Cuando las pudorosas mujeres chinas señalaban una muñeca de marfil para indicar al médico dónde les dolía

No siempre se ha tenido la confianza que actualmente tenemos
a la hora de acudir a un médico y quitarnos
la ropa para que nos haga algún tipo de exploración.

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Durante muchos siglos, muchas
eran las personas que se sentían inhibidas ante la presencia de un facultativo
,
tratando de que éste tocase y viese lo mínimo posible. Incluso, famosa es la
historia sobre cómo inventó el estetoscopio, el médico francés
René Théophile Hyacinthe Laënnec
, en 1835, tras superar su problema
timidez para apoyar la oreja en el pecho de sus pacientes (sobre todo
femeninas) y así poder auscultarles.

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En China podemos
encontrar una curiosa tradición que se estuvo realizando desde el siglo XVII
hasta mediados del XX y que consistía en que las mujeres de este país, cuando
iban a visitar al médico, señalaban en una muñeca
de diagnóstico
(normalmente hecha de marfil, aunque también se han
encontrado de madera, bronce, jade o ámbar), el lugar concreto donde tenían el
malestar o dolor.

Pero no lo hacía frente al facultativo, sino que lo
realizaba escondida tras un biombo o cortina y asomando las manos, con las que
señalaba la muñeca. Muchas eran las ocasiones en las que era una enfermera, que
se colocaba entre el biombo de bambú y el médico y le iba señalando ésta dónde
le dolía a la paciente, tras las pertinentes explicaciones de los síntomas que
se tenía.

Con esa información y sin haber hecho ningún otro tipo de
reconocimiento,  el médico determinaba su
diagnóstico e indicaba cuál era el tratamiento a seguir.

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Cabe destacar que en todas las consultas médicas había este
tipo de muñecas a disposición de las pacientes, pero las de mayor poder
adquisitivo solían llevar las suyas propias, que estaban hechas de un material
de mayor calidad y que, además, a veces el artesano que la había tallado la
realizaba inspirándose en el aspecto de quien le hacía el encargo.

Había varios tipos de muñecas de diagnóstico y dependiendo
de la edad de la paciente se usaba una u otra. Por ejemplo, para atender a una
niña, se usaba un modelo en la que el peinado eran unas trenzas y para las
mujeres ancianas la muñeca era con el pelo recogido en un moño.

Normalmente esas muñecas se hacían con posturas tumbadas,
porque se depositaban sobre una especie de pequeño sofá o diván.

Fuentes de consulta e imágenes: academiccommons
/ jstor
/ kugener
/ brill
/ Wikimedia
commons

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