose así un Movimiento
de Liberación de Rusia
formado tanto por ciudadanos que nunca habían tenido
vinculación alguna con el mundo militar como por soldados del Ejército rojo que
habían decidido desertar (por discrepancias políticas e incluso personales con
sus superiores) y un nutrido grupo de exmilitares pertenecientes al
desaparecido Ejército Blanco que un par de décadas atrás habían luchado contra
los bolcheviques en la Revolución de
Octubre
y posterior Guerra Civil
Rusa
.

Los miembros de ese ejército extraoficial formado por
anticomunistas rusos fueron integrados en diferentes unidades del Ejército Alemán.
No se sabe a ciencia cierta el número de voluntarios rusos que se unieron pero
se calcula que fueron varios cientos de miles.

Todo cambió en 1944 cuando se puso al frente de este
movimiento el general Andréi Vlásov,
un experimentado y condecorado militar que había pertenecido al Ejército Rojo
que había desertado tras ser apresado (en 1942) por la Wehrmacht y se puso al
servicio de ésta.

Los nazis, debido a la gran experiencia de Vlásov, pusieron
a su disposición a un buen número de voluntarios rusos para que formase un ejército
de antibolcheviques rusos.

Previamente se concertó una entrevista en Berlín entre el
militar ruso y Joseph Goebbels,
Ministro de propaganda del Tercer Reich que
vio en la creación del ROA (acrónimo
de Rússkaya Osvobodítelnaya Ármiya: ‘Ejército
de Liberación de Rusia’
, aunque en ruso se utilizaba POA).

El ministro alemán comunicó su satisfacción ante tal proyecto
militar a Heinrich Himmler, Ministro
de Interior y mano derecha del Führer,
quienes dieron luz verde para que la ROA ser convirtiera en una unidad militar
independiente dentro de la Wehrmacht.

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Evidentemente Goebbels debía también convencer a Vlásov para
que se pusiera al frente y para ello le hizo una serie de ‘promesas’ de cara al
prometedor futuro que le esperaba a los rusos afines con esa colaboración: tras
lograr echar a los bolcheviques reconvertirían a Rusia en una república
democrática, con estrecha colaboración con el Tercer Reich y el que el general
ruso tendría un destacado cargo en el gobierno que se instaurase.

Para ello no solo se debía ganar militarmente (los alemanes
sabían de la dificultad de emprender cualquier campaña bélica contra la URSS y
más después del desastre de la Operación
Barbarroja
). Se debía convencer a ciudadanía rusa con campañas propagandísticas,
algo de lo que Goebbels era un gran experto y que había demostrado a lo largo
de la última década al frente del aparato propagandístico nazi.

Entre los planes estaba el lanzar desde aviones alemanes
panfletos en los que animaban a los soldados del Ejército Rojo a desertar y a
la población soviética a apoyarles en la causa contra el comunismo soviético.

Durante los siguientes meses el plan no funcionó tal y como
habían planificado Goebbels y Vlásov. No se consiguió el número de apoyos
esperados y el hecho de que el militar ruso reclamase más protagonismo para él
hizo desconfiar a los nazis, que finalmente optaron por dar un papel muy
segundario al ROA en el conflicto militar.

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Andréi Vlásov junto a sus colaboradores redactaron un
documento en el que en catorce puntos se sentaban las bases de la que iba a ser
la línea política del comité de liberación que lucharía por derrotar a Stalin y
echar del poder a los comunistas.

Dicho documento fue leído por el propio Vlásov el 14 de
noviembre de 1944 en lo que pasó a ser conocido como ‘Manifiesto
de Praga’
.

En él se prometía la igualdad para todos los pueblos de
Rusia, la llegada de la libertad y democracia, la defensa de los trabajadores y
la justicia social, la educación y atención médica gratuita, el estado de
bienestar y la liberación de todos los presos políticos (por citar unos pocos
puntos).

Dicho manifestó no fue del agrado de las jerarquías alemanas,
debido a que en el mismo no se hacía ninguna referencia al ideario nacionalsocialista
y a los principios antisemitas del Tercer Reich, algo que distanció posturas
entre Vlásov y los nazis, quienes por orden del propio Hitler hicieron que el Ejército
de Liberación de Rusia quedase relegado a una posición secundaria y sin apenas
protagonismo ni capacidad de decisión.

Según avanzaba el conflicto bélico (ya en sus últimos meses)
Vlásov se distanció totalmente del Reich alemán y contempló la posibilidad de
convencer a parte de los Aliados (Estados Unidos, Reino Unido y Francia) para,
una vez vencidos los nazis, luchar junto a ellos contra los soviéticos y
derrotar a Iósif Stalin.

En mayo de 1945 se unió a la Resistencia
Checa
y luchó contra los nazis en la ‘Insurrección de
Praga’
que se libró entre el 5 y el día 8 de ese mes, este último
coincidiendo con el Día de la Victoria y fin de la Segunda Guerra Mundial.

Cabe destacar que durante las postrimerías de la IIGM gran
parte de los miembros de la ROA fueron apresaros, tanto por los soviéticos como
por otros ejércitos del bloque aliado. En el caso de Andréi Vlásov y otros
miembros del Ejército de Liberación de Rusia fueron capturados por miembros del
Ejército de Estados Unidos y en lugar de encarcelarlos y juzgarlos los
entregaron a las fuerzas soviéticas para que éstas se hicieran cargo de ellos.
Como es de suponer, tras un juicio sin garantía alguna fueron encontrados
culpables de traición y ejecutados. Vlásov fue horcado el 2 de agosto de 1946.

Otros miembros de la ROA (mayoritariamente soldados) fueron
llevados a campos de trabajo forzado  soviéticos (conocidos como gulags), algunos
incluso asesinados antes de llegar allí. Diez años después (una vez fallecido Iósif
Stalin), hubo una amnistía y los que continuaban con vida fueron liberados.

Fuentes de consulta e imágenes: feldgrau
/ russianculture
/ labrujulaverde
/  / Wikimedia
commons

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