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Eugen Sandow está
considerado como el ‘padre del
culturismo moderno’, siendo una de las personas que más aportó en la popularización
de esta disciplina durante las últimas décadas del siglo XIX y primeras del XX.
Fue un auténtico emprendedor que editó la primera revista
profesional sobre culturismo en
1898, escribió varios libros que se convirtieron en una auténtica biblia para
todos aquellos que se decidieron a moldear sus músculos y cuerpo e incluso
organizó los primeros concursos de exhibición que con el paso derribaron en certámenes
internacionales de gran prestigio.
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Aunque nunca se conocieron en persona (Eugen Sandow falleció
en Londres en 1925) su legado influenció enormemente a Juan Ferrero, un joven leonés emigrado con su familia a Burdeos,
que a mediados de la década de 1930 (a la edad de 15 años) decidió apuntarse a
un gimnasio local donde tras probar con diferentes modalidades gimnásticas
decidió iniciarse en el culturismo.
Su buena forma física lo llevó a ganar carreras de atletismo
y competiciones de halterofilia, moldeando poco a poco su cuerpo hasta
convertirse diez años después en todo un referente en la región francesa donde
residía y quedando entre los tres primeros puestos en todos aquellos certámenes
a los que se iba presentando (entre ellos un 3º en Mister Francia en 1948).
Ese mismo año, coincidiendo con los Juegos Olímpicos que se celebraban en Londres,
el editor de la revista ‘Health
& Strength’, David
Johnston, decidió poner
en marcha un evento que reuniese en el Scala Theatre de
la capital inglesa a los mejores culturistas amateurs y en el que se nombraría
anualmente a Mister Universo.
Pero el gran momento de Juan Ferrero llegaría en 1952, año
en el que se abriría la competición a profesionales y que serviría como
escaparate internacional al certamen culturista que con los años se convirtió
en el más importante de todo el planeta.
Por aquel entonces Juan Ferrero ya llevaba una década dedicándose
profesionalmente al culturismo, y aunque había ganado algunos certámenes,
calificados como menores, el 12 de julio de 1952 subió a lo más alto del podio
al ser nombrado primer Mister Universo profesional
de la Historia.
Un título que le abrió numerosísimas puertas a nivel
internacional pero que pasó totalmente desapercibido para la prensa española
donde no se le dio cobertura alguna al logro conseguido.
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El motivo por el que los periódicos en España no se hicieron
eco fueron varios, pero entre los principales está el hecho de que Juan Ferrero
residiese en Francia y se presentase al concurso bajo la bandera del país
vecino. Por otro lado también existía la sospecha de que el hecho de que
residiese en Burdeos podría deberse a que fuese un republicano exiliado, pero
esto sería totalmente infundado ya que cuando su familia emigró fue en 1925, once
años antes de iniciarse la Guerra Civil. También hay quien no descarta que el
que no se le diera cobertura al título conseguido fuese porque desde algunos
sectores del franquismo se considerase ese tipo de certámenes como exhibiciones
demasiado ‘afeminadas’.
A pesar del mutismo por parte de su patria de origen (nunca
dejó de tener la nacionalidad española), Juan Ferrero se convirtió en todo un
fenómeno para la época, protagonizando numerosísimas portadas de las revistas
especializadas más prestigiosas, abrió su propio gimnasio en Burdeos y se
dedicó a participar en exhibiciones por numerosos países.
Cabe destacar que el título
de Mister Universo que Juan Ferrero ganó es el mismo que quince años
después (desde 1967 a 1970) ganaría y consagraría a Arnold Schwarzenegger.
Pero la que podía haber sido una carrera meteórica se truncó
cuando el 17 de junio de 1958, a la edad de 40 años, Juan Ferrero fallecía a
causa de un fatal accidente de tráfico.
Tuvieron que pasar varias décadas para que en su España
natal se le reconociera todos sus méritos y le rindieran los homenajes que en
vida no se le brindó.
Fuentes de consulta e imágenes: musclememory / Youtube / awesome-body / diariodeleon
/ elpais
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