Decálogo de cómo debía celebrarse una perfecta Navidad nazi

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En el último post del Cuaderno de Historias os explicaba cómo el puritano y fanático protestante Oliver Cromwell se erigió en 1653 como Lord Protector de Inglaterra y prohibió la Navidad. Estaba convencido de que era ‘el elegido de Dios’ y tenía el convencimiento de que esa celebración, no era más que una prolongación de fiesta la pagana del ‘Sol Invictus’ que en el siglo IV había sido cristianizada por el emperador Constantino el Grande y el papa Julio I.

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Tres siglos después el Tercer Reich alemán, con su Führer a la cabeza, andaba en la misma línea de pensamiento respecto al poco cristianismo que tenían las Navidades, pero en lugar de prohibirlas se quiso modificar de tal modo que esas fiestas se convirtieran en una perfecta celebración nacionalsocialista, aportándole toda su simbología y extirpando aquel origen que tuviera vinculación alguna con el judaísmo (no debemos olvidar que Jesucristo nació bajo la religión Judía).

Para llevar a cabo la transformación nazi de la Navidad se daba una serie de instrucciones a los funcionarios para que estos la fuesen trasmitiendo e instruyeran a la población.

Recientemente se ha descubierto en Dresde una guía editada en noviembre de 1937 y que en sus veinte páginas explica, como si de un perfecto decálogo se tratase, cómo se debía celebrar una perfecta y auténtica Navidad nazi. Entre los consejos que se daban estaba el sustituir la estrella del árbol y el ángel del pesebre por una esvástica.

También se aconsejaba cambiar las letras de los villancicos y añadirle en ellos mensajes que ensalzasen el espíritu del Tercer Reich y la raza aria.

Se permitía que en los días previos a las Navidades se anulasen las clases en los colegios y jardines de infancia y se sustituyeran por festivales en los que se interpretasen pequeñas obras de carácter navideño pero con un claro mensaje nacionalsocialista.

Respecto a la Virgen María, la señalaban como ‘la madre de Alemania’, el Arcángel Gabriel era un Dios Ario y los Reyes Magos dejaban de ser reyes para ser obreros y campesinos germanos que portaban presentes al Mesías encarnado en la figura de Adolf Hitler.

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Dejando de lado la mencionada guía encontrada en Dresde, lo que sí que se ha sabido desde entonces es que el Tercer Reich desde sus inicios quiso poner una atención especial a las celebraciones navideñas. Los jerarcas nazis eran conocedores de que se trataba de una de las fiestas preferidas de la población y en los primeros años del Partido Nazi en el gobierno quisieron ganarse las simpatías de los ciudadanos a través de fomentar la solidaridad en esas fechas.

Esta era una de las causas por las que se ponía todo el empeño para organizar cuadrillas de voluntarios que se dedicaban a repartir comida, ropa de abrigo y juguetes entre las familias más necesitas. Aprovechaban esas visitas para inculcar el mensaje nacionalsocialista e ir ganando adeptos a la causa.

También se tenía muy en cuenta el arraigo de la celebración de la Navidad en Alemania desde la antigüedad donde en el siglo VIII San Bonifacio se había encargado de evangelizar a los pueblos germanos y llevó la celebración de la fiesta cristiana, siendo el pionero (rescatando de una antigua costumbre Celta) en decorar el árbol de Navidad y cantar/orar alrededor de él.

Aunque se hizo un esfuerzo por ‘descristianizar’ la celebración para convertirla en una fiesta que adorase Dioses de la mitología germánica (entre ellos Odin) y simbología nazi, nada se pudo hacer tras comprobar el arraigo que tenía las navidades tradicionales en las familias alemanas, así que lo mejor era ir incluyéndole poco a poco nuevos símbolos afines al nazismo.

Post publicado originalmente para Yahoo! Noticias España el 23/12/2014:
https://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-historias/decalogo-como-debia-celebrarse-perfecta-navidad-nazi-130845202.html

Fuentes de consulta: dailymail / telegraph / dw.de

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