Cuando los nazis engañaron a la Cruz Roja mostrando un campo de concentración como si de un simple gueto se tratara

De sobras conocido es el genocidio nazi en el que se encerró
y eliminó a millones de personas por no ser de ‘raza aria’. Homosexuales, gitanos, negros y sobre todo judíos
fueron el objetivo de persecución durante el Tercer Reich, siendo encerrados en campos de concentración o de
trabajos forzados y muriendo un gran número de ellos.

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Entre los muchos campos de concentración que Hitler ordenó
habilitar se encuentra el ‘Campo de
concentración de Theresienstadt’
, el cual ha pasado a la historia por una
curiosa (a la vez que miserable) artimaña que los nazis realizaron para engañar
a un comité de la Cruz Roja
Internacional
que exigió visitar aquel lugar ante las noticias que le había
llegado a la organización humanitaria de que no se respetaban los derechos
humanos.

El campo Theresienstadt
fue inaugurado en 1941 en una antigua fortificación situada a sesenta
kilómetros de Praga y que había pertenecido a la Familia Real durante el
imperio Austrohúngaro.

No se concibió como un campo de concentración o trabajos
forzados sino de tránsito, en el que irían llegando los prisioneros judíos que
después se distribuirían por otras instalaciones o acabando con sus vidas.

Tenía una capacidad para cinco mil personas pero allí se
llegaron a enviar más de cincuenta mil, quienes vivían hacinados y en unas
pésimas condiciones. Se calcula que diariamente morían en Theresienstadt
alrededor de medio centenar de personas solo por desnutrición o enfermedades
víricas, ya que tampoco contaban con unos mínimos sanitarios.

Pero todo cambió (tan solo por unos días) cuando fue
anunciada la visita de la Cruz Roja para junio de 1944. El Reich alemán (que ya
comenzaba a estar en sus horas bajas) quería mostrar a la organización humanitaria
que aquel lugar no se trataba de un campo de prisioneros sino de una ciudad (gueto)
que el Führer había mandado construir
para los ciudadanos judíos que habían sido enviados allí a la espera de poder
marchar rumbo a Palestina.

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Desde el alto mando del Tercer Reich se ordenó adecentar Theresienstadt
para que pareciera, a ojos de los observadores internacionales que lo visitarían,
como una ciudad modélica. Se llevaron a un gran número de presos (los que
padecían desnutrición y enfermedades), construyeron jardines y parques
infantiles, bancos para sentarse, se pintó e incluso se habilitó una sala de
teatro para que se realizara una representación.

Daba la casualidad que en aquel lugar habían ido a parar
varios compositores, cineastas, directores de teatro y dramaturgos judíos muy
famosos en su época, por lo que se le quiso dar un aire de gueto cultural y
bohemio.

A los presos se les dio una hogaza de pan y un trozo de
carne, algo que llevaban años sin comer y se les obligó a vestirse
elegantemente. Se les dio consignas para que las repitieran en caso de ser
preguntados por los miembros de la Cruz Roja y aquel que no lo hiciera sería
asesinado.

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Incluso se llegó a rodar un cortometraje propagandístico que
mostraba el idílico lugar. Para ello se utilizó al director de cine alemán Kurt Gerron (quien estaba encerrado
allí por su condición de judío) y se le obligó a filmar dicha película que posteriormente
se mostraría al mundo en una campaña en la que enseñar lo bien que se vivía en
el gueto de Theresienstadt.

Cabe destacar que, tal y como se acabó el rodaje del fime,
Gerron y su familia fueron llevados al Campo de concentración de Auschwitz donde
fueron asesinados en noviembre de 1944 mediante la cámara de gas.

Cuando en junio de 1944 llegaron los representantes de Cruz Roja
Internacional al supuesto gueto de Theresienstadt, vieron que todo aquel lugar
estaba en orden, los habitantes vivían en unas condiciones dignas y que no
había nada que censurar al Tercer Reich respecto al trato que se le daba a la
población judía allí residente.

Una infame farsa que engañó a los observadores de la
organización humanitaria y que evitó que estos pudieran hacer nada para mejorar
o salvar la vida de quienes fueron deportados a Theresienstadt. Según consta,
un total de 141.184 personas pasaron en algún
momento (entre 1941 y 1945) por este campo de concentración de las que 33.521
fallecieron a causa de enfermedades y desnutrición y 88.323 fueron
deportados a otros campos de concentración, donde un gran número murieron
asesinados por los nazis.

Fuentes de consulta e
imagen: ushmm
/ yadvashem
/ Wikimedia
commons

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